martes, 28 de mayo de 2013

MORENO GALLO PONE EN DUDA LA VIA CARISA







Estimados lectores y seguidores a nadie se le ocultará que desde este blog sin negar la presencia romana en el norte de Hispania hemos intentado evitar a toda costa los "best seller" de ciencia ficción de los romanistas que pretendían colarnos la idea de una "conquista incruenta" y de una romanización que empequeñecía a Roma, Pompeya y Herculano según las propias palabras de la comandante en jefe de las fuerzas paracaidistas de Cantoblanco; aunque a continuación y tras los excesos de su "pasión visionaria" pasó a hablar de "poblamiento disperso tipo rural" y  de "romanización atlántica".
Al respecto es interesante el siguiente artículo.
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/arqueoweb/pdf/14/DominguezSolera10-29.pdf


De donde entresacamos lo siguiente: "Que las guerras cantabro-astures fueron especialmente costosas en vidas y que los romanos empeñaron un grandísimo esfuerzo en ellas, siendo su presencia en el territorio muy intensa durante y tras las mismas, está siendo demostrado en las campañas arqueológicas llevadas a cabo por los equipos del Instituto de Estudios Prerromanos de la Antigüedad y han sido publicados reciéntes trabajos al respecto  (para los cántabros véase VALLE y SERNA,2003; PERALTA,2006; TORRES,2007;DOMÍNGUEZ SOLERA,2007; TORRES Y DOMÍNGUEZ SOLERA,2008;o SERNA, MARTÍNEZ  y FERNÁNDEZ 2010; para el caso astur CAMINO,ESTRADA y VINIEGRA,2001,2005 y 2006."   
Me imagino que a la "pasionaria de Gigia" y a las fuerzas paracaidistas que comanda en Cantoblanco les habrá entrado dolor de muelas al leer  ésto pero así es la vida señora.............y mal a su pesar vd no ha podido poner sordina a la comunidad científica y ha de conformarse con añorar aquellos dorados tiempos en que vd hacía y deshacía a su antojo amparada por el señor Vicente Álvarez Areces hacedor de chiringuitos por todas partes.
Ahora ni siquiera en la Albania cantábrica comanda Vd pues al haberse posicionado a favor del señor Ángel  Villa Valdés tras dudarlo hasta el último momento, ha caído en desgracia. ¿Quién mejor que Vd para saber que Roma no paga a traidores?.
Ha calculado mal señora y aunque vd es especialista en todo tipo de pasteleos y zalameos va a tardar mucho en recuperar su posición si es que lo logra algún dia.

Pues bien y volviendo al inicio del artículo hemos intentado en este blog desenmascarar a toda esta tropilla paracaidista que pretendía hipertrofiar la romanización en Asturias hasta límites grotescos.En éste blog sin negar la presencia romana y la verdadera dimensión de la misma que se reduce a una conquista sangrienta y a cuatro villas de 3ª categoría desperdigadas por los valles centrales de la región y abandonadas mucho antes de la caida del Imperio Romano Occidental en el 410, hemos intentado ajustarnos a la realidad.
Una de las cuestiones que habíamos aceptado era la vía romana de la Carisa como via militar de penetración en Asturias, vinculada a los campamentos de Curriechos y Llagüezos, al asalto al castro de Llagú -quemado- y al punto final que marca la conquista romana de la zona central de Asturias en la Campa Torres donde se erigió el famoso monumento del Ara Sextiana.
Pero hete aquí que el que dice ser el mejor conocedor de la camineria romana no ya en la Península sino uno de los mejores a nivel europeo y mundial, el señor Isaac Moreno Gallo, pone en duda dicha via.
Todos sabemos los cuentos chinos que han pretendido colarnos con la via de la Plata y la del Oro.
http://www.diariodeleon.es/noticias/provincia/catedraticos-de-tres-universidades-excluyen-a-gijon-de-via-de-plata_443545.html    

http://elcombatedeneville.blogspot.com.es/2012/01/la-uam-descubre-una-autopista-romana-en.html

Pero creíamos que la Via Carisa -y seguimos creyendo- era una auténtica via romana. Ahora bien el gran especialista Moreno Gallo viene a sembrar la duda y el desconcierto y con aquellos antecedentes...........
Estimados amigos...............veamos de qué se trata.
Fíjense Vds en el siguiente enlace donde Vds pueden leer un artículo del señor  Emilio Campomanes Alvaredo, arqueólogo.
http://blogs.ileon.com/cuadernodecampo/2013/05/10/la-carisa/

Pues bien si lo han leído con atención podrán ver lo incisivo de los comentarios del señor Moreno Gallo que a continuación reproducimos:
1/"Por cierto, que de esa vía romana, que a mí nunca me pareció romana, nuca he logrado ver una fotografía con la sección estructural de su afirmado. Y mira que la solicité a quienes me consultaban hace años sobre este camino, que debían ser los que dirigían las investigaciones en su momento. Y ahora resulta que ¿ni los campamentos son romanos?"
2/" Pues si la Carisa es vía romana debería tener estructura del firme, como tienen TODAS las vías romanas. ¿Alguien tiene una foto de esto?
Y, además, el trazado debería ser de bajas pendientes TODO él, no solo el tramo que se ve en ese mapa. ¿Alguien tiene reconocido todo el trazado, supuesto comunicador entre León y Asturias, y puede mostrar la planta y el alzado?
A mí me encantaría verlo."

