LA CRUZADA DE NEVILLE

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lunes, 7 de noviembre de 2016

LA RESISTENCIA CELTA DE GALICIA AL EJÉRCITO ROMANO



Roma arrasó el Monte do Castro

Los arqueólogos encuentran un arma del ejército romano entre los restos de Ribadumia
M. Alfonso

VILAGARCÍA / LA VOZ


 Pieza a pieza. Detalle a detalle, el equipo de arqueólogos de la Diputación de Pontevedra va desvelando la historia que se esconde bajo el Monte do Castro. La vida y la obra de los cuatrocientos habitantes que, en algún momento, ocuparon este rico y próspero enclave del municipio de Ribadumia. Los últimos hallazgos permiten a los técnicos aclara algunas de las dudas surgidas tras la primera excavación, como por qué las piezas encontradas están tan bien conservadas. Y es que los residentes tuvieron que salir corriendo. Lo hicieron, se supone, porque llegó el ejército romano e incendió todo el asentamiento.
En algún momento del siglo I a. C., los habitantes do Monte do Castro abandonaron sus viviendas a toda prisa. El motivo de su huída fue el fuego, que estaba quemando sus casas. «Facemos unha excavación por capas e apareceron moitos niveis de cinza e carbón dentro das estructuras. Ademais as pedras están erosionadas pola acción do lume, dun lume forte e continuado», explica Rafael Rodríguez, arqueólogo de la Diputación encargado del proyecto. Esto hace concluir «que o poboado foi destruido por un incendio, que non foi casual porque aparecen restos en todas as estructuras», añade. A esto hay que sumarle el buen estado de conservación que presentan muchos de los restos encontrados, «o que nos fai pensar que o asentamento abandonouse de súpeto e non volveu ocuparse», concluye.
Otro de los grandes descubrimientos de los arqueólogos es una dolabra. Se trata de un arma herramienta que forma parte del equipamiento típico de los soldados romanos. Una pieza de estas características nunca había aparecido en un «conxunto residencial. É típica de campamentos militares», asegura Rodríguez. De hecho, esta es la primera pieza de estas características parecida en toda Galicia. Su presencia «abre unhas hipóteses de traballo espectaculares», argumenta. Y concluye que fueron los romanos los que obligaron a los prósperos vecinos de Monte do Castro a dejar sus cómodas viviendas.
Las nuevas excavaciones, iniciadas el pasado 18 de julio, han permitido profundizar en las tres zonas abiertas anteriormente. Hasta ahora han quedado al descubierto un total de seis cabañas, tres de las cuales eran residencias y, el resto, almacenes o talleres de artesanos. Entre todas ellas destaca especialmente la casa patio, que tiene una estructura más típica del sur de Galicia. Eso hace pensar que era la vivienda de alguien importante dentro del poblado. «Existía unha xerarquización social a través da arquitectura», afirma Rodríguez.
Monte do Castro era un yacimiento rico e importante. Su ubicación, situado en un alto, permitía a sus habitantes un total control sobre el Umia, principal ruta de acceso hacia el interior de la comarca. También, sobre las ricas tierras de cultivo de la comarca de O Salnés. «Era un xacemento rico dende todos os puntos de vista. Polo control que tiña sobre o río e as terras de cultivo. E polo abundante material de bronce que atopamos», añade Rodríguez. Hasta parte de la cerámica presenta un importante trabajo de diseño y decoración, lo que hace pensar que era utilizada en rituales.
De proteger a sus habitantes, que los técnicos cifran en cuatrocientos, se encargaba una muralla cuyas dimensiones han sorprendido a los expertos. Tenía un metro y medio de ancho y hasta escaleras de acceso. Su construcción supuso un esfuerzo importante, por lo que se cree que estaba destinada, además de a proteger, a resaltar la importancia del asentamiento. Una pena que no pudiera evitar la invasión romana del castro.
Los técnicos concluyen que el poblado fue abandonado de forma repentina
Todo el castro estaba rodeado por una muralla de más de un metro de ancho




Los romanos arrasan el Monte do Castro

La "dolabra" hallada en Ribadumia es la sexta que se encuentra en todo el mundo


La influencia del mundo romano en Ribadumia fue la devastación y persecución a los pobladores de uno de los castros más importantes de la comarca, quizás también de Galicia. Esa es una de las teorías a las que llegan arqueólogos e historiadores después de las excavaciones en el yacimiento de Monte do Castro y, en particular, por el hallazgo de armas propias de los ejércitos del Imperio esparcidas a lo largo de toda la zona en la que han trabajado. La "dolabra" que se halló hace medio año es una de las piezas de más valor que revalida esta teoría.

