Nuevo escándalo en la arqueologia asturiana. Acuden al País Vasco para poder presentar en Asturias alguna pieza de factura romana.
Hace años intentaron darnos gato por liebre anunciando que habían encontrado una silla romana en las excavaciones de la antigua fábrica de Tabacalera en Cimadevilla.
Desde este blog ya alertamos de que se trataba de un nuevo peplum de su largo rosario de invenciones y de falsificaciones para acrecentar la débil huella romana en Asturias.
La sospecha quedó refrendada tras la intervención de la epigrafista Canto de Gregorio en Terraeantiqvae.com donde desmintió que fuera de factura romana.
Una vez realizados las análisis quedó probado que la silla en cuestión era de la época Alto medieval.
Pues bien ahora vuelve la burra al trigo porque está en el corral vitalicio del mando supremo de los museos de Gijón al estilo del Caudillo y pese a un sonado tropezón con la Justicia que la inhabilitó años atrás por empadronamiento ilegal de arqueólogos de su palo, esto es del cortijo de la U. A. M, y filtración de exámenes.
Pues bien ahora organiza una nueva mascarada combinando los objetos alto medievales asturianos con piezas romanas procedentes del País Vasco para ver si por el procedimiento de ósmosis o confusión pueden incrementar el exiguo patrimonio romano en el Principado.
Esto no es algo nuevo pues en la ya lejana exposición "Astures" trajeron objetos de la Bética y la Tarraconense para poder darle un mínimo de contenido.
Nueva trapaceria pues. Nuevo ardid o triquiñuela de baja estopa para intentar engañar a algún incauto.
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