Una secta romanófila que ya en la época franquista mediante el cónsul italiano instaló en el Campu Valdés una estatua del carnicero Octavio Augusto pretende apoderarse de la historia de Gijón y su último capítulo es organizar una gran mascarada en el pabellón oficial del ayuntamiento de Gijón en la FIDMA conocida popularmente como "la Feria de los bocadillos".
Llueve sobre mojado; el carnicero de cántabros y astures homenajeado, las tropas italianas cometiendo todo tipo de tropelías contra la población civil.
¿Quo Vadis ayuntamiento de Gijón? No puedes con el dinero de los impuestos de los gijoneses organizar mascaradas de claro tinte ideológico.
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