Iñaki Santianes (Oviedo, 1982) es, desde 2011, el delegado del Festival Intercéltico de Lorient en Asturias. Un enlace entre la organización, de la que hasta el año pasado estaba al frente el asturiano Lisardo Lombardía, y el panorama musical asturiano. Este año, del 5 al 12 de agosto, la gran cita celta del continente está dedicada al Principado de Asturias, así que ha tenido que echar el resto.
-¿Qué tiene de especial el festival de Lorient para que tenga tanto prestigio y enganche a tanta gente?
-Tiene 51 años, está asentado en el panorama musical europeo y es la referencia mundial en la música del arco atlántico. Todo el mundo que acude lo hace predispuesto a disfrutar de un formato un poco diferente. Es un festival muy de calle, con distintos espacios y escenarios, es muy de familia y hay muchas más cosas que la música, aunque todo allí gira en torno a ella.
-Y no solo el festival: toda la ciudad se transforma en un festival.
-Se vuelca toda la ciudad con él. Además de que hay varios escenarios, pabellones, recintos, carpas... están los bares, con conciertos privados e improvisados, venta de todo tipo de productos... En el escenario central, que este año cambia su nombre y se llama 'L'amphi', lo que antes era el 'Espace Marin', están los conciertos más grandes. Pero después están las carpas de los diferentes países, y son muy llamativas las de Bretaña, Irlanda... Hay que pasarse por allí. Y también llamará la atención la asturiana, porque este año el festival está dedicada a nuestra región. Además, hay una carpa nueva, que se llama 'Le kleub' y que busca atraer al público más joven, con fusiones de música celta con nuevas variantes.
-¿Qué tendrá este año el pabellón de Asturias?.
-El Gobierno del Principado ha hecho un gran esfuerzo y llevará a más de una decena de grupos que actuarán en el pabellón regional. Además, habrá una gran apuesta por promocionar la sidra, la gastronomía de paisaje y el turismo de la región, con venta de productos y restaurante. No pueden faltar ni la comida ni la bebida asturiana para mostrarlas a todo el mundo.
-¿Cuál será nuestra escuadra musical?
-Prácticamente la Asturias musical pasa a desplazarse a Lorient, es el mayor despliegue de música asturiana de la historia del festival. Nos vamos a encontrar con la Banda de Gaites Llacín y el grupo folclórico Trebeyu, que nos representarán en el Desfile de las Naciones Celtas y en las noches del estadio. También a L-R, con Leti Baselgas y Rubén Bada. Estará Rodrigo Cuevas, Cerezal, Llan de Cubel y Hevia, que actuarán juntos en la Noche de Asturias en el escenario principal... El concierto de apertura del gran teatro lo protagonizará Mapi Quintana y será un homenaje al tristemente fallecido Elías García. Y a eso se suman los participantes en el trofeo McCrimmon de gaita: Fernando Vázquez, Diego Lobo, Jaime Álvarez y Daniel Meré. También estarán Javier Menéndez y Fabián Fernández, que darán la masterclass de gaita en el Palacio de Congresos, y muchos más. Sin olvidar a Silvia Quesada y José Manuel Tejedor, que participan junto a otros músicos del arco atlántico en el espectáculo 'Celtic Odysee', en el Grand Theater de Lorient.
-También habrá una exposición.
-Sí, Ricardo Villoria llevará su exposición 'Llabor', en la que mezcla fotografía, pintura y otras técnicas para mostrar Asturias.
-Y, por si fuera poco, literatura.
-Efectivamente, habrá una delegación de escritores asturianos que ofrecerán lecturas públicas para llevar así la lengua propia de nuestro país al festival: Pablo X. Suárez, Xaime Martínez, Solinca Turbón y María García Díaz estarán también en Lorient.
-¿Qué supone para usted que Lisardo Lombardía deje de estar al frente del festival?
-Fue director del festival durante quince años y era un enlace básico con Asturias. Para mí, como delegado, era mucho más sencillo trabajar con él, pero ahora hay un nuevo equipo, dirigido por Jean Philippe Mauras, que sigue su estela. El hecho de que este año el festival esté dedicado a Asturias es un homenaje a Lisardo y una forma 'suave' de hacer esa transición. Por supuesto, implantarán nuevas ideas. Lisardo hizo un festival de éxito y el nuevo director quiere que cumpla otros cincuenta años, y para eso hay que captar a nuevos públicos, que siga creciendo, pero sin perder su identidad.
-¿Cómo se lleva la fusión de lo celta con otros géneros?
-El público tiene muy claro lo que va a ver allí, es un público muy respetuoso, pero a la vez muy crítico, muy entendido, y la base de la música celta no se puede perder.
-¿Cuál es su función exacta como delegado?
-Somos los ojos y los oídos de la organización en los diferentes países a la hora de buscar nuevos grupos y ejercemos de enlace con las administraciones públicas y las instituciones. Es una labor voluntaria y altruista. Y eso es parte del éxito del festival, que cuenta con miles de voluntarios. El gran grueso de la gente que le da forma lo son.
-¿Qué supone para Asturias estar presente en Lorient, y más en un año como este?
-Se intenta que periódicamente cada país tenga su año de honor, y que Asturias lo sea este año y pueda promocionarse a este nivel en un lugar como Lorient es muy importante. Para mí, es un gran reto y una gran responsabilidad. Sobre todo, al no estar Lisardo, pero es que tenemos una oportunidad para demostrar todo nuestro potencial. La última vez que la tuvimos fue en 2013, pero en un contexto muy diferente, tanto económico como social.
-¿Qué otras ventajas tiene ser país de honor?
-Además de tener un mayor protagonismo musical, toda la cartelería, el marketing y el merchandising gira en torno a Asturias. Esperamos que sea un éxito y que recibamos un buen 'feedback' cuando se acabe.
-¿Van muchos asturianos a disfrutar del festival?
-No se puede saber cuántos, pero bastantes. Pasan unas 700.000 personas por una ciudad de 70.000. Y de Asturias vemos un goteo continuo, pero este año se ha interesado mucha más gente. Ya han reservado hoteles, pisos de alquiler... Además, después de la pandemia había mucha gana de festival y el hecho de que sea el año de Asturias ha disparado el interés por estar en Lorient. Va a ser un gran año.