LA CRUZADA DE NEVILLE

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miércoles, 21 de agosto de 2019

LOS SILOS ISLÁMICOS NORTEAFRICANOS DE MADRID



















LOS SILOS ISLÁMICOS SON LOS AUTÉNTICOS TESTIGOS DEL MADRID NORTEAFRICANO Y ÁRABE

http://madridarabe.es/2014/07/01/los-silos-islamicos-de-madrid/


Los vestigios del Madrid musulmán no se reducen a la muralla o a la atalaya islámica. Tampoco a los utensilios y cerámicas que se exponen en el Museo de los Orígenes de Madrid. Existe un cuarto elemento histórico que da testimonio de aquel pequeño núcleo fortificado llamado Mayrit. Son los silos y pozos islámicos repartidos por el centro histórico que descubren aspectos de la vida cotidiana de los primeros madrileños.

Construidos entre los siglos IX y XI, los silos son fosas excavadas en el suelo con una profundidad de entre cincuenta centímetros y seis metros. En los tiempos del Madrid árabe, los silos eran empleados como un depósito subterráneo de alimentos, una especie de almacén con temperatura estable y a salvo de depredadores en el que guardar excedentes alimenticios, cereales, ollas, platos, candiles y jarras.
Situados en locales próximos a viviendas, patios y corrales, tenían un carácter comunal ya que eran compartidos por familias y vecinos. No obstante, su vida útil fue apagándose con la llegada de los cristianos. «Se rellenaban de basura que es lo que encontramos los arqueólogos cuando los excavamos», afirma el arqueólogo Salvador Quero, que ha participado en el hallazgo de numerosos silos.













Con todo, este cajón de sastre musulmán no es propio de la cultura islámica. Los silos existen desde la prehistoria si bien, como sucedió con los hammamsu apogeo se experimentó bajo la época musulmana. De forma circular, tenían las paredes desnudas y estaban rematados generalmente por una cubierta de madera. Fuentes de la época hablan de que la comida podría llegar a permanecer hasta cien años almacenada en perfectas condiciones!









EL CENTRO HISTÓRICO DE MADRID ESTÁ REPLETO DE SILOS ISLÁMICOS NORTEAFRICANOS

Su importancia va más allá de ser unos simples pozos. Son testigos de la vida cotidiana de los primeros ciudadanos de Mayrit. Almacenados en los silos islámicos, se han rescatado del olvido una gran cantidad de cerámicas que dan cuenta del verdadero pasado de la ciudad. Una parte se exhiben en el Museo de los Orígenes, donde precisamente se han encontrado hasta 45 silos de la época en lo que fue el arrabal musulmán de la ciudad tras la conquista de Alfonso VI en 1085. Pero en Madrid hay muchos más.
Más de 270 pozos islámicos han sido encontrados en 23 excavaciones arqueológicas en Madrid, la mayoría en el entorno del barrio de la Morería (Cava Baja, Plaza de los Carros, Vistillas)  y en las inmediaciones de viejo Alcázar árabe (Plaza de Oriente y Cuesta de la Vega).

De hecho, el número de obras que se han tenido que parar en el casco antiguo por la aparición de silos en los estratos más inferiores es considerable. Sin embargo, tras ser documentados la mayoría han vuelto a quedar enterrados, ajenos a la memoria de los madrileños. Tan solo se pueden contemplar algunos en la Plaza de Ramales, cubiertos por un cristal que está sucio en la mayoría de las ocasiones, lo que impide observar bien «estos vestigios de la presencia árabe en Madrid», añade el arqueólogo.

A falta de muros, suelos y patios que atestigüen el pasado árabe de Madrid, estos depósitos y pozos son hasta el momento el único testimonio del auténtico poblamiento andalusí de Madrid, es decir, de su origen árabe.


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