domingo, 2 de julio de 2017

GRANDE EVARISTO CASARIEGO



DIARIO EL COMERCIO DE GIJÓN

UNA INICIATIVA ASTURIANA DE INMENSA REPERCUSION ESPAÑOLA Y UNIVERSAL J. EVARISTO CASARIEGO 

"La fe de la que participó Alfonso el Casto, y que el apadrinó, de hallarse en aquel rincón extremo de Galicia el cuerpo del Apóstol Santiago, aseguró el gran cordón umbilical que unió por siglos España a la matriz europea de la que había nacido" 
Claudio Sánchez Albornoz ( El Reino de Asturias)
Asturias inició la Reconquista en la batalla de Covadonga y estableció el primer reino cristiano auténtica y totalmente español de la historia. Estos hechos, que algunos hipercríticos o algunos pseudohistoriadores se atrevieron a poner en duda en incluso negar , están sobradamente demostrados por la mas éscrupulosa investigación científica. Y todos los historiadores lo admiten unánimemente : Menéndez Pidal, Sánchez Albornoz, Ballesteros, Pérez Urbel, Uría, etc, han escrito decisivas páginas sobre esto.
De un aspecto poco estudiado y divulgado de la iniciación de la reconquista asturiana , voy a tratar en éstas páginas : de como Asturias procalmó el patronazgo de Santiago para España y de las imprevistas e inmensas consecuencias que para España y resto de Europa tuvo esta decisión asturiana.
Santiago: el de la realidad y el de la leyenda
La principal argamasa que cimentó y mantuvo unidas las piedras de ese gran edificio que llegó a ser España, fue el Catolicismo. Ya Pelayo en el siglo VIII puso la fe como principio del programa liberador y constituyente de la Nación que se empezaba a organizar. Véanse las crónicas Albeldense y Alfonsina. Y desde entonces, y a lo largo de muchos siglos, España sirvió lealmente a ese ideal religioso, que era ecuménico, pero le sirvió, de una manera muy suya con la originalidad de su propio genio.
Así consta que la Reconquista nace al amparo de Santa María en una cueva a ella consagrada: cova de Sancta Mariae,Cova de la Señora, Cova-domenica, Cova-duenna, Covadonga. Pero la Reconquista, además de empresa de Fe, era empresa viril y militar, y necesitaba de varones muy hombres que ciñesen espada y calzasen espuelas. Por eso además de una dulce Patrona Celestial de amable sonrisa y amoroso regazo, buscó un caudillo celeste que guiase sus ejércitos en las batallas, única manera de reconquistar la Patria, restablecer la Fe y constituir la Nación. Así surgió el señor Sant Yago, leyenda y realidad, que fue como la columna vertebral de la Reconquista.
El tema del Sant Yago, tratando de su origen, formación y creación de un gran movimiento hispánico y universal, llenaría muchos volúmenes. Aquí sólo voy a referirme ahora a él, desde el punto de vista de su origen asturiano. No me ocuparé, pues, de esa jerga de Júpiter, los Dioscuros, Cástor y Pólux galleguizados,etc, puesta o repuesta recientemente de moda por una pedantería embrolladora, ni entraré en problemas teológicos o hagiográficos.
Voy a referirme al señor Sant Yago de la creación españolísima y no al Santo Apostol Jacobus, el discípulo de nuestro Señor Jesucristo. Solo diré que de ese Jacobus no hay prueba satisfactoria de que haya estado en Hispania. Ahora bien de lo que no cabe duda, lo que sí es absolutamente cierto, es que el señor SANTIAGO MATAMOROS estuvo en España y cabalgó por sus nubes y anduvo larguísimas andaduras sobre sus tierras, de su Compostela a Cataluña y de Asturias a Tarifa. 
Sí desde el siglo VIII primero tímidamente y luego arrollador y magnífico, el señor Sant Yago ha gravitado de manera histórica,espiritual y material sobre España y la Cristiandad a lo largo de muchas centurias.Este es un hecho cientísimo que está ahí. Está en la Fe, en los romances, en las canciones populares, en los códices, en las batallas, en las piedras y alabastros. El señor Sant Yago acompañó a peregrinos y aldeanos, a reyes y vasallos, a libres y siervos, y se embarcó en las naves hispánicas y dió la vuelta al mundo la primera vez que los hombres la dieron y llenó los altares de California a Patagonia, de Acapulco a Manila y combatió a vanguardia y como generalísimo de nuestros ejércitos, acuchillando moros, herejes e idólatras. No hay un aliento de la historia de España donde Sant Yago no está presente ¿qué mas realidad puede pedírsele?. 
LOS ASTURIANOS RECUERDAN A SANTIAGO Y LE PIDEN QUE SALVE A ESPAÑA
A finales del siglo VIII reina en Asturias el príncipe Mauregato (783-789) y en su tiempo escribe un hombre extraordinariamente culto,teólogo y poeta, el beato de Liébana. 
Beato apoyado por Adosinda la viuda del rey Silo y por el reinante Mauregato, se enfrenta abiertamente con la herejía del Adopcionismo, promovida por el arzobispo mozárabe toledano, Elipando, la cual llega a poner en conmoción a toda la Europa Carolingia. En el año 783 empezó a circular un himno -O dei verbum patris...-, en cuyos versos se loa a Santiago como Apóstol de España y se invoca su protección. ¿fué el propio Beato el autor de dicho himno? es cuestión muy debatida y yo me inclino a afirmarlo.Pero lo interesante, lo cierto, es que ese Himno existió y fué entonado en las humildes iglesias asturianas.
El reino de Asturias se enfrentaba entonces con gravísimos peligros que amenazaban nada menos que su propia supervivencia. Los islamitas de Córdoba estaban organizando un gran poder unitario político y militar. El emirato de los Omeyas, gobernado por Abderrahman I y por su sucesor, el arrogante y fanático Hixam I, parecía dispuesto a dominar toda la Península. Para ello disponía de recursos inmensos y de aguerridos ejércitos, pues contaba con seis séptimas partes de la más rica España y, a retaguardia, la inagotable reserva de Africa. A todo eso. ¿que podía oponer el pequeño Reino Astur,pobre, poco poblado, y con el tenebroso mar a las espaldas? ¿qué valía la aldea de Pravia frente a la opulenta Córdoba? . Los asturianos solo podían esperar la invasión, la derrota, la destrucción de sus templos y hogares,la violación de sus mujeres, la matanza y captura de sus gentes. Únicamente la ayuda sobrenatural, el milagro, podía salvar a la Monarquía Asturiana. ¿Y quien mejor para intercesor de ese milagro que el Apóstol que había evangelizado Hispania?. Fue entonces, en ese preciso momento histórico, cuando en todos los templos aldeanos de Asturias se debieron alzar con fervor angustiado las estrofas del Himno del Beato.

