LA CRUZADA DE NEVILLE

LA CRUZADA DE NEVILLE

sábado, 12 de diciembre de 2015

CÉSAR GARCIA DE CASTRO PROPINA UNA ESTOCADA A LOS EXALTADOS ROMANISTAS























Sobre las posibles influencias que dieron lugar a los edificios levantados por los monarcas asturianos hay varias teorías, aunque el arqueólogo no tiene duda de que son "completamente posromanos. "En eso estamos de acuerdo todos"
LA NUEVA ESPAÑA 

De Castro: "Santa María del Naranco la hace un genio de inspiración multiforme"

El arqueólogo destaca la calidad constructiva del Prerrománico y dice que un edificio como Santullano es impensable en el mundo anglosajón

Oviedo, M. S. MARQUÉS Como una arquitectura y una orfebrería "sin parangón" definió César García de Castro el arte de la monarquía asturiana, la entidad política que impulsó la construcción en Asturias de más de doscientos templos prerrománicos de los que, salvando los 15 edificios que se conservan en la actualidad, apenas quedan vestigios, aunque muchas iglesias mantengan parte de las estructuras u otros elementos originales como es el caso de Sariego y San Martín de Argüelles. Así lo sostiene el arqueólogo César García de Castro Valdés, que ayer habló de "El arte Prerrománico y el reino de Asturias, significado histórico y artístico" en el Museo Arqueológico de Asturias.
García de Castro se refirió en su conferencia a las distintas interpretaciones desarrolladas a lo largo de la historia para documentar los orígenes del Reino de Asturias, para acabar cediendo el protagonismo al arte Prerrománico por el que el público se mostró más interesado. Entusiasmo no le faltó al arqueólogo a la hora de hablar de una arquitectura "de calidad indiscutible" en la que ve "una voluntad y uniformidad de proyecto y una disciplina de uso". Como ejemplo, expuso que en ninguna de las iglesias hay una sola tumba lo que evidencia que no es solo diseño lo que entrañan las construcciones sino que hay una estructura política tras ellas. "La monarquía asturiana es una entidad que se mantiene firme durante dos siglos, que sorprende por su resistencia, y esa misma solidez se puede aplicar a la arquitectura".
El resultado son construcciones de calidad indiscutible, "con un mortero de primerísima calidad y revocos que tienen 1200 años y están como el primer día. La estructura no es parangonable". Son solo algunos de los elogios que García de Castro dedicó a edificios como el de Santullano, "impensable por su calidad en el mundo anglosajón". Y fue más allá, porque aseguró que si alguien quisiera encontrar algo así en el resto de España "no lo encontraría", lo que interpreta como "autoconciencia de calidad y valor indiscutible".
Sobre las posibles influencias que dieron lugar a los edificios levantados por los monarcas asturianos hay varias teorías, aunque el arqueólogo no tiene duda de que son "completamente posromanos. "En eso estamos de acuerdo todos", comenta, aunque admite que hay diferencias porque en algunas basílicas es claro mientras que otras siguen distintos modelos. Citó al profesor Gómez Moreno, para quien Santa María del Naranco es un antecedente del modo románico de construir. Discrepa de esta interpretación porque cree que el profesor entendió mal el arte asturiano, "Para él era un arte trufado de godo, carolingio y bizantino y no español". García de Castro tiene, sin embargo, una opinión bien distinta: "El que hace Santa María del Naranco es un genio, pero la hace inspirándose, es un fenómeno de creación desarrollado a partir de una inspiración multiforme", comenta.
Para el arqueólogo, es asombroso imaginar cómo se genera un volumen como Santullano en un lugar donde no hay nada previo, solo campesinos. Por eso no descarta la posibilidad de que viniera "formado de fuera y, si es así, de dónde", se pregunta. El templo "no se parece a nada", aunque quizá en cuanto a las técnicas constructivas tenga algo que ver con lo que se está excavando en Mérida.
En los siglos IX y X estaban concienciados de que la obra propia es superior a la ajena. Lo explica centrándose en San Salvador de Valdediós, donde no hay ningún material o elemento aprovechado, todo se hace ex profeso, como también se observa en Priesca, lo que demuestra que había calidad artística suficiente para abastecer cualquier proyecto.
Ese virtuosismo queda demostrado con la Biblia del siglo IX o las cruces que conserva la catedral de Oviedo. Para García de Castro desvelan el poder de atracción de los mejores que tenía la monarquía asturiana. "La Biblia de Oviedo no copia a las carolingias, es al revés, son éstas las que copiaron a la asturiana, y las cruces europeas tampoco resisten la comparación con la de la Victoria". Para finalizar, una duda: Cómo una Corte que es incapaz de acuñar moneda pudo concitar la presencia de destacados orfebres y teólogos. Quizá lo explique el hecho de que Alfonso III "tenía conciencia de que estaba llegando al final de los tiempos, a la victoria absoluta".