Estimados amigos, repito, esto lo dice alguien que se tiene por especialista principalísimo en el tema de la camineria romana y aquí tienen vds las páginas donde despliega su actividad.

http://www.asociaciongaditanajacobea.org/toponimo.pdf 

http://www.traianvs.net/index.php

http://dialnet.unirioja.es/servlet/busquedadoc?t=isaac+moreno+gallo&db=1&td=todo

¿Álguien puede explicarnos este embrollo? Tenemos razón en estar escamados tras los burdos intentos de colarnos la Via de la Plata y luego la del Oro pero creíamos que la Vía Carisa a pesar de no haberse hallado ningún miliario era auténtica y ahora el mayor especialista en la materia llega y.............lo pone en duda.

Para ser honestos yo si creo que la Carisa es una via romana, quizás la única en nuestra región, aunque una via de tipo militar y sin ninguna de las añadiduras  fantásticas con la que han pretendido adornarla la fanfarria cantoblanquiana -via de intercambios comerciales, importante eje cultural vertebrador bla bla bla bla-

En fin, esperamos que alguien pueda darnos una opinión técnica porque ciértamente nos hemos quedado de piedra y ..............sin miliarios, claro.

Una última cosa para la "Pasionaria de Gigia" sacada del mismo blog del arqueólogo Campomanes Alvaredo
http://blogs.ileon.com/cuadernodecampo/2013/04/03/las-guerras-de-conquista/ 

De donde entresacamos lo siguiente:

