LNE
Invocación a la luna nueva
Tesoros del Archivo de la Tradición Oral de Asturias
(Capítulo X): Protección astral contra el dolor de muelas, la mordedura
de perro, la picadura de animales ponzoñosos y las enfermedades “de
afuera”
En la Asturias del siglo XXI aún se sigue invocando a la luna como
fuente de remedios para el cuerpo y barrera contra todos los males. Se
trata de una tradición que solo se conserva en el occidente asturiano,
pero que se extiende también por Galicia y Portugal. Este tipo de
invocaciones es lo que hoy se aborda dentro de la serie “Tesoros de la Tradición Oral de Asturias”, una recopilación hecha para LA NUEVA ESPAÑA por el filólogo Jesús Suárez.
Este acreditado especialista es el creador del Archivo de la Tradición
Oral de Asturias, un extraordinario compendio de narraciones populares
que han pasado de generación en generación y que ahora se ha convertido
en cátedra universitaria con el apoyo de la Universidad de Oviedo y de
Caja Rural de Asturias.
Versión grabada en Bustapena (VILLANUEVA DE OSCOS / VILANOVA D’OZCOS) por Jesús Suárez López.
Narrada por Carmen López González, 76 años (2013)
Esta oración… da abuela d’aquí d’esta casa, que lo decía a abuela. Cuando tábamos aquí, que a luna sale hacia ahí, dice: “Hoi, mira, ta allí a luna, hai que decirlle esto…” Y decímoslle eso:
Más allá de la perplejidad que nos produce el hecho de
que en la Asturias del siglo XXI —tras un proceso milenario de
cristianización— se siga invocando a la luna como en las culturas
primitivas, resulta sorprendente comprobar la extraordinaria difusión
geográfica de esta invocación a la luna nueva para la prevención del
dolor de muelas, la mordedura de perro, la picadura de animales
ponzoñosos y las enfermedades “de afuera”.
Por lo que respecta a la tradición asturiana, esta invocación a la luna se encuentra únicamente en los concejos del extremo occidental (con testimonios documentados en Ibias, Allande, Grandas de Salime, Eilao, Villayón, Os Ozcos, San Tiso d’Abres y Castropol), pero su área de difusión se expande por la vecina Galicia y el norte de Portugal, formando un núcleo compacto de versiones que se circunscribe exclusivamente al cuadrante noroccidental de la Península.
Fuera ya de la península Ibérica, podemos encontrar invocaciones similares en la región de Poitou-Charentes, en la costa atlántica francesa, donde también se pide a la luna protección contra la mordedura de perros y serpientes:
A la luz de estos ejemplos y otros muchos que podríamos aducir aquí, se dibuja un área de difusión de nuestra invocación a la luna nueva que alcanza los confines de Europa en sus cuatro puntos cardinales, con testimonios similares documentados en Portugal, España (Galicia y Asturias), Francia, Italia, Alemania, Polonia, Lituania, Chequia, Hungría, Ucrania y Rusia.
La extraordinaria amplitud geográfica de esta invocación es indicio de su venerable antigüedad, que se ve confirmada en la “Physica Plinii Sangallensis”, compilación de remedios medicinales escrita en el norte de Italia entre los siglos VI y VII, la cual nos ofrece sendas recetas contra el dolor de muelas en las que se prescribe la invocación a la luna nueva:
Cuando veas la primera luna nueva, pones las palmas de las manos en las mejillas y dices. “Luna nueva, dientes nuevos, gusanos podridos os escupo”.
Para el dolor de dientes y de cabeza, dices esto ante la luna. “Luna nueva, dientes nuevos, gusanos podridos, salid fuera. Al igual que a ti no pueden atacarte ni lobo ni perro, así tampoco a mí, ni pueda atacar mi cabeza dolor alguno”.
Como conclusión de este breve cotejo entre versiones antiguas y modernas, cabe manifestar nuestro asombro ante la extraordinaria capacidad de pervivencia de esta invocación a la luna nueva, que ha sobrevivido durante más de mil años en la tradición oral y se ha expandido por toda Europa, mostrando una sorprendente capacidad de adaptación a pueblos, culturas y lenguas de familias tan diversas como la románica, la germánica, la báltica y la eslava; lo que hace pensar que su origen ha de ser muy anterior a sus primeras documentaciones en latín altomedieval.
Podemos afirmar, en consecuencia, que, más que una “joya” de la tradición oral asturiana, nos encontramos ante una verdadera “reliquia” del patrimonio cultural hispánico y europeo. Va siendo hora, por tanto, de que tomemos conciencia de la apreciable contribución que la tradición oral puede aportar al Patrimonio Cultural de Asturias y a la dignificación de nuestra cultura tradicional, que es patrimonio de todos los asturianos —sin distinción de sexos, credos e ideologías— y está por encima de posturas antagónicas sobre otras cuestiones.
