Foto Elena de Arriba
La tan cacareada necrópolis romana de Paredes consta de 36 enterramientos y sólamente en 4 tumbas se han encontrado restos humanos con el agravante de que dichos restos dado su extraordinario deterioro han sido calificados como "hueso-traza fantasma" ; pero no, no se asusten vds estimada audiencia que no estamos hablando de la "Güestia" para tranquilidad de los visitantes de Parque Principado sino de unos escasísimos restos humanos que no han servido para realizar ningún estudio significativo.
Un cementerio sin muertos ye como un caballo sin pates el segundo no puede correr y el primero no puede dar información sobre sus inquilinos, creo que esto es muy fácil de entender.
Algunos de Vds argumentarán -y con muy buen criterio- bueno, muertos no hay pero quizás las sepulturas puedan darnos en cambio algún tipo de información relevante. Pues bien, vayamos allá.
Baste decir que no apareció ¡¡¡ningún elemento!!! que permitiera la identificación de las tumbas y ésta sólo pudo ser posible gracias a una supuesta variación ¡¡en la textura y el color de la tierra!! ¡¡asombroso!! teniendo en cuenta las condiciones climatológicas asturianas y las decenas de miles de litros de agua que habrán caído ahí desde hace dos mil años.
La única posibilidad para que hubiera cambiado el color de la tierra y este hubiera persistido durante dos mil años pese a las adversas condiciones metereológicas de nuestra tierra es que se hubiera producido una incineración de los cadáveres.
¿Porqué no se ha contemplado esta posibilidad y se ha recurrido a extrañas teorías sobre la acidez de la tierra?.................... por la sencilla razón de que en la Asturias castreña apenas han aparecido restos humanos y existe la sospecha de la cremación de los mismos. Los romanos enterraban a sus muertos y los astures celtocastreños los incineraban he ahí el intríngulis de la cuestión.
Lo cierto es que en las investigaciones realizadas se han obtenido datos que apuntan a la cremacion como es el descubrimiento de troncos calcinados fundamentalmente de carbayos, el árbol sagrado de las comunidades prerromanas atlánticas, no vamos a entrar aquí en la simbología mítica que tenia el carbayo para los celtas tan sólo recordar a las deidades del roble y del bosque Esus y Nemeton.
Posiblemente en Paredes existía un bosque sagrado en relación a los muertos lo que significa la incineración detectada y que no ha sabido ver o mejor no ha querido verla la cuadrilla de arqueólogos teledirigidos desde la Universidad Autónoma de Madrid y así le han vendido a la opinión pública asturiana una opción extremadamente sesgada y equívoca del alcance y el componente cultural del enclave del que estamos tratando.
Alguien va a tener que explicar tarde o temprano las fosas encontradas con troncos calcinados, la ausencia de cualquier resto material de tumba, la ausencia de huesos ¡¡es un escándalo!!.
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