A.TOURIÑO - RIBADUMIA La influencia de los romanos en el Monte do Castro fue la devastación al convertirse este enclave en uno de los objetivos para el éxito de la invasión. Esta es la conclusión a la que llegan historiadores y arqueólogos después de diez meses de excavaciones en un yacimiento en el que ya se han sacado a la luz trece cabañas, una enorme casa–patio y una muralla, además de miles de piezas, muchas de ellas cerámicas pero también de adorno personal y armas blancas.
Quizás las hipótesis más importantes del estudio radiquen en el hecho de que se trata de uno de los castros más importantes de Galicia, situado en una zona estratégica al lado del mar, con fuertes relaciones comerciales y marítimas y que podría estar datado en plena Edad de Hierro, allá por el siglo IV o V antes de Cristo.
Pero ese esplendor fue también lo que lo arruinó en el primer o segundo siglo de la presente Era, según las huellas que con mucho detalle valoran los arqueólogos que realizan este trabajo de recuperación patrimonial, financiado por el proyecto Pousadas do Salnés, que dirige la Diputación de Pontevedra.
El final del castro ribadumiense es pura hecatombe pues el poblado no solo fue arrasado por los invasores romanos sino que desapareció entre las llamas, y nunca jamás volvió a ser reconstruido.
Los historiadores entienden que el poblado era objetivo clave para el escarmiento que buscaba el ejército romano. "Tenían que buscar un castro importante y arrasarlo por completo para dar ejemplo a los habitantes de los poblados más pequeños", se explicó ayer a los asistentes a la visita guiada, entre lo que se encontraban el presidente de la Diputación, Rafael Louzán y la alcaldesa de Ribadumia, Salomé Peña.
La teoría se sustenta en dos hallazgos fundamentales, en particular una "dolabra" romana y otras armas blancas de parecida época dispersas por todo el yacimiento y el mismo nivel de estratificación de ceniza en el subsuelo que indica que el poblado ardió por completo.
La aparición de la "dolabra" cobra un especial significado por el hecho de que se trata de un arma característica de los ejércitos romanos, de los que solo se conservan seis ejemplares en todo el mundo, lo que le confiere un mayor valor.
Es llamativo también el hecho de que otras armas blancas se encontrasen en diferentes zonas del lugar excavado, lo que demuestra que la invasión fue sangrienta, ya que quedó constancia de que no había apego por las armas que se perdieron en el combate pues "nadie pasó a recogerlas".
En definitiva se corrobora la barbarie que se cometió con los pobladores del castro de Ribadumia que ya nunca más fue habitado, pese a estar situado en una zona privilegiada frente a la Ría de Arousa.
De hecho, pese a la existencia de grandes masas forestales que ocultan el paisaje, las vistas desde el castro ribadumiense son todavía espectaculares.
El castro se conformó en una zona tan estratégica como cómoda para los pobladores. De hecho, se llega al yacimiento sin apariencia de haber subido pendiente alguna, pero una vez en la cumbre se comprueba que el castro estaba fortificado.
Dicha protección era casi natural y aún se observan las dos trincheras existentes, pero a la vez se complementaba con un muro de cierre a lo largo de todo el perímetro del castro. El muro es uno de los hallazgos más importantes pues se cree que tendría una altura relativamente importante y que en su parte superior estaría rematado con una verja contruida con elementos vegetales.
En la próxima fase se espera excavar la zona del balcón superior del castro y la cima, donde podrían hallarse edificios públicos y santuarios de la época. 


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