LA CRUZADA DE NEVILLE

LA CRUZADA DE NEVILLE

sábado, 30 de marzo de 2013

UN ROBLE EN HOMENAJE A GONZÁLEZ ECHEGARAY



http://www.eldiariomontanes.es/20130314/local/cantabria-general/roble-homenaje-joaquin-gonzalez-201303141637.html


La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cantabria (UC) ha rendido este jueves homenaje a Joaquín González Echegaray con un acto simbólico en el cual se ha plantado un roble o cajiga en su honor en los jardines del centro universitario situados frente a la fachada norte.
Con este acto se pretende que la comunidad universitaria tenga una "memoria material" del insigne humanista y arqueólogo que este jueves será investido Doctor Honoris Causa en el acto de conmemoración del décimocuarto aniversario de la UC.
Se ha escogido un árbol como muestra de la sensibilidad y el compromiso de los universitarios con el medio ambiente y, concretamente un roble, por el estrecho vínculo de esta especie con Cantabria y su simbolismo de fortaleza y la permanencia, informa la UC en nota de prensa.
Asistieron al tributo el rector de la UC, José Carlos Gómez Sal, el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Jesús Solórzano, la vicerrectora de Espacios, Servicios y Sostenibilidad, Angela de Meer, la de Cultura, Participación y Difusión, Elena Martín, el director del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de la UC, Manuel González Morales, el director de la Escuela de Doctorado, Alberto Ruiz Jimeno, así como familiares del homenajeado y numerosos profesores de la Facultad de Filosofía y Letras.



viernes, 15 de marzo de 2013

EL MADRID ISLÁMICO, MEDINA MAYRIT, UN PASEO POR LOS SIGLOS X Y XI







En la imagen de arriba: Muralla árabe (Cuesta de la Vega). Siglo IX.

http://artedemadrid.wordpress.com/2012/08/27/el-madrid-islamico-en-el-museo-arqueologico-regional-un-paseo-por-los-siglos-x-y-xi/ 


Hoy, continuando con los artículos en torno al origen de Madrid, el Madrid árabe, y con nuestro empeño en conocer cómo era la vida de nuestros antepasados, tras la visita al Madrid islámico en el Museo de los Orígenes, visitamos este Museo Arqueológico con el fin de conocer su versión, y a la vez dar un paseo por la Villa medieval, una vez más.
Comienza la explicación con la llegada de los árabes a la península en el siglo VIII, con su nueva cultura, lengua, religión… y su impacto sobre Madrid, que vivió durante casi cuatro siglos bajo su influencia. Los objetos y restos expuestos en las vitrinas nos ayudan a imaginar, y nos guían en nuestro paseo por el Madrid de los siglos X y XI.
Tal como nos recuerda uno de los paneles, existen pocos vestigios arqueológicos del trazado que Madrid tenía cuando se fundó, en el siglo IX, pero suponemos que, tras su recia muralla, ”como la mayoría de las ciudades árabes, tendría un trazado urbano abigarrado y caótico”.

 En nuestra región, “solo Madrid y Talamanca aparecen en los textos árabes como medinas, lo que supone el reconocimiento oficial de su importancia administrativa. Ambas contaron con un recinto amurallado urbano y quizás otro más pequeño de carácter militar y administrativo: la alcazaba. En él se alojaba el gobernador de la ciudad (caíd)”.





En la imagen de arriba: Plaza de Oriente desde los Altos del Rebeque.

  La sociedad árabe, en todos sus aspectos, incluida la forma de gobierno, se regía por el islamismo. La palabra escrita tenía una fuerza simbólica, de forma que llegaba a todos los aspectos de la vida, incluidos los objetos domésticos. Hay varios ejemplos, como este Ataifor o plato hallado en la Plaza de Oriente con el epígrafe al-mulk (el poder) correspondiente al siglo XI.



Hace pocas semanas, durante nuestro Paseo en busca de la segunda muralla árabe comentamos cómo gracias a la excavaciones arqueológicas se conoce la existencia de varios arrabales musulmanes, zonas extramuros que se fueron poblando entre los siglos IX al XI en torno a la primera medina.
A través de los objetos expuestos en este Museo podemos recorrerlos.
Como ya sabemos, en las excavaciones de la Plaza de Oriente, se encontraron importantes vestigios de la presencia árabe en estos terrenos cercanos al primer recinto amurallado.





