Es uno de los personajes de más trascendencia de cuantos
vivieron la monarquía asturiana, y para muchos historiadores, el de
mayor importancia desde la perspectiva religiosa y cultural, sin embargo
nadie sabe dónde nació este beato conocido como el de Liébana, que fue
monje del Monasterio de Santo Toribio de la localidad que le apellida.
Entonces, en aquel siglo VIII en el que escribió su historia, llamado de
San Martín de Turieno. En algunos documentos aparece como presbítero y
en otros como abad. Se sabe que fue consejero del rey asturiano Silo y
confesor de su consorte Adosinda. Pero no hay, no había hasta ahora, una
biografía completa, sin lagunas ni errores que dieran firmeza a su
verdadera existencia. De cambiar esa realidad se ha encargado el
escritor y periodista Baltasar Magro, que acaba de dar luz a el 'Beato,
el lebaniego' (Alianza, 2012), una curiosa novela-ensayo, fruto de «un
profundo trabajo de investigación», que pretende sacar a flote toda la
realidad de este «personaje-leyenda».
Magro, que narra la historia en primera persona, dando
voz a Eterio, el que fuera un joven obispo de Osma («no por sus méritos,
sino por el poder de su familia»), confiesa en las primeras páginas del
libro que nunca imaginó «las dificultades que representaba el
proyecto». Y se refiere con ello a la «sucinta biografía anterior al año
1651, elaborada por Juan Tamayo de Salazar y que carece de valor
histórico en opinión de los más reputados especialistas sobre el
nebuloso personaje medieval».
La vida del beato está envuelta en datos sin confirmar y
leyendas engordadas por el paso del tiempo y la falta de un estudio
biográfico profundo del personaje. Todo lo contrario ocurre con el mayor
de sus legados , su 'Comentario al Apocalipsis', uno de los textos más
influyentes de la época, a la vez que más leídos y copiados en los
cenobios del medievo.
De este documento hay mucho escrito, analizado y
pormenorizado. Pero el autor de 'Beato, el lebaniego' tiene voluntad de
desvelar en las páginas de su libro que su herencia fue mucho más allá
de ese importante documento.
De hecho se hace eco de la extensa obra literaria que
dejó escrita, y de asuntos como la importante controversia teológica con
Elipando, obispo metropolitano y primado de Toledo, en la que tuvieron
que intervenir el Papa Adriano I e incluso Carlomagno, en la que
participó, junto al mentado obispo de Osma, que, por cierto fue también
discípulo suyo.
Ilustrado con reproducciones de las miniaturas de otros
muchos beatos, como los de Seo de Urgell o de El Escorial, el libro de
Magro narra cómo «el eco de este monje iluminó durante varios siglos a
los hombres y mujeres de Occidente, abriendo un prodigioso camino».
COMENTARIO A LA NOTICIA
Celebramos este nuevo libro de investigación de Don Baltasar Magro sobre uno de los personajes mas grandes no ya de la historia de Asturias sino de España e incluso de Europa; el gran Beato de Líebana azote de los renegados metropolitas.
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