miércoles, 23 de agosto de 2017
DE CUANDO LOS PAPAS ROMANOS PIDIERON AYUDA A LOS REYES ASTURIANOS
LA PAPISA JUANA
La leyenda de la papisa Juana trata acerca de una mujer que habría ejercido el papado católico ocultando su verdadero sexo. El pontificado de la papisa se suele situar entre 855 y 857, es decir, el que, según la lista oficial de papas, correspondió a Benedicto III, en el momento de la usurpación de Anastasio el Bibliotecario. Otras versiones afirman que el propio Benedicto III fue la mujer disfrazada y otras dicen que el periodo fue entre 872 y 882, es decir, el del papa Juan VIII.
GRANDEZA DE LOS REYES DE ASTURIAS
No esperó el diminuto reino asturiano ayuda de nadie en una causa que todos creían perdida. Cuando el trono se sustentaba en una sola montaña. Pasado el tiempo el Sumo Pontífice Romano ¿la Papisa Juana? pidió ayuda al rey de Asturias contra los moros que atacaban la Ciudad Eterna.
Un suceso histórico fuera de toda duda al margen de la identidad real del Sumo Pontífice Juan VIII.
De como los Papas romanos se vieron obligados en el siglo IX a pedir ayuda a los reyes asturianos. De como Roma, la Ciudad Eterna, suplicó ayuda a aquel inicialmente minúsculo reino abandonado por todos incluido el centro y el cetro de la cristiandad.
Resulta muy sugerente; un gran argumento para ensamblar una novela rosa de leyenda que Juan VIII fuera "la papisa Juana" y en su súplica se hubiera entregado a Alfonso III el Grande.
Quizás peregrinó en secreto a Roma para conocer de primera mano la petición de auxilio de la Pontífice. Conocemos la lascivia romana; todos y cada uno de los grandes pecados carnales de los Papas ¿y papisas? romanos. Con ellos se podría escribir una saga. Quizás el buen Alfonso se vió obligado a satisfacer a la Papisa en el mismísimo trono de San Pedro. ¡Como un caballo alfaraz! que es lo que ella pedía dejando bien alto los estandartes de la tierra.
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