En la imagen de arriba: diversos utensilios islámicos; jarra,anafre y cazuela, siglos X-XI 


Nuevamente ayudados de la imaginación, continuamos nuestro paseo hacia el arrabal considerado más antiguo, situado en torno a las Vistillas y las plazas de los Carros y de San Andrés.
En el interior del museo, contemplamos ollitas y cazuelas utilizadas hace siglos por los vecinos de las plazas de la Morería y del Alamillo, en las que conservaban y cocinaban sus alimentos, y aprendemos mucho acerca de sus costumbres. Como ya hemos mencionado en alguna ocasión, existe una descripción anónima de al-Andalus en el siglo XI que dice:
Hay en Madrid una tierra magnífica con la que se fabrican unas ollas que se emplean durante veinte años sin que se estropeen y que, además, protegen los alimentos contra cualquier alteración en los días de verano”.
La cocina mayrití era muy sencilla, basada en los cereales y la harina, legumbres, leche a partir de la cual elaboraban el queso, y la carne, que como estaba reservada para las fiestas se guardaba en grandes cacharros de cerámica. Tanto los cereales como las legumbres o la carne, sobre todo de gallina, pero también de oveja o de vaca, y caza, se cocían y luego aderezaban con hierbas aromáticas.
Podemos observar los recipientes que utilizaban para almacenar los alimentos, para presentarlos, y los que guardaban los líquidos.


 En la imagen de arriba: cantimplora musulmana.Siglos X-XI
Pero no solo los utensilios culinarios nos explican cómo era la vida en el Madrid andalusí, también los que proporcionaban iluminación y calor. Durante las sucesivas excavaciones arqueológicas aparecieron numerosos Anafres u hornillos, y Candiles de cerámica.
En la Plaza de San Andrés, en la Casa de San Isidro (actual Museo de los Orígenes), se hallaron importantes elementos de carácter doméstico, algunos muy significativos. Uno de ellos, la famosa maqueta de una Puerta de recinto fortificado, realizada a mano en terracota. Se cree pudo ser un juguete, o un pebetero, como podrían indicar las quemaduras de las torres. En cualquier caso es un ejemplo de la importancia que tenía la representación de las fortificaciones en la sociedad islámica. Junto a ella, contemplamos una pieza hallada en el mismo solar, una Torre del juego de Ajedrez.


Mirando todos estos objetos y paseando por las calles construidas sobre los viejos arrabales mayritíes, fantaseamos, ¿cómo sería la vida en las viviendas que seguro allí existieron?. Nos preguntamos cómo sería la vida cotidiana de los primeros madrileños, en sus casas organizadas alrededor de un patio y un pozo.
Los hallazgos arqueológicos también nos hablan de la importancia que tuvieron en el mundo árabe los sistemas de captación de agua, viajes, pozos y norias, destinados a usos domésticos, higiénicos (baños públicos) y artesanales. Además, el agua tenía un gran valor debido a la actividad agrícola y ganadera que desarrollaban.

Arcaduz de una noria siglos X-XI  (Casa de San Isidro)

Junto a la Puerta de Moros surgió el arrabal de la Cava Baja, que llegaba hasta Puerta Cerrada. Durante las obras en el edificio de la Cava Baja nº 30, donde se conserva un largo lienzo de muralla muy antiguo, al parecer el único de construcción altomedieval, es decir, del siglo XI ó XII, aparecieron también objetos de época islámica.
Desde aquí nos dirigimos a la calle del Rollo, y sus alrededores.


 Recordemos que en esta zona se hallaron numerosos silos con restos que indican que pudo haber una gran ocupación árabe en la zona: cerámicas y, lo que es más importante, restos de construcciones, piedras y tejas, de los siglos X y XI.

