martes, 5 de julio de 2022

ROMANOFILIA Y GRECOLATRÍA



ROMANOFILIA Y GRECOLATRÍA  son dos enfermedades endémicas que han asolado las cátedras e institutos españoles desde hace generaciones. 
Afortunadamente en el escenario geográfico en el que nos encontramos a orillas del Cantábrico solo hemos sufrido la primera de las dos dolencias aunque con una inusitada virulencia.

Los poderes vectores académicos dirigidos desde Madrid desplegaron toda la maquinaria de su influencia en sus diversas facetas para implantar a las bravas una historia paralela y fraudulenta con la que según sus propias palabras "normalizarían" el escenario cantábrico reduciéndolo a su cosmovisión grecolatina.
Para ello  han utilizado fundamentalmente dos acciones la primera de las cuales es negar la presencia celta y la segunda inventar una potente romanización. Como tales actuaciones  a los ojos de la comunidad científica internacional se antojaban descabelladas han tenido que echar mano de una extraordinaria panoplia de falsificaciones y acciones propagandísticas que como era previsible les han condenado al descrédito.
Aquel proceso iniciado en los años 80 del pasado siglo y hoy ya  descarrilado ha condenado al ostracismo a sus principales patrocinadores hoy jubilados u orientados por las circunstancias a otros escenarios del panorama geográfico español.

Derrotados y desaparecidos han seguido  sus discípulos- de mala gana, dado el profundo escarmiento sufrido-  aunque ya a pequeña escala, con escaramuzas de escaso calado a través de los pequeños cortijos donde aún sobreviven protegidos en una variopinta arquitectura de museos, fundaciones,  concejalías o en algún escalafón de la Consejería de Cultura.

Su última derrota y una de las mas sonoras después de la hecatombe del Gijón romano fue la pifia de Lucus Asturum donde anunciaron una ciudad a bombo y platillo y encontraron aún no se sabe muy bien si una posta de caballos o un lupunar de arrieros.

El Combate de Neville ha contribuido durante muchos años y con escasos medios a la resistencia de la sociedad asturiana contra este fenómeno aculturador y espera poder seguir haciéndolo.





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