"Tradicionalmente había dos puntos de vista con respecto a la conquista romana. Una algo antigua, con un tufillo nacionalista, que hablaba de unas campañas sangrientas, exaltando la resistencia casi desesperada de los antiguos cántabros y astures, que llegaron a provocar graves reveses al ejército de Augusto, hasta casi rozar el ridículo. Y más recientemente, entre ambientes muy especializados, se venía pensando que la guerra de conquista no había sido tan dura como se pintaba y que más bien fue la propaganda romana la que nos metió en la cabeza aquello de la resistencia indómita, más que nada para dejar en buen lugar a su propio ejército, que para eso fue el vencedor.
Seguro que este último punto de vista no les sonará tanto a ustedes, pero tuvo buena acogida entre especialistas (y aún sigue teniéndola), precisamente porque no se hacían hallazgos relacionados con una guerra que tuvo que haber dejado forzosamente grandes rastros.
Pero desde hace pocos años han empezado a aparecer ese tipo de rastros que nos faltaban. Primero en Cantabria, gracias a investigadores poco o nada vinculados a instituciones académicas y muy activos en el trabajo de campo. Allí han aparecido varios campamentos romanos situados a gran altura, con unas huellas muy endebles, por haberse construido en madera y de escasa duración. E incluso se ha encontrado un castro asedidado por varios campamentos y restos del asalto final en un lugar llamado “La Espina del Gallego”, donde las excavaciones han sacado grandes cantidades de proyectiles.
 n líneas generales, esta serie de campamentos de campaña nos marcan el avance de las tropas romanas, lento e inexorable, desde el paso de la cordillera, a través los valles del Pas y Besaya hacia la costa, pero siguiendo los cordales, en lugar del fondo de los valles.
Más recientemente han aparecido otros indicios en el territorio de los astures. En varios picos de la montaña entre León y Asturias, e incluso en el rincón entre León, Asturias y Lugo. El más conocido es el de “La Carisa”, un pico a unos 1.728 mts de altitud, en la divisoria entre León y Asturias donde se encontró un campamento romano, que en las excavaciones proporcionó varios objetos perdidos por sus ocupantes. No muchos, pero los suficientes como para asegurar la presencia de militares de la época de la conquista. El lugar es realmente espectacular, desde él se pueden ver los valles asturianos hasta la costa y no es difícil hacerse una idea de los planes de los generales romanos en su campaña de conquista.
Posteriormente han aparecido otros campamentos de idénticas características, en enclaves similares, a grandes altitudes, en varios pasos de montaña entre León y Asturias y en la cabecera de los valles que después se siguieron hacia el mar.
Parece claro que el ejército romano debió alcanzar los pasos de montaña y después avanzar  por las cumbres, para evitar los fondos de los valles, donde se sentían más vulnerables. Lo cual ahora, a toro pasado, parece hasta obvio, pero lo cierto es que nunca se había imaginado una estrategia de este tipo.
En estos pasos de montaña, que pudieron haber sido caminos mucho más antiguos, se trazaron las vías romanas con su habitual eficiencia, lógica y despliegue de ingenio, cruzando la montaña con desniveles mínimos.
En la actualidad la investigación sigue trabajando y aún lo seguirá haciendo durante varios años. En realidad, muchos años si el actual parón de la investigación sigue como hasta ahora. Y desde luego, que la idea que teníamos de un hecho tan importante ha cambiado considerablemente. Lo primero, porque nadie pensaba que en un picacho desolado a 1.700 mts podría haberse instalado un campamento, ni siquiera que el avance por los cordales fuera una opción táctica. Lo siguiente, porque siempre se afirmó que la arqueológía no podría llegar a detectar campos de batalla o movimientos de tropas. Y por último, porque para algunos especialistas parecía que casi no había existido una guerra, más que un “proceso” que es una palabra aséptica."
Paracaidistas de Cantoblanco............señora Pasionaria Gigiana..................un cordial saludo y que no se les indigeste su "proceso".
Añadimos lo siguiente ya que Moreno Gallo echa más leña al fuego y como vds pueden leer en los comentarios del siguiente enlace de TERRAEANTIAVAE.
http://terraeantiqvae.com/profiles/blog/show?id=2043782%3ABlogPost%3A267074&commentId=2043782%3AComment%3A269293&xg_source=activity#.UdnsH6xtYms
 Comentario por Aurelio Aureolis Gómez Hace 21 horas Algunas vías documentadas como romanas no son aceptadas como tal en ámbitos académicos por la ausencia de miliarios.Por la parte que me toca las vías Carisa y la Mesa.Qué opinión tiene usted sobre este asunto?. Gracias anticipadas Comentario por Isaac Moreno Gallo Hace 12 horas La presencia o ausencia de miliarios no debería ser indicativo necesario de romanidad de un camino. Hay muchas vías romanas que no conservan miliarios, y hay muchos miliarios que han hecho romano al primer empedrado o puente cercano. Respecto a la Carisa y la Mesa, confieso que no he estado en ellas y no las he recorrido. Pero también es cierto que nunca he visto evidencias claras de que sean caminos romanos. La Mesa, al margen de no tener otros fundamentos como camino romano, dista mucho de ser el mejor camino que un ingeniero haría entre León y Gijón, y solo por eso ya es muy sospechosa para ser romana. Y la Carisa, si bien tiene un campamento romano cerca, no he visto una estructura clara del firme, o alguna otra cosa, que la avale como indiscutible vía romana. Creo que no es conveniente hacer romano a todo lo que se encuentre alrededor de algo ciertamente romano. Cada cosa con su prueba. Comentario por Aurelio Aureolis Gómez Hace 9 horas Pues yo sí que he visto y pisado las evidencias que hacen romanas estas dos vías.Y ello unos cuantos años antes de que se dieran a conocer los recintos campamentales que ahora conocemos.En cuanto a la ilógica que le supone al trazado de la Mesa,puntualizarle que confunde usted León con Astorga y Gijón con Flavium Avia.Evidentemente la vía se bifurca en determinado punto para dirigírse a Lucus Asturum.De todas formas,podría indicarle un vestigio evidente de que la Mesa es Romana en un paraje por donde se supone pasaba de camino a Lucus Asturum. Si viene usted por la Carisa algún día le sorprenderá hallar un enlosado a más de 1300 metros de altitud en zona húmeda perenne.Estamos hablando de un tramo de unos 20 metros aproximadamente. Bueno,gracias y espero ver algún día un trabajo suyo sobre estas dos vías. Saludos. Yo.........¿qué quieren que les diga......? ¿Es el sr Moreno Gallo el mayor experto en camineria romana o no..............? Yo sólo pregunto.

lunes, 20 de mayo de 2013

JULIO RODRÍGUEZ MARTÍNEZ II RECTOR DE CANTOBLANCO 1972-1973






http://es.wikipedia.org/wiki/Julio_Rodr%C3%ADguez_Mart%C3%ADnez

Julio Rodríguez Martínez fue Doctor en Ciencias y en Farmacia por la Universidad de Madrid, catedrático de Cristalografía y Mineralogía en la Universidad de Salamanca y en la Universidad Autónoma de Madrid, de la que también fue rector1 Estuvo vinculado al partido Fuerza Nueva, de Blas Piñar.

 Miembro del Opus Dei, procurador en Cortes entre 1971 y 1977, fue nombrado Ministro de Educación del gobierno de Carrero Blanco el 9 de junio de 1973. Tras el asesinato del almirante fue cesado poco después, el 3 de enero de 1974

http://iesonoies.wordpress.com/2010/03/31/veraneo-sin-suspensos-la-extravagante-historia-del-verano-que-duro-siete-meses/.



El año 1973 cien mil estudiantes españoles que acababan de terminar el bachillerato tuvieron, por orden del Ministerio de Educación, siete meses de vacaciones de verano: desde mayo de ese año hasta enero del año siguiente. Un nombramiento atolondrado, un excéntrico ministro, una decisión tomada sin consultar a nadie y un atentado terrorista se conjuraron para que tal cosa sucediera una sola vez, para pasmo de profesores, padres, ciudadanos en general y del propio gobierno franquista, y sobre todo, para regocijo de los estudiantes que aquel año pasaron unas inolvidables vacaciones de siete meses, las más largas que recuerde la historia de la educación española en tiempos de paz.
Esta es la semiolvidada y verdadera historia de cómo tuvo lugar esa conjunción de sucesos, de cómo nadie hizo nada por evitarlos, y de cómo se salió del embrollo académico a golpe de decreto. Pónganse cómodos porque la historia es larga de contar.
Corría el año 1973 y el régimen de Franco estaba moribundo. El Generalísimo decide nombrar presidente del gobierno a Carrero Blanco. Un cambio en la presidencia implicaba hacer movimientos en los ministerios, de manera que Villar Palasí, que se encontraba al frente del de Educación y Ciencia, fue cesado. Su sucesor, por orden de Carrero Blanco, fue Julio Rodríguez Martínez, sin duda el ministro de educación más extravagante y disparatado que ha conocido la reciente historia educativa española, un insospechado Paladín del Estudiantado y firme candidato a Santo Patrón de las Vacaciones.

 Todo parece haberse iniciado en una confusión. Franco consultó su lista de ministrables y he hizo llamar a uno de ellos… pensando que estaba llamando a otro.

 No debiera de extrañarnos que la historia fuera cierta: los cambios de gabinete eran constantes durante el franquismo, y tenían como objetivo mantener el equilibrio de las diferentes familias del régimen, de forma que no siempre se escogía un ministro por sus idoneidad para el cargo. En todo caso, y según consta en la página del Congreso don Julio fue ministro de Agricultura varias veces, pero como si la carambola fuera una constante en su vida, lo fue siempre por ausencia del titular. Sin duda donde demostró sus dotes visionarias fue en el Ministerio de Educación y Ciencia, donde entró a trabajar el 9 de junio de 1973.

Ya en su nuevo despacho, el señor Julio, nada menos que Catedrático de Cristalografía, Mineralogía y Mineralotecnia, maquinó una de las medidas más delirantes que se recuerden en la administración educativa española, por otro lado tan dada a los desatinos: la decisión de hacer coincidir el calendario escolar con el año natural. Según su particular calendario revolucionario, el curso comenzaría en enero, después de la fiesta de los Reyes Magos, y terminaría en diciembre, antes de navidades. No sabemos si don Julio lo previó o no, pero el caso es que eso implicaba que cien mil bachilleres tendrían unas vacaciones de verano de siete meses. Nunca los estudiantes preuniversitarios debieron estar tan agradecidos a un ministro de educación.


Para evitar contratiempos que entorpecieran sus planes subversivos Julio Rodríguez decidió aprovechar el efecto sorpresa. En una entrevista al diario ABC del 29 de agosto de 1973, y en otra en La Vanguardia el 11 de septiembre, el ministro todavía aseguraba que el plan piloto afectaría sólo a las universidades de Málaga, Extremadura y la cuarta de Madrid, todavía sin crear. Además, según cuentan las crónicas (2), en reciente Consejo de Rectores se había tratado todo el asunto, y no se había aprobado, si no más bien habían acordado estudiarlo con más calma. Fue entonces cuando el original ministro de educación decidió falsificar las actas de la reunión, simulando que el Consejo daba su visto bueno a la operación. Cuando en el siguiente Consejo del 22 de septiembre todo el mundo se dio cuenta del engaño la Orden ministerial ya estaba a punto de ser aprobada. No había plan piloto: Julio tenía la decisión tomada, y el nuevo calendario se aplicaría a toda la universidad española.
En un histórico BOE del 29 de septiembre de 1973 se publica la Orden del día 27 anterior, que determina la aplicación inmediata del nuevo plan, llamado desde entonces con mofa calendario juliano. Merece la pena echar un vistazo a la exposición de motivos de esa Orden del 27 de septiembre, un ejemplo de cómo la autoridad absoluta, si pierde el control, puede convertirse en inesperadamente transgresora:
Con el fin de proporcionar más y mejor educación universitaria, ha de constituirse un sistema educativo que desarrolle al máximo la capacidad de todos y cada uno de los alumnos, mediante la racionalización de algunos aspectos del proceso educativo, aunque para lograrlo deban someterse a revisión algunos esquemas tradicionales.
Fiel a esta idea, se adopta en la presente Orden la medida de política educativa consistente en modificar, con carácter experimental, el tradicional calendario universitario adecuando el año académico al natural, con el convencimiento de que con ello se contribuye a hacer realidad la parte esencial y más noble de la reforma educativa: La calidad de la enseñanza.
Conviene detenerse un momento en esas penetrantes ideas de don Julio: la calidad de la enseñanza como motivo principal de la reforma, la revisión de esquemas tradicionales, vuelta a la naturaleza… ¿Cabe un ministro más hippie? Pues no se pierdan lo que viene a continuación:
En el orden sociológico, dado el derecho de todo ciudadano de un tiempo dedicado al descanso, el sistema que establece permite que todos los alumnos puedan tener su periodo de vacaciones veraniegas obviando los inconvenientes, en este aspecto, de la estructura actual del curso académico, que motiva que los alumnos menos dotados o en los que confluyan circunstancias de la más variada índole no tengan realmente vacaciones, porque cumplido el actual periodo lectivo deben proseguir su preparación para los exámenes de septiembre.
En la Orden del 27 de septiembre descubrimos al Julio más sensible: se acuerda con cariño los suspendedores, tiene en cuenta los menos dotados, acoje en su seno a los desfavorecidos por la suerte, vindica el descanso estival como un derecho humano inalienable… La Orden del BOE se completa con una disertación acerca de la conveniencia de adecuar el año presupuestario y el académico (suponemos que, dado su amor por el descanso, para facilitar la vida a los administradores universitarios), así como la idoneidad de hacer coincidir el año castrense con el escolar (aquí vemos la faceta antimilitarista de don Julio, empeñado en no distraer a los alumnos con fruslerías cuarteleras). No son de despreciar otras medidas de honda inspiración humanitaria: el diseño de unos cómodos plazos de implantación (se comenzaría por primero de carrera) y la previsión, en la disposición 7.1, de cursos de recuperación para los alumnos que quedaran descolgados por culpa de los cambios del calendario (¡qué candidez!). Ni el anarquista Paul Lafargue, en sus sueños más húmedos, hubiera soñado con tan nobles principios. Y es que del carácter sensible del ministro ya se tenían noticias gracias a su vena poética.





 Histórico BOE del 29 de septiembre de 1973,
instaurando el calendario juliano.
(pulse en la imagen para ampliarlo).


Para disimular sus actividades descaradamente contraculturales Julio decidió expedientar a unos cuantos catedráticos y profesores de universidad, blandiendo como excusa “la Libertad basada en la Autoridad escrita con mayúscula” (todo un eslogan de clara inspiración ácrata), aunque luego les perdonó (3). La confusión propia de los regímenes en descomposición y el sacrosanto respeto a la autoridad se aliaron para que don Julio se saliera con la suya sin rendir cuentas a nadie. La revolución estaba en marcha y nada ni nadie podía pararla.
Las universidades aplicaron la medida sin ningún entusiasmo. En efecto, la Orden ministerial era de inmediato cumplimiento para todo el sistema universitario español, si bien sólo para primero de carrera. Los que ese año pasaban del bachillerato a la Universidad habrían de esperar a enero siguiente para ponerse a estudiar de nuevo: ¡¡siete meses, siete, de vacaciones por la patilla!! ¡¡Y así todos los años al terminar el bachillerato!! Los testimonios de la época muestran el alborozo con que fue recibida la medida. Ese año por primera vez en la historia miles de bachilleres españoles disfrutaron de unas largas vacaciones, casi eternas, obligatorias y por orden gubernativa.
El cambio generó, como queda dicho, airadas quejas en la Universidad. Incluso entre el levantisco estudiantado, que tal vez por aquello de disimular, también protestó. El caos provocado por la precipitada entrada en vigor del nuevo calendario fue aprovechado por los alumnos con mayor conciencia política antifranquista para montar bulla en los campus, dado que no tenían nada mejor que hacer durante un trimestre entero: el tiempo libre que el nuevo calendario les daba lo dedicaron a protestar… contra el nuevo calendario. Es evidente que algunos no entendieron el giro progresista que estaba dando el ministro. Muchos alumnos, en su despiste, se portaron tan mal que desde el aparato del Estado se comenzó a pedir la cabeza del indomable Julio Rodríguez: en el contexto político de la época, suponemos, provocar algaradas universitarias era un grave error de cálculo político, pues uno de los núcleos más activos contra el régimen era precisamente la Universidad.
Entonces mataron a Carrero Blanco y se terminó el largo verano de la anarquía: muerto su valedor don Julio recibió un cese fulminante, y el 3 de enero de 1974 abandonó el Ministerio tras seis intensos meses de trabajo, motivo por el cual pasó a ser llamado “Julio el Breve”. Nunca sabremos si don Julio tenía preparada otra Orden ministerial revolucionaria declarando vacaciones eternas para los estudiantes de todos los niveles, desde la EGB hasta el Tercer Ciclo.


Al parecer el señor ministro había negado el saludo al cardenal Tarancón durante el funeral de Carrero (suponemos que siguiendo sus convicciones políticas ultrafranquistas afines al Opus Dei o, tal vez, por solidaridad con los cien mil estudiantes que gracias a su perspicacia seguían de vacaciones de verano en pleno mes de diciembre). El gesto desairado le valió caer en desgracia ante parte de la cúpula tardofranquista. Pero ese no parece ser el único semáforo en rojo que se saltó el señor ministro. Las medidas propuestas durante su breve mandato fueron algo más que polémicas:
No hay que olvidar que la etapa de ministerio de Julio Rodríguez había sido tan excepcional en cuanto a las medidas universitarias adoptadas, que sus decisiones adquirieron un gran descrédito, incluso en los medios más adeptos al régimen y en los círculos gubernamentales y de la administración. (Fuente: Universidad de Alcalá).

 Imágenes de la época:
don Julio destaca por su altura en el minuto 0:58
y en el 2:42 aparece sentado a la derecha de Arias Navarro.
En ambos momentos está disimulando
que es un underground infiltrado en el régimen.

Como relevo de nuestro simpático libertador fue nombrado nuevo ministro Cruz Martínez Esteruelas, un gris abogado nada amigo de la flojera estudiantil: dando un giro a la gestión del ministerio impulsó la odiada selectividad y cerró la Universidad de Valladolid por desórdenes públicos, entre otras medidas antisubversivas. Y derogó el bendito calendario juliano.
Esteruelas firmó el ominoso decreto 198/1974 de 25 de enero que devolvía las calendas a su cauce y la tristeza a los corazones de los estudiantes. Llama la atención, de nuevo, la exposición de motivos, en la que pone a caer de un burro a su predecesor:
Al fijar con carácter experimental un calendario para las Universidades adecuado al año natural se proponía una mejora sustantiva en el rendimiento de la docencia que, necesariamente, quedaba subordinada a las posibilidades reales de la Universidad (…) [además] se producía una solución de continuidad -con discriminación en el calendario y un trimestre poco utilizable- entre los estudios medios y el comienzo de los universitarios que (…) se ha revelado infructuoso, en lo que coiciden las consultas realizadas. En segundo lugar, el calendario escolar -cuya unidad exige la ley- no puede separarse del funcionamiento general de la vida social del país.
En definitiva, el nuevo ministro está llamando panoli al anterior, le está acusando de saltarse la ley a la torera, de hacer perder el tiempo a los bachilleres, de haber descalabrado el calendario de exámenes, de haber hecho las cosas sin preguntar a nadie, de haber descoordinado a la universidad española respecto a la extranjera (cosa que en aquella época no debía ser nada difícil), de no haber mejorado nada y de haber empeorado todo. Y por si esto fuera poco, el nuevo ministro da la estocada definitiva a la anterior reglamentación sugiriéndole a su predecesor que los experimentos los hiciera en su casa y con gaseosa:
Las ansias innovadoras lógicas en busca de una mayor perfección, y establecidas con carácter experimental, se han encontrado con realidades, como son las razones expuestas, que aconsejan volver al calendario por cursos escolares (…).
De esta guisa el nuevo calendario quedaba anulado cuando solamente llevaba unos días funcionando. Eso sí, por el camino quedó dilapidado un trimestre universitario entero. Es evidente que  cuando aumentan las vacaciones es porque el curso ha quedado reducido proporcionalmente. Que sepamos nunca se recuperó el tiempo perdido, para mayor gloria de la calidad educativa y nuevo regocijo estudiantil (y, suponemos, profesoril).
Ominoso decreto 194/1974,
derogando el calendario juliano.
(pulse en la imagen para ampliarlo).
En cuanto a Julio Rodríguez Martínez, pese a su breve estancia de seis meses en el ministerio tuvo el valor de escribir un libro sobre su experiencia: Impresiones de un ministro del almirante Carrero Blanco (aquí se puede leer en primicia el primer capítulo).
Ya como ex-ministro, y en una entrevista en ABC [parte 1, parte 2] don Julio reflexiona con melancolía sobre el pasado e insiste en la necesaria reforma del calendario escolar. La entrevista no tiene desperdicio, y es una nueva expresión de amor por los estudiantes:
ABC: ¿No eran unas innovaciones excesivamente radicales?
JRM: Yo pienso que la única forma de erradicar la subversión de la Universidad es reforzar la autoridad académica. La modificación del calendario se hizo a modo experimental, entre otras razones porque había que impedir que en octubre entraran cien mil nuevos alumnos en las aulas, cifra para la que la Universidad no estaba capacitada. Otra razón era la de adecuar el año académico al año económico y tender a un veraneo sin suspensos. Pero sucede que, aunque nos consideremos muy aperturistas y europeos, cuando intentamos introducir, aunque sea a modo experimental, una modificación en las costumbres, nos rasgamos las vestiduras.
(4)
Los estudiantes españoles deberían canonizar a este hombre, el único ministro de educación de la historia de España que ha reclamado una canícula libre de exámenes, enfrentándose para ello a una caterva de reaccionarios incapaces de aceptar la modernidad y la innovación pedagógica y perdiendo el cargo por por su heroísmo. Para argumentar tan noble fin echaba mano incluso de la Inmaculada Concepción, una razón tan digna como cualquier otra para tener a cien mil alumnos de vacaciones durante siete meses:
ABC: Pero, ¿se basaba esta experiencia en alguna ya producida en el extranjero?
JRM: No se basaba más que en la observación y el estudio de nuestra realidad, de los supuestos de la Universidad y la vida académica española. Tampoco hemos tenido que seguir al extranjero para el descubrimiento de América o para definir el dogma de la Inmaculada.
Y como don Julio nunca decepciona, la guinda la pone hacia el final de la entrevista:
ABC: ¿Mantiene usted contacto con Cruz Martínez Esteruelas [el nuevo ministro de Educación]?
JRM: Le ofrecí mi colaboración si la precisaba al recibirle en el Ministerio. Pero no tengo contacto. No ha debido precisar mi ofrecimiento.(…)
Lo que no sabemos es de qué se extrañaba don Julio, pues es destino de los visionarios caer en el descrédito.
Y llegamos al final de nuestra investigación. El ministro más dicharachero que ha pasado por la educación española, Julio Rodríguez Martínez, apóstol de los suspendedores, moriría a principios de 1979 en Santiago de Chile, donde estaba visitando a su amigo Pinochet, dejando así huérfanos a todos los estudiantes de España. Fue enterrado en Motril, y su reforma cayó en el más injusto de los olvidos. Nadie ha propuesto nombrarlo Santo Patrono de las Vacaciones, algo que perfectamente se merecería, aunque fuera, como siempre, por simple carambola.
_______________________
Nota: la presente investigación se ha hecho por sugerencia de una compañera de trabajo que recuerda haber vivido con alegría aquellos siete meses de asueto, y que tuvo el privilegio de pertenecer al selecto curso 1974/74. Valga esta larga historia para recordarnos que estos tiempos de extravagancias educativas no son nuevos. Es evidente que cuando los disparates aflojan la soga del estudiante duran menos que la nieve en agosto.