 En primer término, gran contenedor del siglo XI (calle del Rollo 7)


Los objetos de prestigio, de tocador, o para la escritura, igualmente nos dicen mucho acerca de la sociedad islámica. En una de las estanterías de cristal hay un Anillo que debió adornar la mano de un hombre o una mujer en el siglo XI.
En la calle Requena, cerca de la plaza de Ramales también está demostrada la presencia de población.

 Uno de los objetos expuestos es una bonita Limeta o vasija sin asas de las que utilizaban los árabes para guardar sus bebidas.







Cada día sabemos un poquito más sobre cómo vivían los primeros madrileños, en qué trabajaban, cómo cocinaban, lo que comían, el paisaje que les rodeaba, la rica vegetación y hermosos árboles de distintas especies que crecían junto a los arroyos… aunque lo más emocionante es tener la certeza de que aún nos quedan muchas cosas por descubrir.
Por : Mercedes Gómez

martes, 5 de marzo de 2013

EL LEGADO CELTA EN GALICIA

UNA ARQUEÓLOGA LEONESA LOCALIZA UN CAMPAMENTO ROMANO EN VILLAQUILAMBRE EN

Mónica Castro descubre a través de satélite una fortificación que podría pertenecer a la Legio VII o la VI.

http://www.diariodeleon.es/noticias/cultura/una-arqueologa-leonesa-localiza-un-campamento-romano-en-villaquilambre_770679.html verónica viñas | león 18/02/2013
Ocupa cinco hectáreas. Es un nuevo campamento de la Legio VI o la VII, hasta ahora desconocido, situado a escasos metros de la villa romana de Navatejera. También está relativamente cerca de la necrópolis situada en el campus de Vegazana. Su descubridora es la arqueóloga leonesa Mónica Castro de Lera, que ha utilizado tecnología Lidar (Light Detection and Ranging ), desde satélite, para localizar este acantonamiento militar. El hallazgo ha sido tan precipitado y en pleno fin de semana, que esta historiadora se lo ha notificado por correo electrónico al Ayuntamiento de Villaquilambre. Las imágenes son categóricas. «Hablan por sí solas, pero hay que ser prudentes», afirma Castro.
«Es posible que hubiera un campamento temporal mientras construían el definitivo de León o bien se empleó como campo de entrenamiento o como puesto de avanzada», explica la investigadora. Sólo unas excavaciones permitirán determinar la importancia de este descubrimiento. Se trataría de un foso con empalizada, similar a la primera ‘muralla de tapines’ que erigió la Legio VII en León y de la que apenas se conservan restos a los pies de San Isidoro y en la casona de Puerta Castillo. Es una ‘fortificación’ que ocuparía la cuarta parte del campamento de la Legio VII que dio origen a León y con idéntica forma rectangular. La estructura está enterrada a más de un metro de profundidad en unos campos de cultivo; de ahí que hasta ahora no hubieran aparecido vestigios. La ‘arqueología aérea’, que ha sido decisiva para localizar importantes construcciones romanas en toda la provincia, ha sacado ahora a luz este nuevo enclave. La rotundidad de las ‘marcas’ revela que fue ocupado durante un largo período de tiempo, según Castro. La historiadora, que ha ‘rastreado’ toda la ciudad con la misma herramienta Lidar, así como el campamento de Lancia y la ciudad romana de Puente Castro (Ad Legionem), no ha encontrado nada similar ni tan nítido. «En Lancia no se ven estructuras de esta magnitud», aclara. Tampoco en los ‘barridos’ que ha efectuado sobre enclaves de la ciudad donde aparecieron vestigios romanos. «Y esto es lo asombroso».
«Entre los restos romanos encontrados en el recinto de lo que fue el campamento de la Legio VI primero y de la Legio VII después, se han encontrado huellas de cuatro tipos sucesivos y superpuestos, cuya datación más antigua es augustea y pertenecen al acantonamiento definitivo tras las guerras cántabras. En ninguna parte de la ciudad han sido hallados restos anteriores. ¿Podrían ser estos?», se pregunta Castro.
El satélite además deja en evidencia dos interrupciones «muy marcadas» en los lienzos Este y Sur, que se corresponderían con accesos a lo que en opinión de Mónica Castro parece «un clarísimo recinto militar romano por su forma y dimensiones, independientemente de su uso exacto y su cronología».