No cabe duda de que Occidente es una civilización y, por tanto, si seguimos la terminología spengleriana, Occidente es sinónimo de decadencia. Los ataques exteriores (los bárbaros) sólo sirven para aguzar nuestras mentes y alertarlas de la propia decadencia interior, y en esta última reside siempre el auténtico peligro. Los mahometanos radicales con sus matanzas e imposiciones culturales, los ataques financieros y especulativos y la ingeniería social, las pandemias teledirigidas o el acceso al gobierno de nuevos poderes oclocráticos... todas estas cosas pueden ser causas próximas, pero estas causas, aun siendo reales e importantes en sí mismas, son como la espuma oceánica de un mar agitado en el fondo, y como pequeños remolinos superficiales dentro de un curso terrible de los acontecimientos, curso que viene marcado por el Sino (Schicksal) de las culturas.
El Sino de las culturas es la extinción, como el Sino del individuo es la muerte. A Occidente le llega su hora, y el desplome podrá ser sangriento o podrá ser mudo e indigno. Nadie lo sabe. Lo que importa es saber qué fue en otros días nuestra gran patria y que no debió ser nunca Occidente para así poder pensar hoy, metapolíticamente. Pensar sobre un recambio, reflexionar acerca de cómo puede sustituir a ese Occidente enfermo otro modelo, una nueva cultura.
Carlos Xavier Blanco Martín nació en Gijón en el año 1966, Es doctor en Filosofía (Pura). Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación (secciones de Psicología y Pedagogìa). Premio Extraordinario de Licenciatura y Doctorado. Ha dado clases en la Universidad de Oviedo y en la Universidad de Castilla La Mancha.
Autor de más de 50 publicaciones académicas .Miembro del Comité Científico de la Revistas "La Razón Histórica". Revista Hispanoamericana de Historia de Ideas.
Ha prologado y colaborado en más de una docena de libros, además ha publicado dos libros de temática asturiana y una recopilación de relatos de terror.
Entre sus principales trabajos: Oswald Spengler y la Europa fáustica, La Luz del Norte,La Caballería Espiritual, un ensayo de psicologia profunda, De Covadonga a la nación española, El horror de la selva y Ensayos antimaterialistas.
En estos tiempos de decadencia espiritual, demográfica, económica, de una decadencia en todos los órdenes como nunca había conocido Occidente se alza una pluma lúcida sino para cambiar el curso del destino al menos para hacernos partícipes de los sucesos que se están desarrollando a veces imperceptiblemente pero de una forma inexorable.
No es baladí el anterior párrafo, muchos ciudadanos del Imperio Romano Occidental no fueron conscientes de los momentos clave en los que dicho Imperio se fue diluyendo hasta hacerlo irreconocible. Podríamos exceptuar la caída de Roma en manos de Alarico el Grande, suceso que causó una honda conmoción, pero el destino del Imperio Occidental se habia sellado bastantes décadas antes, incluso anteriormente a la importante batalla de Adrianópolis.
La Roma indoeuropea carcomida por el orientalismo mediterráneo cayó cuando volvió la espalda a sus orígenes, cuando perdió el patriotismo y la marcialidad en aras a una dudosa ética religiosa cuyos principales pontífices no ponían en práctica. En definitiva Roma perdió la autoridad, perdió la autodefensa y con ellas el Imperio.
Si la caída no fue catastrófica se debió a la supervivencia de la parte oriental del Imperio y a la connivencia de los nuevos reinos germanolatinos , que lograron un acomodo en la masa popular fundamentalmente céltica de Occidente, con el emperador Romano Oriental y el Papado.
Hoy el escenario es infinitamente peor con una Iglesia completamente desprestigiada y cuyo Papa actual es el vivo reflejo de la muerte inminente de una institución milenaria, paralelamente la parte este de Europa con una Rusia debilitada en varios frentes, salvo el militar, no hace presagiar ningún tipo de esperanza.
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