LNE autor Chus Neira
El yacimiento de La Cerrosa, en Suarías (Peñamellera Baja) lleva tres campañas, muchos hallazgos y los investigadores empiezan a poner encima de la mesa algunas de las primeras certezas. Una de las más llamativas, que la vaina de puñal de filos curvos con su cinturón articulado de suspensión correspondiente a las guerras astur-cántabras (entre el 29 a.C. y el 19 d.C.) es uno de los conjuntos de este tipo mejor conservados en la Península Ibérica y arroja mucha luz sobre el "cingulum" romano, el cinturón y vaina para puñal oficial del imperio que, según los investigadores de La Cerrosa, se prototipó en España, a partir de diseños similares al que ha aparecido en Peñamellera Baja.
Esta es una de las conclusiones más llamativas de todos los hilos de los que están tirando los investigadores, liderados por Susana de Luis, conservadora en el Museo Arqueológico Nacional y que ayer presentó parte de sus conclusiones en el Arqueológico de Asturias, en el edificio del monasterio de San Vicente de Oviedo. Con motivo del Día de los Museos, la consejería y el Arqueológico presentaron las investigaciones del equipo de De Luis y la incoporación de estos materiales a los fondos del equipamiento.
La respuesta a la pregunta de cómo un cinturón de los romanos acabó en el territorio de los astrues explica otra parte de la investigación, que sirvió también para una conferencia, ayer por la tarde, de título muy elocuente: "Arrojar las armas del enemigo al inframundo".
La conclusión de Susana de Luis, tras el cotejo con otros yacimientos similares y el análisis de todos los materiales, es que este cinturón se fabricó en la meseta norte y lo habría portado o un romano o un auxiliar que había subido a este territorio en el momento de las de guerras astur-cántabras. El difícil acceso a la sima unido al hecho de que allí hubo ceremonias rituales anteriores permite suponer que fueron los indígenas los que arrojaron esas armas y quizá también al romano, porque hay un resto humano, para pedir ayuda a los dioses contra el enemigo.
El hecho de que esta vaina y este cinturón sean "el más completo de ese tipo en el Península Ibérica" permite concluir al equipo que este tipo de arma "podría haber sido el prototipo que habrían utilizado los romanos para introducir el puñal reglamentario, fabricado inicialmente en talleres indígenas", explica De Luis.
La importancia de La Cerrosa no acaba ahí. Por ahora hay tres depósitos, uno con arreos de caballos de época tardo-antigua, el de las guerras astur-cántabras y otro, el más antiguo, de la primera Edad del Hierro con mucha fauna y restos de cuatro mujeres. La relevancia de este último conjunto reside en que el norte peninsular no hay necrópolis de esta época y en el sur, por la cremación, no hay restos de los que cómo estos, se podrán extraer importantes conclusiones sobre su dieta y otra información única, a través de análisis de ADN y técnicas similares.