jueves, 7 de abril de 2011
TRIBUTO A MANOLO PRECIADO
CANTABER INDOCTUM IUGA FERRE NOSTRA
En el Coliseum blanco 80.000 gargantas sedientas de venganza; enardecidas por la caverna mediática merengue;todo estaba dispuesto para despedazar al hombre que se habia atrevido a enfrentarse a todo su enorme poder mediático, económico y deportivo.
Querian la cabeza de Preciado; querian humillarle a el y a sus hombres para darle un escarmiento y para dejar bien claro que nadie puede alzarse contra los nuevos Césares.
El ambiente sobrecogedor, el griterio atronador; era difícil en semejantes circunstancias mantener la entereza fue entonces cuando el general Preciado arengó a sus tropas.
Salieron a la arena los once gladiadores rojiblancos bajo el mando del general Preciado rebajado éste a la condición de esclavo; el Coliseum hervia y ellos se miraban unos a otros esperando la hecatombe; una goleada de escándalo, una humillación.
Sonaron las trompetas, sonaron los tambores; se puso el público en pie para contemplar el paseo militar que se avecinaba.
Entonces apareció el emperador Mouriño conducido por su cuádriga de caballos blancos desplegando toda su parafernalia, todo su esplendor y poderio.
El público aguardaba con expectación el encuentro entre el Emperador y el general esclavo; el emperador le negó el saludo.
Dio comienzo la desigual batalla; Preciado ordenó a sus gladiadores dirigirse al centro de la arena con instrucciones precisas de permanecer unidos y levantando su espada al cielo ordenó ¡Juntas la filas! y ¡Fuerza y honor!
Comenzó el asalto de la poderosa legión IX ALBA INVICTA; el César no conocia la derrota; no la conocia y tampoco la contemplaba.
Una y otra vez se lanzaron las tropas legionarias con sus carros de combate contra la cerrada formación rojiblanca y esta aguantó a pie firme; sin vacilar, sin retroceder; sufriendo a cada segundo mientros el tiempo se hacia interminable.
El cansancio iba haciendo mella en los héroes de Preciado pero las tropas imperiales comenzaban a dar muestras de nerviosismo y se lanzaban a la desesperada contra un muro inquebrantable; un muro de fuerza y honor.
Entonces obrose el milagro y en un contragolpe de las Cuevas anotó un tanto que dio paso a un asedio épico sacando el portero Juan Pablo apóstol varios balones en la mismísima línea de gol.
De nada sirvieron las últimas y feroces acometidas legionarias; la suerte estaba echada y Preciado y sus hombres se cubrieron de gloria ante un Coliseum enmudecido.
Como epílogo a tan señalada jornada bajó el Todopoderoso César derrotado a la arena para saludar forzosamente al cántabro; al general esclavo Manolo Preciado Rebolledo; el hombre que habia desafiado al Imperio Blanco.
Aquel dia quedo grabado en la memoria y en la leyenda; siglos mas tarde unos afamados arqueólogos de la UAM encontraron unos misteriosos restos.
PRECIADO FUERZA Y HONOR
LA VOZ DE ASTURIAS POR JUAN GANCEDO
http://lavozdeasturias.es/deportes/Preciado-fuerza-honor_0_458354230.html
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario