martes, 14 de agosto de 2012

MÁS SOBRE LA PRESENCIA ISLÁMICA EN CASTILLA

http://gredos.usal.es/jspui/handle/10366/69717

NOTAS SOBRE UNA MINORÍA DÓCIL por Serafín de Tapia Sánchez



En la Edad Media se designaba como mudejares a los españoles de cultura y religión musulmana que vivían en territorio conquistado por los cristianos, conservando un status jurídico propio. Las características de tal status no eran las mismas para todos los mudejares, sino que dependían de las capitulaciones que los distintos reyes cristianos fueron estableciendo con los líderes musulmanes de los diversos territorios en el momento de la conquista; en todo caso siempre quedó claro en tales capitulaciones que lo que se regulaba era el nivel de dependencia de los vencidos. Mudejares y cristianos nunca tuvieron dudas respecto a quiénes eran los dominantes y quiénes los dominados. Ahora bien, el significado profundo que unos y otros otorgaban a tales capitulaciones era muy distinto: los musulmanes creían tener derecho a lo que se les reconocía bajo el estatuto de mudejares —tal como su ley hacía para con los cristianos y judíos que vivían en los países islámicos— mientras que los cristianos creían que se trataba de un favor gratuito, que en cualquier momento podía ser revocado por los reyes. Esta distinta perspectiva ante la coexistencia de las tres naciones fue la que originó conflictos entre musulmanes y cristianos allí donde los primeros lograron, gracias a su número, cierta relevancia social como grupo, cosa que no ocurría en la submeseta norte. En estas zonas castellanas el enfrentamiento tomó la forma —por parte de la minoría— de un empecinamiento en mantener su personalidad étnica, en soportar las tentativas asimiladoras; incluso puede suponerse que su proverbial docilidad obedecía al sentimiento, quizá inconsciente, de que era el mejor antídoto con el que defenderse del profundo sentimiento de los cristianos de que los otros —los judíos y los moros— estaban llamados a desaparecer de Castilla.

Queridos amigos lectores y seguidores he aquí otro insigne trabajo de Don Serafín de Tapia Sánchez donde se denuncia el exterminio de judíos y musulmanes en la zona central de la Península Ibérica.
Extraemos del magnífico trabajo algunos párrafos de interés.


 La historia de los mudejares castellanos es muy poco conocida.

1 Etimológicamente mudejar proviene del árabe «mudayyan», que significa «gente de la permanencia
», «aquel a quien ha sido permitido quedarse», «aquel que paga tributo», «domesticado». Cf. F. MAÍLLO
SALGADO, Vocabulario básico de historia del Islam, Akal, Madrid, 1987, p. 116.

A. Barrios ha escrito páginas muy certeras referidas a la zona
meridional del Duero, demostrando —fundamentalmente con apoyo en el análisis
toponomástico— la pervivencia de una población fija, tanto musulmana como cristiana,
con asentamientos estables y organizados; la documentación conservada indica
que en estas tierras antes de 1085 (año de la conquista de Toledo, Ávila, Segovia...)
había bastantes topónimos que testifican de la existencia de una población que hablaba
árabe: Turra, Ajates, Almar, Adaja, Vercemuel, Albornos, etc.

En 1448 vivían en Ávila Hamad y Gomar de Escalona, hijos de Abraham de Escalona, moros
(AHPAv, Protocolo, 460, fol. 15 y 29v) y en 1503 hay otros dos moriscos apellidados «de Oropesa»

¿Cabe deducir de esta panorámica histórica presentada que los mudejares comenzaron
a aparecer en la cuenca del Duero a partir de 1230?
Evidentemente no. No son pocos los testimonios escritos que documentan su
presencia ya desde el siglo XII; veamos algunos de ellos: en Cuéllar aparecen en
1148 tres vecinos moros. En Burgos en 1167 y 1194. En Ávila, aunque algo más
tarde, se conservan más testimonios y, sobre todo, más explícitos; en 1185 el papa
Lucio III encomienda a los arzobispos de Toledo y Santiago y a los obispos de
Segovia y Sigüenza que medien entre los laicos y los eclesiásticos abulenses: uno de
los conflictos que había es —al decir del obispo de Ávila— que los laicos no permitían
a los sarracenos, tanto libres como esclavos, convertirse al cristianismo; años
más tarde, en 1197, Martín, prior de la catedral de Ávila, manumite en su testamento
a dos moras llamadas Zeme y Fátima: se trataría probablemente de cautivas capturadas
en las cabalgadas que por entonces las milicias concejiles de Ávila realizaban
por todo Al-Andalus. El año 1199 el papa Inocencio III da licencia al obispo de
Ávila para que pueda obligar a los sarracenos a pagar los diezmos de las huertas y
molinos tal como habían venido haciendo los cristianos que antes los trabajaban.
Llegados a este punto se impone sistematizar la cuestión del debatido tema del
origen de los mudejares de Castilla la Vieja:

Primero. Es probable, pero no documentado, que en algunas zonas rurales,
alejadas de las más importantes vías de penetración de los ejércitos cristianos, permanecieran
grupos de musulmanes rebasados súbitamente por la línea fronteriza. Estos
pacíficos campesinos no debieron ser especialmente molestados en una época en que
la presión demográfica sobre la tierra era pequeña.................Sólo en el
caso de constituirse un grupo más o menos compacto y articulado podrían mantener
su idiosincrasia: éste podría ser el origen de grupos mudejares rurales que encontramos
en el siglo XV en El Barco de Ávila, Piedrahíta, Fontiveros... No obstante el
número de esta gente no pudo ser elevado.

