LA CRUZADA DE NEVILLE

LA CRUZADA DE NEVILLE

miércoles, 19 de agosto de 2009

1992 LA BATALLA DEL CAMPO VALDÉS


ASÍ SE LEVANTARON LOS ASTURIANOS CONTRA LOS NUEVOS CÉSARES
Mates 9 de junio de 1992 ; Gijón, alrededores del Campo Valdés, es mediodía.
Un nutrido grupo de asturianos la gran mayoría gijoneses entre los cuales había numerosos ancianos se dirigen a defender el emblemático espacio del Campo Valdés amenazado por el hormigón con el que se iba a forjar la nueva obra propagandística y faraónica a mayor gloria del fenecido Imperio Romano y sus nuevos Césares provincianos.
Se producen momentos de gran tensión al acercarse los manifestantes a los arqueólogos y a los operarios que estaban a sus órdenes. Es imposible saber a ciencia cierta quien empezó las provocaciones pero sea como fuere la secuencia de los hechos se desarrolló con rapidez.
Comenzaron los manifestantes a aporrear las vallas de protección de la obra con ladrillos, piedras y todo aquello que topaban a mano a la vez que entonaban los habituales cánticos de protesta como en otras ocasiones anteriores.
La policía municipal se desplegó para hacer frente a la protesta e intentar separar a ambos bandos pero la situación estaba tan enardecida que aquella misión parecía imposible.
Enfrentándose a la policía municipal el pueblo de Gijón derribó las vallas tomando al asalto el disputado Campo Valdés que según los arqueólogos sufriría las consecuencias con importantes daños en los polémicos restos romanos. Mientras se producían tan dramáticos acontecimientos la policía municipal gijonesa, desbordada, pidió refuerzos al Cuerpo Nacional de Policía que se presentó a los cuarenta y cinco minutos después de comenzada la refriega.
Fue entonces cuando comenzó la auténtica batalla del Campo Valdés al emplearse a fondo los efectivos de la policía nacional contra los manifestantes que a pesar de ser muchos de ellos de edad avanzada presentaron una resistencia decidida.
Tras varias cargas y numerosos heridos por fin lograron los antidisturbios restablecer la situación.
Las reacciones no se hicieron esperar ante la gravedad de lo sucedido; los arqueólogos denunciaron que habían sufrido un grave peligro físico y la propia directora de las excavaciones, Doña Carmen Fernández Ochoa, arropada por sus cuatro principales colaboradores dio una rueda de prensa en la que se mostró estupefacta por lo sucedido.
Sin embargo los manifestantes dieron una versión completamente diferente de los hechos denunciando que los arqueólogos les habían sacado fotos cuando ejercitaban su legítimo derecho de protesta con la intención de amedrentarles o de ficharles.
Sea como fuere lo cierto es que el dia anterior y con gran sigilo la empresa adjudicataria de las obras había procedido a talar uno de los árboles mas señalados y antiguos cuando el consistorio gijonés y el arquitecto autor del proyecto habían asegurado que los árboles eran intocables.
La polémica entre por un lado los detractores del proyecto del Campo Valdés y por el otro los arqueólogos -la mayor parte de la UAM- y el P.S.O.E venía de lejos con una gran tensión reflejada en el centenario diario de El Comercio, decano de la prensa asturiana, con numerosos informes y contrainformes donde mas allá de una simple cuestión urbanística se estaba pugnando por la mucho mas trascendental cuestión de la identidad asturiana.
Son reveladoras las palabras de dos habituales comentaristas de nuestro centenario diario Don Agustín José Antuña Alonso y Don Marcelino Laruelo Roa.
Cercanos a los hechos firman sendos artículos; el señor Antuña Alonso en el titulado ¡Hasta pronto, Campo Valdés! dice: "Se ha escrito y hablado mucho -aunque nunca es bastante- sobre la aberración que supone lo que se está haciendo en el Campo Valdés, y se llega a la conclusión, frente a ello, de que es preferible conservar el hábitat de una ciudad como la nuestra antes que dejarse llevar por pasiones arqueológicas desmedidas" "y a mayor abundamiento nos recuerdan un pasado más bien oprobioso, que disfraza nuestras raíces celtas y celtíberas (aunque todo pasado haya que tenerlo en cuenta) porque es inaceptable que se nos diga, como han hecho el señor Fernández-Miranda y la señora Fernández Ochoa, en la Sociedad Cultural Gijonesa, que, antes de Roma, Gijón no tiene historia ni habitantes............."
Laruelo Roa, en "El Campo Valdés" dice "Llevan las Madres del Campo Valdés más de veintitantos días de sonora protesta, de digna y tenaz oposición al último y más aberrante de los proyectos hormigoneriles concebidos por el tándem Areces-Morales. Hay que estar allí una hora golpeando rítmicamente las vallas de la tiranía para valorar en su justo término lo que de sacrificio valeroso y ejemplar tiene tan prolongada actitud. Son veintitantos días de una protesta que no tiene precedentes en Gijón, a pesar de la falta de apoyo de los partidos políticos, de la inhibición de las asociaciones de vecinos, del desdén de la Iglesia......." "El alcalde no ha dudado en ir más lejos en su escalada anti-democrática prohibiendo la utilización de megafonía, ordenando arrancar carteles y borrar pintadas, filmando en vídeo desde las oficinas municipales a los manifestantes, etcétera. La maquinaria de manipulación y propaganda de la tribu social-felipista está trabajando a toda presión".
"Terminada la protesta, la gente se marchó y G. caminaba solo por el llamado callejón de Areces. En ese momento una agente municipal se le dejó caer encima. Al cogerla instintivamente, otros agentes que estaban prevenidos de la maniobra a su espalda se abalanzaron sobre él, inmovilizándole y golpeándoles. Ahora G. tiene una denuncia en el juzgado por agredir a una policía.
"El jueves, once de junio, había en el Campo Valdés cuatro municipales de paisano intentando identificar a los manifestantes; uno de ellos fue el que golpeó a un vecino de Cimadevilla de 58 años, cuando ya no quedaba nadie en el lugar y refugiándose después en el propio edificio del Ayuntamiento".
Un servidor, por pegar una nota de protesta de un tamaño reducidísimo en las vallas, fue amenazado con detención e identificado; librándome de ir a comisaría posiblemente el hecho de estar acompañado en aquel momento por una persona que creyeron abogado, por lo cual creo firmemente en los testimonios de las personas que citó Don Marcelino Laruelo Roa.

1 comentario:

  1. Digno de llevar al cine,me ha encantado, verdad o ficción, debería ser nuestra lucha

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