jueves, 1 de marzo de 2012
ROMA,GODOS Y REYES CATÓLICOS: LA SANTÍSIMA TRINIDAD DE LA HISTORIOGRAFÍA CENTRALISTA
El dia 5 de Marzo a las 17:30 en la biblioteca del Campo de San Francisco de Oviedo y bajo el título de: "Política y arqueología: Roma, Godos y Reyes Católicos, la Santísima Trinidad de la Historiografía Centralista" anuncio que en mi ponencia largaré una dura diatriba contra todo el entramado cultural jamandula de Areces, la señora Mercedes Álvarez y la arqueóloga Carmen Fdez Ochoa entre otros capitostes.
Aprovecharé la ocasión que se me brinda para lanzar un ataque sin precedentes a todos los forajidos culturales que bajo el Gobierno Arecista han destruido el patrimonio histórico-arqueológico y etnográfico del Principado de Asturias.
RESUMEN DE LA PONENCIA
Podríamos llamar historiografía centralista o unitaria a una corriente historiográfica española cuyos principales exponentes desarrollaron y desarrollan su trabajo y sus tesis principalmente en los entes académicos madrileños.
Dicha corriente historiográfica está íntimamente vinculada a una determinada idea de España que se sustenta en una serie de mandamientos cuasi divinos cuales son: A/ la romanización intensa y uniforme de todo el territorio peninsular, B/ el Reino Visigodo de Toledo que da personalidad política propia a la provincia Hispania del Imperio Romano; reino Visigodo de Toledo que contra toda evidencia habria extendido su dominio por todo el territorio peninsular amén de la Septimania en la Galia Gótica, C/ el Reino Asturiano como creación exclusiva de los godos refugiados en el norte y como prolongación del reino Toledano o como refundación del mismo y finalmente D/ Los Reyes Católicos como punto culminante de la Reconquista y reconfiguración de la unidad peninsular destruida tras la invasión musulmana.
En este estudio no pretendemos salvo de forma muy somera analizar la cuestión que nos ocupa y que tiene profundas implicaciones políticas distorsionando gravemente la realidad histórica peninsular.
La historiografía centralista o unitaria tiene también sus fobias y sus anatemas entre las que podriamos citar el celtismo, la presencia púnica, los 700 años de presencia musulmana, el indigenismo de los primeros núcleos de resistencia al islam en el norte cantábrico y en menor medida el reino suevo en Gallaecia.
En la Península Ibérica a la llegada de Roma como es hecho bien conocido no existía ningún tipo de unidad política entre los diversos pueblos que la habitaban.
Si Roma decide crear una provincia que abarque toda la Península Ibérica y a la que da por nombre Hispania se debe a un hecho de simple naturaleza geográfica de la misma manera que crearon otras provincias en base a la geografía véase el caso de Italia,otra península convertida en otra provincia,Britania una isla o Galia bien delimitada entre los Pirineos, los Alpes, el Rhin y el Canal de la Mancha.
En realidad las viejas divisiones provinciales romanas atendiendo a factores geográficos son la base de las grandes naciones occidentales de la actualidad: Italia,Francia,España,Gran Bretaña.
A la caída del Imperio Romano Occidental varias agrupaciones fundamentalmente germánicas van a pugnar por hacerce con el control del territorio prevaleciendo finalmente los anglosajones en Britania, los Francos en la Galia y los Godos en Hispania.
En el caso de Italia al estar radicado en Roma el Papado y al ser éste el último símbolo del poder romano-occidental ninguna agrupación germánica ni Ostrogodos primero ni Longobardos después pudo llegar a tener el control que otras agrupaciones tuvieron en las restantes provincias occidentales.
Volviendo al caso que nos ocupa, Hispania, el reino Visigodo de Toledo nunca llegó a dominar en toda su extensión a la Península en tanto en cuanto fuera de ella dominó otros territorios al otro lado de los Pirineos y al otro lado del Estrecho por lo que la ecuación reino Visigodo de Toledo igual a división provincial hispana simplemente no se cumplió jamás.
Al margen de las fobias de la historiografia centralista y que anteriormente he enumerado y complementándolas hay un auténtico telón de acero, un muro de silencio en torno a la probada fundación islámica de la capital de España, Medina Mayrit, o la presencia musulmana en la Meseta Norte que nunca dejó de estar poblada pese a la teoría Albornociana del "desierto del Duero" y que hoy gracias a los vestigios arqueológicos ha sido rotundamente desmentida y desechada.
Las poblaciones de la Meseta Norte estaban desestructuradas y el dominio islámico se plasmó en la doble vertiente tributaria y de asentamiento de grupos beréberes norteafricanos.
No vamos a extendernos en cuanto al origen del reino de Asturias simplemente señalar que los astures son citados explícitamente en las crónicas altomedievales como los protagonistas de la insurrección popular y los autores de la elección del primer caudillo de la Reconquista; ni que decir tiene que el sentido étnico que se le da a la palabra astur y astures sólo tiene parangón en el que se le da a los vascones insumisos al Reino Toledano; efectivamente en referencia a la Invasión Musulmana del siglo VIII tan sólo se habla de hispanogodos y de musulmanes para el resto del territorio peninsular.
Volviendo al tema del Reino Suevo sumamente molesto para la historiografía centralista hay que resaltar que aún después de la conquista del mismo en tiempos de Leovigildo los cronistas toledanos seguían considerando tres escenarios geográfico-políticos diferentes en el llamado regnum gothorum: Gallaecia, Spania y Gallia Gótica y en tiempos de Witiza asociado al trono por su padre Égica éste gobernaba el aún llamado reino de los suevos desde Tuy.
Los 700 largos años de dominio musulmán son lo suficientemente dilatados como para considerar peregrina la idea de que la historia de tan extenso -en lo geográfico y en lo temporal- periodo es algo ajeno a la historia genuina peninsular por su carácter invasionista, exótico y exógeno.
Contrasta esta visión de la historiografia centralista o unitaria respecto al Islam peninsular con la que se le otorga a la labor colonizadora de Roma cual si ésta hubiera sido determinada por la Providencia y fruto de la evolución natural de los procesos históricos; en este sentido los diferentes y bien palpables grados de romanización en un gradiente según la lejanía geográfica respecto al Mediterráneo es algo que levanta ampollas en la llamada historiografia centralista española que no ha dudado en utilizar todo tipo de subterfugios para lograr como se dice vulgarmente llevar el agua a su molino incluido el rosario de falsificaciones bien conocidas por desgracia en el territorio asturiano.
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