Conozca todos los escándalos en torno a los supuestos mosaicos romanos de Asturias.
El de Memorana no es un mosaico cualquiera y por eso aumenta nuestra sorpresa. Se conocía desde que en 1921 el arado sacó a la luz los restos de una villa romana en una huerta de Vega del Ciego: el «Fabón» de Gorín, o la Ería de Vidriales, si lo prefieren, ya que los vecinos hacía mucho tiempo que lo llamaban así porque cada vez que se daba la vuelta a la tierra en el lugar aparecían pequeños cuadraditos blancos de mármol, que no eran otra cosa que las teselas de un mosaico que el arado iba destrozando poco a poco. Como además, en el lugar empezaron a aflorar también fragmentos cerámicos, tejas y otros materiales de construcción de clara factura romana, alguien acabó avisando a las autoridades culturales del momento y por fin en 1951 el yacimiento comenzó a excavarse por orden de la Comisión Provincial de Antigüedades.
El arqueólogo encargado de aquel apasionante trabajo, J. M. Aragoneses, dibujó un plano de la zona que pudo identificar con claridad en donde puede apreciarse un espacio articulado alrededor de dos pasillos, uno de ellos rematado en ábside, con los restos de cuatro habitaciones bien definidas, de diferente tamaño y planta regular, y las esquinas de otras, separadas por paredes medianeras de casi medio metro de espesor.
Si nos atenemos a lo que podemos deducir de la cerámica que todavía sigue apareciendo, aunque ya muy desecha, en la huerta, la villa debió levantarse en el primer momento de la ocupación de Asturias y se mantuvo ocupada hasta el siglo V, cuando fue destruida e incendiada en la época de las invasiones bárbaras. En cuanto al mosaico, todo indica que fue colocado hacia mediados del s. IV o principios del V, muy cerca del fin de la mansión, precisamente en el momento de su mayor esplendor
Esto es lo que hay, aunque, el hecho, lamentable ya de por sí, nos deja totalmente descolocados cuando, en alguna página especializada de Internet, podemos leer este párrafo en una crónica sobre el Museo Arqueológico: «Quienes recuerden el antiguo mosaico de la sala romana, el de Memorana o Vega de Ciego (Lena) se sorprenderán al ver sólo una esquina del mismo, pero en realidad se trataba de un mosaico pintado en escayola, salvo el fragmento que se presenta actualmente?» Si esto fuera cierto, los asturianos habríamos sido engañados durante décadas y alguien tendría que explicarnos en qué punto se perdió el mosaico; si no lo es, se nos debe igualmente explicar su mutilación.
Luego llegó el olvido para cubrirlo todo y nunca se volvieron a plantear más excavaciones; ni siquiera ahora, cuando resulta imposible explicar por qué a pesar del éxito mediático del campamento romano localizado en La Carisa los arqueólogos relegan completamente la importantísima villa de Mamorana. ¿Tendrá algo que ver el proyecto inicial de la variante del Pajares, en el que «El Fabón» se veía directamente afectado por las obras para las nuevas vías del tren? Todo lo que vengo contando ya es sabido por los aficionados a estos temas; lo que sigue ahora estoy seguro de que no: en octubre de 1957 otra finca de La Vega’l Ciegu nos sorprendió de nuevo. Fue en un pequeño terreno llamado la Fervencia que se emplaza en un lugar relativamente próximo a El Fabón; se trata de un lugar estéril arqueológicamente, porque su suelo es completamente arcilloso. Esta circunstancia hizo que allí se emplazase una tejera, que entonces era propiedad del señor Muñiz Aza de Ujo, en la que se trabajó hastano hace mucho aprovechando el material del propio terreno.
Pues bien, al levantar el prado en ese punto apareció a más de dos metros de profundidad una estructura enterrada consistente en un gran tubo vertical y un fuso o columna central de arcilla cocida, de la misma forma que lo estaban las paredes. En aquel momento se dio parte a unos «técnicos», que confirmaron que se trataba de un horno de época romana y recogieron numerosos trozos de cerámica que se llevaron consigo. Desde entonces no se volvió a saber nada más y actualmente ni los más viejos del lugar recuerdan este episodio. La Fervencia sigue existiendo como un pequeño terreno sin labrar en el que están plantados unos frutales, el punto en el que se encontraba el horno siguió proporcionando arcilla hasta desaparecer por completo y por la cicatriz de la tierra se abrió un camino en dirección a Mamorana que ya nadie utiliza y, como tantos otros, está casi cegado. Hoy la única prueba de la existencia del horno son dos fotografías que se publicaron en «Comarca», obtenidas por la cámara de Paco, imprescindible en aquellos años, cuyo archivo (si es que se conserva) debería ser recuperado sin demora. En una de las instantáneas se aprecia el interior del horno con la columna central y en la otra lo que se interpretó como su entrada, toscamente excavada en el terreno.