Narrada por Carmen López González, 76 años (2013)
Esta oración… da abuela d’aquí d’esta casa, que lo decía a abuela. Cuando tábamos aquí, que a luna sale hacia ahí, dice: “Hoi, mira, ta allí a luna, hai que decirlle esto…” Y decímoslle eso:
Dios te bendiga, lúa nova,Eso dícese cuando nace a luna. Cuando empeza a luna a vese, que ten un cerquín piquinín… dicen que decindo eso que nun pica culobra, que nun pican os males, os bicbos malos… Nun sei se’a verdá se non. Eu sempre que la veo así… eso, dígolo. Después nun sei se vale se non vale. A min, gracias a Dios, hasta ahora nu me picóu nada y anduve muito nel monte, nel herba, enos prados, en todo… pódeme picame algúa, ¡eh!, pero bueno, hasta ahora…
que nun te vin hasta ahora,
que nu me dola dente nin mola,
nin me trabe can nin colobra,
nin sapo nin sapagueira
nin ningún mal de fora.
Por lo que respecta a la tradición asturiana, esta invocación a la luna se encuentra únicamente en los concejos del extremo occidental (con testimonios documentados en Ibias, Allande, Grandas de Salime, Eilao, Villayón, Os Ozcos, San Tiso d’Abres y Castropol), pero su área de difusión se expande por la vecina Galicia y el norte de Portugal, formando un núcleo compacto de versiones que se circunscribe exclusivamente al cuadrante noroccidental de la Península.
Fuera ya de la península Ibérica, podemos encontrar invocaciones similares en la región de Poitou-Charentes, en la costa atlántica francesa, donde también se pide a la luna protección contra la mordedura de perros y serpientes:
Bella luna, yo te veo…Siguiendo hacia el norte, a orillas del mar Báltico, los campesinos lituanos se dirigen a la luna nueva solicitando su protección contra una serie de peligros potenciales que, al igual que en la tradición asturiana, incluye el dolor de muelas:
guárdame de tres cosas:
del encuentro con malos perros,
de la tentación de Satán
y de la mordedura de serpiente.
Luna nueva,Asimismo, en la región de Cieszyn, en el sur de Polonia, se saluda a la luna nueva para que alivie el dolor de muelas y de cabeza diciendo estas palabras:
princesa del cielo,
protégeme de la quema en el fuego,
del ahogamiento en agua,
del dolor de muelas.
Yo te saludo,En Bohemia, actual república de Chequia, se ruega a la luna nueva que haga desaparecer el dolor de muelas hasta que se muestre con tres cuernos, cosa que nunca habrá de suceder:
luna nueva,
desde el dolor de muelas
y de cabeza.
La luna es nuevaY con similar finalidad, en el extremo oriental de Europa, los campesinos de la península de Crimea (Ucrania) se dirigen a la luna nueva susurrando esta invocación:
y Dios es bueno,
que no me duelan los dientes
hasta que la luna tenga
tres cuernos de nuevo.
Luna nueva,
en ti la cruz de oro.
El hijo pregunta a su padre:
—¿Tienen los muertos dolor de muelas?
—No, no tienen.
—Así pues, el siervo bautizado del Señor
no tenga más dolor de muelas.
A la luz de estos ejemplos y otros muchos que podríamos aducir aquí, se dibuja un área de difusión de nuestra invocación a la luna nueva que alcanza los confines de Europa en sus cuatro puntos cardinales, con testimonios similares documentados en Portugal, España (Galicia y Asturias), Francia, Italia, Alemania, Polonia, Lituania, Chequia, Hungría, Ucrania y Rusia.
La extraordinaria amplitud geográfica de esta invocación es indicio de su venerable antigüedad, que se ve confirmada en la “Physica Plinii Sangallensis”, compilación de remedios medicinales escrita en el norte de Italia entre los siglos VI y VII, la cual nos ofrece sendas recetas contra el dolor de muelas en las que se prescribe la invocación a la luna nueva:
Cuando veas la primera luna nueva, pones las palmas de las manos en las mejillas y dices. “Luna nueva, dientes nuevos, gusanos podridos os escupo”.
Para el dolor de dientes y de cabeza, dices esto ante la luna. “Luna nueva, dientes nuevos, gusanos podridos, salid fuera. Al igual que a ti no pueden atacarte ni lobo ni perro, así tampoco a mí, ni pueda atacar mi cabeza dolor alguno”.
Como conclusión de este breve cotejo entre versiones antiguas y modernas, cabe manifestar nuestro asombro ante la extraordinaria capacidad de pervivencia de esta invocación a la luna nueva, que ha sobrevivido durante más de mil años en la tradición oral y se ha expandido por toda Europa, mostrando una sorprendente capacidad de adaptación a pueblos, culturas y lenguas de familias tan diversas como la románica, la germánica, la báltica y la eslava; lo que hace pensar que su origen ha de ser muy anterior a sus primeras documentaciones en latín altomedieval.
Podemos afirmar, en consecuencia, que, más que una “joya” de la tradición oral asturiana, nos encontramos ante una verdadera “reliquia” del patrimonio cultural hispánico y europeo. Va siendo hora, por tanto, de que tomemos conciencia de la apreciable contribución que la tradición oral puede aportar al Patrimonio Cultural de Asturias y a la dignificación de nuestra cultura tradicional, que es patrimonio de todos los asturianos —sin distinción de sexos, credos e ideologías— y está por encima de posturas antagónicas sobre otras cuestiones.
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