O uere digne sanctior apostole,
Caput refulgens aureum Ispanie,
Tutorque nobis et patronus uernulus, 

Es decir cabeza refulgente y áurea PROTECTOR Y PATRONO NACIONAL DE ESPAÑA
Ahí estaba el apostol SANTIAGO MATAMOROS cabalgando en su albo corcel , hijo del trueno y hermano del rayo y de la espada; en los estandartes militares de los guerreros asturianos, junto a la cruz de la victoria; por eso tan pequeño ejército fue capaz de resistir no solo a los enormes ejércitos cordobeses sino a los vikingos idólatras que se atrevieron a atacar sus costas. SANTIAGO MATAMOROS cabalgó sobre las Españas con gladio de fuego para cerrar contra los infieles invasores y recuperar el suelo patrio. De ahí el célebre grito de guerra ¡Santiago y cierra España! . 

DE COMO SANTIAGO ESCUCHO A LOS ASTURIANOS Y SALVO A ESPAÑA 
Como estaba previsto, sobrevino la embestida de Córdoba en los años 794 y 795 reinando el gran rey asturiano Alfonso II el Casto el último que llevó la sangre de Don Pelayo. El emir Hixem I atacó el reino de Asturias por dos puntos; en el año 794 un ejército musulmán atacó Vasconia al mando del general Abd el Kerim, y otro atacó el corazón de Asturias al mando del general Abd el Melik, hermano del anterior. Estos dos hermanos eran los caudillos de mayor prestigio en Córdoba. Las dos empresas fracasaron. El ataque a Asturias llegó hasta el mismísimo Oviedo, pero tuvo que retroceder acosado por Alfonso II
que le persiguió en su retirada y le alcanzó y derrotó completamente en Lutos, donde el caudillo musulmán perdió su ejército, bagajes y la propia vida. Lo que parecía imposible se había realizado. Al año siguiente en el 795 el hermano superviviente Abd el Kerim volvió a fracasar y en el 796 Hixem I moría en Córdoba sin haber logrado su sueño. Posteriormente los musulmanes con su gran caudillo Almanzor lograrán llegar a Compostela, destruir su basílica y llevarse las campanas como trofeo, pero jamás tornarán a profanar la tierra sagrada del baluarte asturiano.
Alfonso II vencedor en la resistencia no tarda en dar réplica a dichos golpes y saliendo de las montañas, la caballería asturiana galopa por la meseta, vadea el Duero, llega a las bocas del Tajo, junto al mar lusitano, y toma la ciudad de Lisboa, con cuantioso botín como el famoso papilio o tienda de campaña enviada al emperador Carlomagno como regalo.
El anhelo de milagro que entonaba himnos en las iglesias de los verdes valles y las altas montañas, es ya una realidad, una realidad milagrosa que cabalga sobre los corceles de los Ejércitos de Asturias.

EVARISTO CASARIEGO 

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