Ésta es la historia; ahora queda por saber quiénes eran los «técnicos» y donde están los restos que se llevaron. En el mejor de los casos cabe la esperanza de que fuesen enviados por el Museo Arqueológico y tanto la cerámica como las supuestas anotaciones que debieron de tomar se conserven en una de las muchas cajas que fueron llegando hasta la institución desde toda Asturias en estas décadas y todavía -aunque no se lo crean- permanecen sin estudiar. En el mundo romano la cerámica alcanzó un desarrollo que no volvió a verse hasta la Edad Contemporánea. Todas las viviendas, incluso las más humildes, contaban con tejas de gran calidad que aún hoy resisten las inclemencias mejor que muchos materiales recién fabricados, y en los utensilios de cocina eran extremadamente refinados. Las piezas de las vajillas son ligeras y a la vez resistentes, y suelen estar decoradas con esmero y su comercio era una actividad habitual que las llevaba de un extremo al otro del Imperio.
En lo poco que se ha excavado en Mamorana se documentan materiales que pertenecen a diferentes complejos alfareros localizados en el sur de Francia y La Rioja, que seguramente fueron comprados a algún comerciante viajero o adquiridos directamente en León o Astorga; incluso se ha encontrado un fragmento de lo que en arqueología se llama «terra sigillata aretina», fabricado en la Toscana italiana y muy difícil de localizar en el norte peninsular, lo que demuestra el nivel económico de los habitantes de la villa; pero además también han aparecido cerámicas corrientes para usarse más en la cocina que en comedor o directamente destinadas a los sirvientes y esclavos de la mansión, que serían las que se cocerían en la Fervencia. Aun sin tener otra prueba más que las fotografías que se conservan, debemos apoyar la hipótesis de que nos encontramos ante un horno romano destinado al abastecimiento de la propia villa y que al funcionar periódicamente haría innecesaria la práctica que se ha observado en otros lugares, consistente en construirlos de dos en dos para garantizar siempre una producción continua, ya que mientras se vaciaba uno el otro seguía cociendo. En el de la Fervencia se reconocen las dos partes habituales en estas construcciones: la cámara de quemado -el «furnium»- sobre la que se depositaban los materiales que debían someterse a altas temperaturas, y lo que entonces se dijo que era su entrada, que no es otra cosa que la cámara de combustión -el «praefurnium»-, que se alimentaba con madera.
Las paredes interiores también estaban preparadas para aguantar el calor a la manera clásica y tanto las dimensiones como la ubicación del horno también son lógicas: pequeño y cerca de la villa, pero a la distancia que estipulaban las leyes imperiales para que las actividades molestas y nocivas no afectasen a las viviendas. Un último detalle, el nombre de la Fervencia (del asturiano «ferver») sólo puede explicarse, en un lugar en el que no hay nada que produzca borbotones, con actividades relacionadas con el fuego y nos indica que el horno tuvo que estar activo el tiempo suficiente para que su recuerdo se haya conservado hasta nosotros. La originalidad de este hallazgo en Asturias resulta fundamental para el conocimiento de la vida cotidiana en los primeros siglos de nuestra era y su estudio se haceimprescindible. Precisamente, cuando escribo estas líneas leo en la prensa que el nuevo director general de Patrimonio, Adolfo Rodríguez Asensio, afirma que «al Museo Arqueológico hay que darle la vuelta como a un calcetín», ¡qué buen momento para aprovechar la ilusión del recién llegado y solicitar toda la información sobre este tema!
Una anécdota para concluir: las enormes tejas planas que han aparecido en Mamorana son una de las piezas más frecuentes que señalan a los arqueólogos la presencia romana en un lugar determinado y se fabricaban de la misma forma y con el mismo diseño por toda Europa y el norte de África, pero muchas de las de aquí presentan una curiosa peculiaridad: cuando estaban secándose al sol un descuidado minino se dio un paseo sobre ellas y sus pequeñas patas quedaron impresas en el barro fresco para la eternidad. Los momentos más insignificantes a veces también pueden pasar a la historia.
El señor Aragoneses que fue el primero que estudió al "Fabón de Gorín" lo dató entre mediados del siglo IV o principios del siglo V; el señor Blázquez en un nuevo estudio dictaminó Que era de principios del siglo V
Sin embargo el esquema decorativo del mosaico asturiano es infrecuente en los mosaicos hispanos del Bajo Imperio, fecha que conviene a la villa decorada con este original mosaico. Tampoco se documenta en la Galia, donde hay sólo pavimentos de filas de rectángulos decorados con temas geométricos, pero no separados por sogueados, como los de Biches, de época severiana
. Ouzquér sur Trézee 7 datado entre los años 150-250, de Sainte Colombe, del tercer cuarto del siglo II 8 , y de Saint Romain-enGal,de comienzos del tercer cuarto del siglo II 9. Los cuadros en todos estos mosaicos están separados por filas de rombos.
