ADIANTE GALICIA
La ría de Camariñas y Bergantinos recibieron migraciones de Bretaña en el Siglo VI
/Rafael Lema//
¿Por qué la parroquia de San Jorge de Buría-Camariñas perteneció al obispado de Mondoñedo durante más de mil años? Se trata de una donación altomedieval del extenso territorio costero de Nemancos, del que con el tiempo solo quedó esta marca. El arciprestazgo de Camariñas, formado por Buría-Camariñas y Xuño (Ponteceso) permaneció desde 864 hasta 1955 en el obispado de Mondoñedo, antes Britonia. Casos que analizaremos en otro apartado; porque hablamos de viejas raíces históricas que hacen confluir Camariñas y Mondoñedo.Bases singulares del Obispado de Mondoñedo
En primer lugar debemos citar las bases singulares de este obispado, heredero de una colonia de celto-bretones exiliados que fundan un episcopado. Por ello no es una casualidad que ya durante la creación de este centro espiritual bretón en Galicia, una colla bretona desembarcara en la ría de Camariñas al mismo tiempo que en la Mariña lucense. Tampoco es un hecho casual esta elección, la comunicación por vía marina fue intensa y prolongada en el tiempo, sin apenas cortes, entre Britannia y Gallaecia. La filiación cultural y genética evidente. Fue intensa con fenicios y romanos, en la Edad Media y ya en la Prehistoria.Es conocido que bretones huidos en el siglo VI crearon el obispado de Britonia en Galicia (llamada la tercera Bretaña), levantando un Monasterio Máximo, bajo un abad-obispo; pero además estas migraciones llevaron a varios grupos a establecerse en la ría de Camariñas y crear una segunda Britonia gallega y otro "Monasterio Máximo", posiblemente en Ozón.
Esta teoría que tengo apuntado en otros trabajos se refuerza con un gran libro de investigación, el "Atlas historique de Bretagne" de Roger Hervé y Yan Poupinot, ya editado en 1986. Hervé, fallecido en 1994, fue un gran hispanista y cronista del mar, defensor de los descubrimientos españoles y portugueses en Australia y Nueva Zelanda. Hervé y Poupinot trazan las rutas de dos migraciones bretonas a la Mariña lucense y a la costa de Bergantiños, un viaje marino claro para los viejos navegantes que saliendo del canal buscaban cabo Vilán como principal referencia, siguiendo vientos y corrientes, además de revisar una centenaria tradición de vínculo entre las costas atlánticas, nunca frenada. Una de las rutas de estos migrantes va directa de Gran Bretaña a la Costa da Morte; en la otra migración los barcos llegaron en cabotaje por todo el Cantábrico, y al arribar a Galicia se dividen en los que quedan en Britonia y los que alcanzan Cabo Vilán.
La primera migración britona que llega a la Costa da Morte parte directamente atravesando el mar sin escala desde el canal de Bristol, del reino de Dywed en Gales; en donde antes habían entrado gentes del sur de Dublín (Leinster, cabo Cahore). Leinster es uno de los grandes centros difusores de la leyenda artúrica, del Lebor Gabhala o libro de las invasiones que trata de la llegada de los milesios galaicos a Irlanda (Libro de Leinster), e introductor de la obra de Paulo Orosio o el muy estimado Isidoro en aquellas latitudes, por ello la relación con la iglesia hispana será larga y productiva.
Además de los ancestrales hermanamientos con Galicia detrás de estas migraciones está igualmente el monasterio galés de Llantwit. Son britanos celtas en todos los casos evangelizados por monjes desde el s. IV, que parten de puertos de la zona de Cardiff y el Swansea. A ellos se unen escoceses del Solway firth, entre Dumfried y Ballantrae. Atraviesan el Mar de Irlanda, el canal de San Jorge, el de la Mancha y la Bay of Biscay. en ruta directa a Bergantiños.
Movimientos documentados durante el reino suevo
De esta zona del canal de Bristol, de Gales, parte otra segunda migración, a la que se unen otras gentes de Wessex, al sur del canal. De la desembocadura del río Severn, la zona de Bridgewater, Weston Wells, Tauton. En esta larga ruta marina algunos grupos quedan en la Bretaña francesa (Britannia minor), otros siguen en cabotaje por el golfo de Vizcaya, quedan de nuevo otros en el País Vasco, y el resto llega a la Britonia lucense y a la Costa da Morte.Son movimientos documentados durante el reino suevo de Galicia, con muchos contactos por vía marina con estos territorios, sobre todo con el reino franco, tras la conversión del suevo Carriarico al catolicismo (550-559) y sobre todo con los reyes Teodomiro y Miro, que auspician los concilios de Braga. La diplomacia sueva con francos y bizantinos fomenta el comercio y la ayuda bélica (contra arrianos); pero también las misiones evangelizadoras con monjes llegados del norte y del sur, entre ellos el apóstol de los suevos San Martiño, enviado por Bizancio a Braga.
