LA CRUZADA DE NEVILLE

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viernes, 16 de septiembre de 2011

ALAN LOMAX IN ASTURIAS 1952/NUEVA ACCIÓN RESTAURADORA DEL GOBIERNO PATRIOTA



Lombardía, Rubiera, Vallaure, Riesgo y Gómez, ayer durante la presentación. J. Vallina


Fuente La Voz de Asturias

http://www.lavozdeasturias.es/culturas/cazador-canciones-inmortalizo-corri-corri_0_555544524.html


El ‘cazador de canciones’ que inmortalizó el corri-corri
La música tradicional que Alan Lomax grabó en Asturias en 1952, recuperada


16/09/2011 00:00 / J. C. Galán/j. G. Caso Gijón/oviedo

Una “radiografía perfecta” del panorama de la música tradicional asturiana a mediados del siglo XX. Con estas palabras describió ayer Fernando Ornosa, responsable del Archivu de Música Tradicional del Museu del Pueblu d’ Asturies la publicación del libro CD Alan Lomax in Asturias, november 1952 . La publicación, presentada en la tarde de ayer en la sede del museo recoge 101 cantares recogidos por el musicólogo estadounidense durante el trabajo de campo que ese año llevó a cabo en una decena de concejos asturianos. La obra incluye la “práctica totalidad” de las canciones que Lomax recogió en Asturias durante el otoño del año 1952. Aquellas grabaciones, relata Ornosa, se hicieron en lugares tan “emblemáticos” como la majada de Aristébano (Valdés), Santa María del Puerto (Somiedo), Mieres, Porrúa (Llanes) o Arenas de Cabrales. El trabajo de Lomax incluyó desde tonada asturiana a vaqueiradas o cantares de danzas y baile.

“Grabó a cantantes tan famosos como el Presi, Juanín de Mieres o Carlinos el de Murias y hay piezas inéditas que no incluyeron en sus discos”, destaca el responsable del archivo sonoro del Museo del Pueblo d’ Asturies, quien a su vez subraya cómo entre las grabaciones de Lomax se incluyeron temas tan “emblemáticos” del folclore asturiano como el Corri-corri de Cabrales o el Pericote de Llanes.

“Con estas grabaciones intentó reflejar lo que sucedía en Asturias en ese momento”, explica Fernando Ornosa. En aquella labor resultó fundamental el papel que jugó el historiador Juan Uría Ríu, quien actuó como introductor y guía de Alan Lomax, quien antes de su visita a Asturias también contactó con Eduardo Martínez Torner, quien fallecería tres años después en Londrés donde estaba exiliado. Además de cantar alguno de los temas incluidos en el trabajo de campo del musicólogo estadounidense, detalla Ornosa, Juan Uría Ríu “le localizó a los informantes, así que Lomax iba a tiro fijo. De hecho el trabajo de recopilación no le llevó demasiado tiempo”.

Un trabajo largo y laborioso En cuanto a la génesis de este proyecto, Fernando Ornosa detalló que la recuperación de fuentes documentales del pasado, como es el caso del trabajo de Alan Lomax, considerado el “mayor recopilador” de música tradicional del siglo XX, es uno de los objetivos del Archivo de la Música Tradicional. “Contacté con su hija, Ana Lomax y la idea le encantó. Ha sido un trabajo de coedición largo y laborioso porque se hizo a medias entre Asturias, Nueva Yory y Toronto”, señala Ornosa, quien califica la publicación de Alan Lomax in Asturias como un “verdadero acontecimiento histórico” para el patrimonio inmaterial de Asturias, comentó en alusión a la música tradicional. En paralelo a este libro, Ornosa destacó que su publicación ha permitido a su vez que, en próximas fechas, Ana Lomax ceda al Museo del Pueblu d’ Asturies una copia digital “de todos los trabajos de campo, fotografías, textos y grabaciones realizadas por su padre en Asturias”.

No en vano, Lomax es una auténtica leyenda de la musicología mundial. Con su padre, profundizó en las raíces del jazz, el blues y el ragtime. Su programa radiofónica marcó a toda una generación, entre ellos a Bob Dylan, que se inspiró en los trabajos de Lomax para componer sus primeros trabajos.

El cazador de canciones , como era conocido el estudioso tejano, era un mito para los musicólogos asturianos hasta que Lisandro Lombardía, director del festival de Lorient, tuvo la oportunidad de iniciar la adaptación de sus trabajos en Asturias. Ayer se presentó el cúlmen a esos trabajos.

Entre el público, tres de las mujeres que participaron en las grabaciones. Las cabraliegas Josefa Moradiello y Ángela Mestas, una de las tres jóvenes cuya foto ilustra la portada, y la polesa Maruja Suárez. Las tres recordaron a aquel “inglés” al que no entendían ni papa, siempre acompañado de un gramófono, y que recuperó una parte de la cultura asturiana.

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