Es el Oriente donde este tipo de decoración, logrado a base de animales, peces, etc., arraigó más, como lo indican los mosaicos de la basílica de Mermione, fechado en la segunda mitad del siglo V, con animales y plantas y cráteras entre aves , de la basílica de Delfos, datado a finales del siglo V o a los comienzos de siguiente , con rectángulos decorados con aves dentro de círculos, de Hypati con la misma decoración, de la misma fecha , de la basílica Gamma de Nea Anchialos, con aves y plantas, animales y plantas , de la misma fecha, de basílica Deelta de Nea Anchialos, con el mismo tema ..........Este mosaico es importante por varios aspectos. En primer lugar por la fecha que se le puede asignar, comienzos del siglo V.
En el mosaico astur hay cierto horror vacui, propio de los mosaicos de final avanzado de la Antigüedad, manifestado en los rectángulos de puntitos de las esquinas, o semicírculos, que aparecen también en lo mosaicos dionisíacos de Emerita Augusta, fechados alrededor del 400 y de Baños de Valdearados, de la misma fecha
Por lo tanto los señores Blázquez y Aragoneses coinciden en la fecha de principios del siglo V para datar al famoso "Fabón de Gorín".
La historia del "Fabón de Gorín" es asombrosa; un mosaico del siglo V coincidente con la destruccion de los Vándalos en la época de las invasiones bárbaras o bien una ocupación por los invasores germánicos de las pequeñas villas romanas de Asturias donde se asentaron tras echar a los escasos colonizadores romanos.
¿Mandaron construir los vándalos a pesar de su mala fama como nuevos señores los mosaicos o simplemente los aprovecharon? Sabemos por las viejas crónicas que en Asturias levantaron una ciudad o quizás una pequeña corte, la del ¿Andallón-Grado? y también sabemos que bajo su mando en el norte de África donde luego fundaron un reino famoso ordenaron construir magníficos mosaicos y villas.
¿Fueron los vándalos más bárbaros que los astures? Fráncamente no lo creo a tenor de la posterior historia de "El Fabón de Gorín" sacando el paisano astur las teselas como si fueran patatas durante decenios ante la pasividad de los altos titulados que después de múltiples cosechas decidieron intervenir para acabar lo que quedó del Fabón en los sótanos del Museo Arqueológico de Oviedo donde definitivamente acabó de pudrir.
En definitiva que la paternidad del "Fabón de Gorín" es discutida porque no se sabe si se ensambló bajo dominio romano -si es que en Asturias éste era efectivo por aquellas fechas- o si se hizo durante la incursión vándala y el oscuro episodio de su poblamiento en Asturias.
Quedó para la historia que los Vándalos edificasen una ciudad en Asturias cuando los romanos no fueron capaces de hacerlo, quedó para la historia el "Fabón de Gorín".
La historia del "Fabón de Gorín" es asombrosa; un mosaico del siglo V coincidente con la destruccion de los Vándalos en la época de las invasiones bárbaras o bien una ocupación por los invasores germánicos de las pequeñas villas romanas de Asturias donde se asentaron tras echar a los escasos colonizadores romanos.
¿Mandaron construir los vándalos a pesar de su mala fama como nuevos señores los mosaicos o simplemente los aprovecharon? Sabemos por las viejas crónicas que en Asturias levantaron una ciudad o quizás una pequeña corte, la del ¿Andallón-Grado? y también sabemos que bajo su mando en el norte de África donde luego fundaron un reino famoso ordenaron construir magníficos mosaicos y villas.
¿Fueron los vándalos más bárbaros que los astures? Fráncamente no lo creo a tenor de la posterior historia de "El Fabón de Gorín" sacando el paisano astur las teselas como si fueran patatas durante decenios ante la pasividad de los altos titulados que después de múltiples cosechas decidieron intervenir para acabar lo que quedó del Fabón en los sótanos del Museo Arqueológico de Oviedo donde definitivamente acabó de pudrir.
En definitiva que la paternidad del "Fabón de Gorín" es discutida porque no se sabe si se ensambló bajo dominio romano -si es que en Asturias éste era efectivo por aquellas fechas- o si se hizo durante la incursión vándala y el oscuro episodio de su poblamiento en Asturias.
Quedó para la historia que los Vándalos edificasen una ciudad en Asturias cuando los romanos no fueron capaces de hacerlo, quedó para la historia el "Fabón de Gorín".
No hay comentarios:
Publicar un comentario