Las relaciones de la iglesia de las dos Bretañas y la hispana serán intensas en la Edad Media. P. R. Giot analizó estos vínculos en "Relatos prehistóricos de Bretaña y Gran Aretaña, Annales de Bretaña" (Rennes, 1954). Tras la batalla de Dyrham en 577 se acentúan las migraciones de britanos al continente; se separan los territorios de Gales, Cornualles, Devon. En el continente en 510 bretones y merovingios firman un tratado de paz. El rey franco Gontram en 580 crea la Marca de Bretaña con el dux Beppolene y mantiene lazos con los suevos en su guerra con los visigodos, enviando una flota a Galicia para levantarlos de la ocupación goda, que será destruida por Leovigildo.
Nuevas oleadas de migrantes
Las fechas de las invasiones y asentamientos normandos en la Bretaña están también muy unidos a llegadas de estas flotas a Galicia, o mismo de barcos de exiliados. Vemos como en sucesivas crisis en Bretaña saldrán documentos contemporáneos en Galicia que nos hablan de nuevo de la presencia de bretones, apuntando a nuevas oleadas de migrantes a la tercera Bretaña.En 851 se crea el reino de Bretaña con Erispoe, en donde se reconstruyen los viejos clanes de Gran Bretaña y se divide el reino en tres, el número mágico de los celtas y también la ancestral marca divisoria de Gallaecia, respetada por Roma. En medio de la invasión islámica en España, esta fecha marca la recuperación de los límites galaicos como reino cristiano libre del Islam, y el inicio del fenómeno jacobeo, cuyas primeras referencias aparecen en los escritorios de los monjes de la iglesia celta britano-irlandesa.
En nuestra Britonia galaica se implantó una forma de cristianismo céltico similar al practicado en Irlanda o Bretaña. Una comunidad cristiana organizada en torno al abad-obispo de un monasterio (el monasterio Máximo), al modo de la fórmula de san Patricio. Las comunidades célticas celebraban la Pascua en fechas distintas a las señaladas por Roma y sus monjes tenían una tonsura diferente a las otras órdenes religiosas, modelos extendidos por la costa gallega. En el año 598 el IV Concilio de Toledo condenó la práctica de este tipo de tonsura, usual en la provincia de Gallaecia, al igual que otros ritos propios.
La extensión de pequeños cenobios en lugares apartados mantiene este vínculo con la organización celto-britona, y destacamos la alta presencia en Bergantiños y la ría de Camariñas de estos monasterios costeros pequeños (diez) de los que solo Moraime destacaría en la era románica, por el apoyo real. San Martiño de Ozón (Muxía) y Santa Mariña do Tosto (Camariñas) nacen en el periodo britano, y marcados por esta hermandad, siendo Ozón el máximo candidato al "Monasterio Máximo" de Nemancos. Destacamos el hecho de la alta proporción de personas de piel, ojos y pelo claro, de tipo alpino, en la zona de influencia del primitivo cenobio altomedieval de Santa Mariña, mayor que en cualquier área de la provincia.
Durante los siglos V y VI, ante la merma de la autoridad romana en Britania grupos de romano-bretones buscaron cobijo al otro lado del mar, huyendo de los anglo-sajones. En principio se refugiaron en áreas más occidentales: Gales, Cornualles, Cumbria. Otros se establecieron en Armórica, que tomaría el nombre de Bretaña. Un tercer grupo de emigrantes navegaron a la Mariña lucense, a Galicia, en una cantidad suficiente como para crear un obispado, llamado Britonia, y un monasterio: la Basílica de San Martiño de Mondoñedo, el Monasterio Máximo. Diócesis mencionada en el 1º Concílio de Braga, de 561 d.C., donde se cita al obispo Maeloc o Mailoc.
La sede de Britonia quedó extinta en el siglo VIII. Sin embargo, todavía en el año1233 un documento menciona una heredad sita en el concejo de Castro de Rey que pertenecía "a aquellos hombres llamados bretones o biortos, y cuyas mujeres se llamaban chavellas". Curiosamente en la ría de Camariñas quedan en la onomástica y como "alcume" formas como "biorto, brión, bretón", o la expresión "chavea" para referirse a una moza. También el topónimo Lordamán (normando)
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