EL OSO, EL MADROÑO Y EL CORÁN, EL MADRID ISLÁMICO
Lo vemos, lo estamos viendo un dia si y otro también como aparecen vías romanas por todas partes en el territorio de la antigua Hispania menos en Asturias. Vías romanas de las de verdad, de las que pueden verse y tocarse. Tangibles. Verificables.
En esta ocasión en Brandomil de reminiscencias suevas de la mano del atribulado Gorgoso discípulo de Jm Bello, lo del apellido muy apropiado para Halloween anglicano o nuestro Samuin autóctono.
Jm Bello turpino se resiste a morir y se reencarna en la temible guestia arqueológica con todos sus discípulos que le siguen en la fantasmagórica procesión.
Pero al César lo que es del César porque Gorgoso atopó una calzada romana auténtica, que se puede ver, que se puede tocar, que no ofrece margen a la duda y en Asturias los prestigitadores de la arqueología las pintan en los mapas con sus torpes dedos y rotuladores de colorinos.
Todo es posible en la arqueología española y para muestra Iruña Veleia, el Gijón romano o el Castillo de Torrechapa.
El señor Moreno Gallo que es el mayor experto en caminería romana ha negado todas la vías romanas inventadas en Asturias. Todas sin excepción.
Los trileros de la arqueología lo saben y andan escocidos. Porque una cosa son las vías romanas auténticas y otras las inventadas sobre la marcha para salir del paso en los constructos de sus peplums políticoarqueológicos cuando no de cartera.
Si antes hicimos referencia al Bello en su estrambótico contraste con la realidad habría que hacer referencia también al Bello de Bellum, de guerra, de belicoso porque turpino vetuliano mantiene una contienda de dimensiones homéricas contra las nuevas generaciones de arqueólogos que abjuran de su peculiar praxis arqueológica y para muestra el mechero de la torre de Hércules.
De la Gorgona vinieron los Gorgontes en la épica colonización helena de Galicia y de los Gorgontes los Gorgosos, terribles con sus estandartes y cinturones de serpientes. Porque Galicia fue Oestrimnida y luego Ofiusa por la conquista de los Saefes.
Y estos Gorgontes son capaces de convertir en piedra cualquier objeto o persona que se cruce en su camino por lo que serían muy adecuados, de contratarles, para convertir en empedrados los caminos de cabras asturianos que quieren hacer romanos. Que son obra de la bellica capra y no de los agrimensores imperiales.
Venga pues ya Gorgoso y que venga con la cabra legionaria!!!!.
Redacción/ Grado
Las investigaciones arqueológica de Peña Sobia, en Teverga, han localizado en su primera campaña restos óseos de tres individuos, del siglo I después de Cristo, de en torno a los 20 años de edad, fallecidos de muerte violenta, que podría estar relacionada «con una masacre vinculada a la invasión romana», según señala el arqueólogo director de los trabajos, Alfonso Fanjul. El hallazgo está aún pendiente de completar los estudios de ADN, lo que permitirá conocer más datos sobre los tres jóvenes, que no fallecieron por causas naturales o de forma ritual, según las primeras investigaciones, sino que fueron víctimas de una ‘masacre’. Se trata de un hallazgo «de suma importancia» realizado en la zona de Peña Sobia, un proyecto arqueológico impulsado por Fanjul, con la colaboración del investigador Antonio Juaneda, y que cuenta con financiación del Ayuntamiento de Teverga. Además de los restos humanos, «tres varones arrojados a una sima», en la campaña se encontró un abrigo del Paleolítico medio, el más alto documentado en Asturias, y una punta de lanza de bronce. Los hallazgos de esta primera campaña se presentaron hoy en la Casa de Cultura, en presencia de la alcaldesa, que destacó la importancia del descubrimiento para documentar el pasado del concejo. También apareció un abrigo, cuya viseras e ha derrumbado, pero que ha permitido hallar restos de una lanza de bronce. Tras la presentación pública, los arqueólogos presentaron los hallazgos a los escolares de Teverga, que asistieron a la explicación arqueológica con muchísimo interés. «Ni pestañeaban», bromeó la alcaldesa, que mostró enorme satisfacción por el descubrimiento.
La brillante escritora Matilde García Mauriño nos presenta una nueva y apasionante novela ambientada en los tiempos de la Monarquía Asturiana.
Nuevo escándalo en la arqueologia asturiana. Acuden al País Vasco para poder presentar en Asturias alguna pieza de factura romana.
Hace años intentaron darnos gato por liebre anunciando que habían encontrado una silla romana en las excavaciones de la antigua fábrica de Tabacalera en Cimadevilla.
Desde este blog ya alertamos de que se trataba de un nuevo peplum de su largo rosario de invenciones y de falsificaciones para acrecentar la débil huella romana en Asturias.
La sospecha quedó refrendada tras la intervención de la epigrafista Canto de Gregorio en Terraeantiqvae.com donde desmintió que fuera de factura romana.
Una vez realizados las análisis quedó probado que la silla en cuestión era de la época Alto medieval.
Pues bien ahora vuelve la burra al trigo porque está en el corral vitalicio del mando supremo de los museos de Gijón al estilo del Caudillo y pese a un sonado tropezón con la Justicia que la inhabilitó años atrás por empadronamiento ilegal de arqueólogos de su palo, esto es del cortijo de la U. A. M, y filtración de exámenes.
Pues bien ahora organiza una nueva mascarada combinando los objetos alto medievales asturianos con piezas romanas procedentes del País Vasco para ver si por el procedimiento de ósmosis o confusión pueden incrementar el exiguo patrimonio romano en el Principado.
Esto no es algo nuevo pues en la ya lejana exposición "Astures" trajeron objetos de la Bética y la Tarraconense para poder darle un mínimo de contenido.
Nueva trapaceria pues. Nuevo ardid o triquiñuela de baja estopa para intentar engañar a algún incauto.