Algunas fuentes consultadas:
(1) AAVV, Crónica de un sueño, Centro de estudios andaluces, Sevilla, 2005, página 30.
(2) Alberto Carrillo Linares: Subversivos y malditos en la Universidad de Sevilla, Centro de estudios andaluces, Sevilla, 2008, página 377.
(3) Ídem, página 379.
(4) Entrevista en ABC del 16 de diciembre de 1974. Hemeroteca ABC, parte 1, parte 2 [PDF: ojo, que tarda en descargarse].

domingo, 19 de mayo de 2013

LOS GORILAS DE LA UAM

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/06/18/madrid/1340029450.html


Cuatro años de cárcel para un profesor de la UAM que abusó de dos alumnas

 

El Juzgado de lo Penal número 4 de Algeciras ha condenado a tres años y ocho meses de prisión a un profesor de Antropología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) que abusó sexualmente de dos alumnas, a las que abordó cuando dormían durante unas prácticas en un paraje de San Roque (Cádiz).
Los hechos ocurrieron hace seis años, pero la sentencia ha llegado ahora para este profesor, Carlos G.B., que no ha logrado convencer a la juez de Algeciras que ha dictado su sentencia de que actuó en un estado de insomnio o bajo los efectos del alcohol, las dos justificaciones que el docente ha esgrimido durante el proceso.
La sentencia relata que el profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, las dos víctimas, junto a otro grupo de alumnos y otra profesora llegaron el 12 de mayo de 2006 a una zona conocida como Pinar del Rey, en San Roque.
El grupo iba a realizar allí una observación de primates en libertad, un ejercicio con el que los alumnos podían optar a subir su nota en el último año de carrera.
Allí se alojaron todos en una casa que disponía de tres habitaciones, en las que se repartieron colocando en el suelo de las mismas sus colchonetas y sacos de dormir.
La sentencia explica que en una de las estancias se colocaron a un lado las dos alumnas que fueron víctimas de los abusos del profesor, y al otro, el docente, la otra profesora y dos alumnas más.
Al día siguiente, el 13 de mayo, tras cenar todos juntos, las dos chicas se acostaron para descansar y "poder afrontar el día que les esperaba a la mañana siguiente y que implicaba un cierto desgaste físico", explica la sentencia, al igual que el resto de los ocupantes de la habitación.
Pero cuando estaban profundamente dormidas, el profesor se levantó de su sitio, se acercó a una de las chicas y se tumbó junto a ella, lo que hizo que ésta se despertara.
La sentencia recoge que ella le preguntó "qué hacía", a lo que el agresor le dijo que "le apetecía dormir allí" e "inmediatamente después la abrazó y, con claro ánimo libidinoso, comenzó a tocarle los pechos", tras lo que la chica se levantó.
Después el profesor se acercó a la otra chica, que también dormía profundamente y no se había percatado de lo sucedido a su compañera.
Ella se despertó al notar que alguien la estaba tocando y vio que se trataba de su profesor, que estaba ya metiendo la mano dentro de su saco de dormir y "recorriendo su cuerpo hasta su cadera mientras la apretaba contra sí con la finalidad de acercarla aún más hacia él".

La chica, añade la sentencia, también se levantó de la colchoneta, aunque el profesor "la agarró de la mano tirándola hacia abajo con la intención de obligarla a volver a su saco".
Tras zafarse, localizó a su compañera "que estaba paralizada por lo ocurrido" y ambas abandonaron la habitación.
En su sentencia la juez María Francisca Lorite explica que descarta la "laguna mental" que ha alegado el profesor en sus explicaciones en el proceso o en el juicio y descarta "de una forma tajante" el hecho de que "tuviera anulada su capacidad intelectiva o volitiva".

 


jueves, 9 de mayo de 2013

LA FARSA DE LOS PODERES LOCALES ASTURROMANOS







"Con la Iglesia hemos topado amigo Sancho".
¡¡¡Misterio y oscuridad quiere el Catolicismo, que yo no quiero lo mismo, yo quiero luz y verdad!!.