César García de Castro, ayer durante la conferencia.
Sí, estamos llegando al final de los tiempos, a la victoria total sobre los embustes y las maquinaciones romanistas fabricadas de forma frenética en las pocilgas de CANTOBLANCO. Y aunque lograrán destruir al Prerrománico Asturiano, para su verguenza patrimonio cultura de la humanidad, jamás podrán hacer pasar los monumentos de nuestros grandes reyes-caudillos por un miserable arte provincial romano.  ¡Qué grande es García de Castro!

viernes, 4 de diciembre de 2015

SIEMPRE INVICTA ALEMANIA NOS AVALA


EL NÚCLEO ORIGINAL DEL REINO ASTUR NUNCA ESTUVO SOMETIDO A TOLEDO
Alfonso I incorporó al Reino de Asturias, según la "Crónica de Alfonso III": Asturias, Primorias (nombre que designaba al extremo oriental de la actual Asturias), La Liébana, Transmiera, Sopuerta, Carranza, las Vardulias (que comprenden la parte norte de Castilla) y la parte marítima de Galicia. La citada "Crónica" emplea para referirse a ello el verbo "populare", que algunos historiadores, encabezados por Sánchez-Albornoz, interpretan literalmente como que pobló esos territorios con los cristianos que trajo del Sur de las tierras asoladas, mientras que otros siguen a Ramón Menéndez Pidal, para quien ese verbo tiene aquí el significado de organizar, es decir, articular ese territorio en la dependencia del Reino de Asturias. La "Crónica Albeldense" no habla de esa repoblación y se limita a constatar que extendió el reino de los cristianos.

Historia de Primorias:

La Crónica de Alfonso III nos dice que durante el reinado de Alfonso I (739-758), hijo que fue de Pedro, Duque de Cantabria, y marido de Ermesinda, hija de Pelayo, se poblaron las comarcas de "Asturias, Primorias, Liébana, Transmiera, Sopuerta, Carranza, las Vardulias que ahora se llaman Castilla, y la parte marítima de Galicia".
En esta descripción, Primorias aparece como una región comprendida entre Asturias y Liébana. La mayoría de los especialistas coinciden en considerar que las Primorias fueron el solar originario del Reino de Asturias, es decir, el territorio en el que Pelayo mantuvo su resistencia armada contra los musulmanes entre los años 718 y 722 hasta culminar su gesta con la victoria de Covadonga.
Al haber pertenecido al núcleo originario del Reino de Asturias, el valle de Sajambre formaba parte, junto con las tierras vecinas, de la antigua región conocida en la época de Alfonso I como Primorias.
LA MEMORIA BORRADA DE NEPOCIANO
La "Sebastianense" cuenta que a la muerte de Alfonso "es elegido para el reino Ramiro, hijo del príncipe Vermudo". Estaba entonces ausente, en la provincia de Vardulia (norte de Castilla), en busca de esposa. Aprovechando su ausencia, "Nepociano, conde de palacio, usurpó ilegítimamente el reino. Y así Ramiro, cuando supo que su primo Alfonso había partido del mundo y que Nepociano se había hecho con el trono, se metió en la ciudad de Lugo, en Galicia, y se hizo con el ejército de toda la provincia. Más, después de un breve espacio de tiempo, hizo irrupción en Asturias. Nepociano le salió al paso junto al puente del río Narcea, tras reunir una tropa de asturianos y vascones. Y abandonado sin tardanza por los suyos, se dio a la fuga y fue apresado por dos condes, a saber, Escipión y Sonna, en el territorio de Primorias (zona de Cangas de Onís). Fue cegado en castigo y encerrado en un monasterio".