Señor Fdez Conde desgraciadamente vd se ha pasado al bando romanista de la señora Fdez Ochoa y el resto de su equipo paracaidista (Gil Sendino, Paloma Gª) etc. etc.
Las fuerzas paracaidistas de Cantoblanco desembarcaron en Asturias para falsificar nuestra gloriosa historia y hete aquí que contra todo pronóstico vd y su equipo de prestidigitadores (José Avelino Gutiérerz Glez, Lorenzo Arias Páramo, Iván Muñiz López etc, etc)  se han erigido en quintacolumnistas que se han puesto al servicio de las fuerzas mayritíes.
La secta de CANTOBLANCO condenada en su dia por haber filtrado exámenes y por haber empadronado ilegalmente a arqueólogos se dedicó a falsificar la historia de Gijón arruinando su patrimonio arqueológico con las conocidas chapuzas de Veranes, el recrecido de la muralla de Cimavilla, la destrucción del poblado Cilúrnigo de la Campa Torres y la destrucción del Campu Valdés tras apalear a un buen número de ciudadanos que se manifestaban pacíficamente contra el déspota Álvarez Areces más conocido como Tinikamón.
Por si fuera poco avalaron la mayor maquinación de la historia de la arqueología española justificando el método arqueológico empleado por Gil Zubillaga en Veleia.
Si alguien lo pone en duda que lo compruebe.
Se inventaron Gigias y Lucus Asturums  en base a la nada o mejor dicho en base a abrevaderos; se inventaron vías de la Plata y del Oro aunque fueron desautorizados por gente que miraba aterrorizada el discurso falsificador.
http://www.diariodeleon.es/noticias/provincia/catedraticos-de-tres-universidades-excluyen-a-gijon-de-via-de-plata_443545.html

http://www.elcomercio.es/gijon/20090310/local/gijon/alonso-perandones-gijon-principio-200903101432.html
Quisieron cambiar la historia de la capital asturiana pasandose por el arco del triunfo las crónicas altomedievales.
http://www.lne.es/cuencas/2009/02/17/ruiz-pena-oviedo-creo-monarquia-asturiana-roma/727020.html

Lucus Asturums ignotos;excavando hasta el fondo de la tierra, hasta el pleistocenso, sin encontrar nada de nada salvo en la mente calenturienta del iluminado de Sánchez Montaña que en su delirio febril dice haberlo encontrado en Oviedo y fabrica planos fantásticos pero no muestra prueba alguna de los mismos.
Gigias trasplantadas desde el Cea a Gegionem y avaladas por un abrevadero que da paso a la hilarante conclusión del..........."poblamiento disperso".
Y sobre estos mimbres las fuerzas paracaidistas de Cantoblanco y los quintacolumnistas promayritíes han creado la falacia de la "Bética Norteña" que habria parido  los "poderes locales asturromanos".
Los señores de Veranes romanos afincados en Asturias habrian sido en versión localista los creadores de nuestra gloriosa monarquía que del Auseva a la Alhambra llevó nuestros estandartes.
Sin lugar a dudas una de las maquinaciones más asombrosas que se pueda uno imaginar sólo comparable a la de Iruña Veleia en versión Gilista o  la " Revolución Islámica de Occidente" en versión Olagüiana.
La taifa ya tiene una historia a su medida........que entronca como no puede ser de otra manera con la cueva de Alí Babá de los Niemeyeres actuales pues ya entonces, amiguinos, éramos cosmopolitas.
Nada de godos, nada de celtas prerromanos, nada de Pelayo y su banda de asnos salvajes.........pues en la Pompeya norteña florecian los cultivados patricios asturromanos que vivian en poderosas ciudades y en grandes mansiones comunicadas por autopistas del oro y de la plata.
Mientras escribo esto tengo que agarrarme las tripas para no morirme de risa pues éstos pájaros no han encontrado tan siquiera un miserable miliario.
¡¡Tiemble Mérida, Tiemble Tarraco!! que llega la Gigia de Cantoblanco jijjijijijiji.

Señor Fdez Conde.........¡Gloriosu San Bartolomé de guaje te conocí........los milagros que tu hagas que me los cuenten a mi!
He aquí algunas de sus perlas............de aquellos polvos estos lodos.........así empezaron los vascos con "el rey lobo" o los catalanes con su fantástico reino tipo Gigia y así estamos como estamos.


Así pues, una de las primeras premisas del trabajo consistió en analizar y desentrañar la construcción ideológica que, distorsionando la imagen de los hechos con unos propósitos emanados de la propia elite dominante y hegemónica, ha hecho aparecer a nuestra vista el reino de Asturias como un unicum histórico, singladura singular de la Nación Española.
Por el contrario, el punto de partida en nuestro posicionamiento historiográfico consistía en considerar el desarrollo de la formación política conocida como Reino de Asturias como parte de un proceso de gestación y expansión de un modelo de organización social y económica. En este sentido, la creación de formas y fórmulas políticas o socioeconómicas en el reino de Asturias aparecen y son, en realidad, comunes a las generadas en todo el occidente feudal europeo.

   
http://www.unioviedo.es/arqueologiamedieval/index_archivos/Page1019.htm