Segundo. Posiblemente más numerosos fueron los que procedían de la cautividad;
en este caso las referencias son abundantes pues en los relatos de las numerosas
campañas cristianas siempre se alude al botín conseguido..............No pocos de estos cautivos
terminarían integrándose en la vida de la ciudad —evidentemente en el escalón
más bajo de entre los libres— ya que era norma muy frecuente entre los caballeros
y eclesiásticos conceder la libertad y algunos bienes a sus cautivos en el momento de
hacer testamento; J. González documenta diversos casos en Segovia a partir de
1117

Tercero. Más oscuro es el tema del movimiento demográfico de sur a norte; no
me refiero a la venida de mozárabes que huían de almorávides primero y de almohades
después, como fue el caso de quienes fundaron el pueblo salmantino llamado
Coreses o, en la zona abulense, Cordovilla, Handaluz... o quienes en 1150 acompañaron
desde el sur hasta Olmedo al religioso Arungo. La cuestión debatida se
refiere a si llegaron voluntariamente a la submeseta norte musulmanes procedentes
del sur, fundamentalmente como consecuencia de la desaparición de la taifa de Toledo
en 1085 y la debilidad almorávide y, más tarde, almohade. Son relativamente
bien conocidas las progresivas restricciones a que fue sometida la población mudejar
del reino de Toledo

La presencia de tales moros en estos pueblos también podría explicarse por el interés de algunos
grandes señores (p. e. los Alvarez de Toledo) en atraer a sus tierras mano de obra especializada a partir
del último tercio del siglo XIV y principios del XV

hecho el reparto le correspondieron al Obispo 20 moros «a
tal que trabajassen en el santo Templo» y 4 moros a cada uno de «los nobles que se hallaron en la brega»
(Id. o. c., pp. 147-148). ¿Guardará relación esta temprana vinculación laboral de los moros abulenses con
la construcción, con el hecho de que en el siglo XV fuera ésta la actividad más frecuente entre ellos?

......moviera a algunos mudejares a asentarse al norte
del Sistema Central; en todo caso parece que, en un primer momento, serían efectivos
muy limitados; aunque a lo largo del siglo XIII irían aumentando. Esta gente
buscaría acomodo preferentemente en las ciudades —como Ávila, Arévalo, Segovia...—
donde tendrían mejores oportunidades y en las que la tolerancia sería mayor
que en las aldeas.

y la degradación progresiva del status y del número de los mudejares toledanos
—sobre todo después de la fallida revuelta de 1225— debieron conducir a que algunos
—o bastantes— de los moros de la vieja taifa de Toledo se dirigieran a Ávila,
Arévalo, Segovia...;

Se podría, por tanto, resumir la cuestión del origen de los mudejares de Castilla
la Vieja de la siguiente manera: los escasos restos de población musulmana que
permanecieron después de la «reconquista» terminarían siendo absorbidos por la
mayoría cristiana, exceptuando —quizá— algunos grupos más numerosos en lugares
contados. Antes del siglo XIII el grueso de los mudejares serían cautivos o descendientes
de cautivos: asentados la mayoría en las ciudades, con ocupaciones diversas,
se irían también extendiendo poco a poco al hinterland agrario de los núcleos urbanos.
A lo largo del siglo XIII es posible que algunos artesanos del reino de Toledo
se asentaran en Segovia, Ávila...

tiene interés la afirmación que
hizo en 1571 el corregidor de Arévalo en un informe dirigido al Consejo Real: decía,
refiriéndose a los moriscos «viejos» que había en la villa antes de que llegaran en
1570 los granadinos, que tales «moriscos viejos... estaban acá quinientos años ha, [y]
no son más cristianos que Mahoma ni jamás lo serán

Por lo que respecta a la
ciudad de Ávila, los testimonios arriba aludidos de los años 1185 y 1199 me hacen
pensar que por estas fechas el número de los mudejares comenzaría a ser relativamente
considerable, hasta el punto de merecer la oposición de los señores laicos a su bautizo.

Respecto a la exigencia episcopal de que
también los moros pagasen diezmos por sus actividades agrarias y de molinería, cabe
hacer dos consideraciones: la primera es que los sarracenos significarían una porción
de los dezmeros digna de tenerse en cuenta, y la segunda es que, según la epístola
papal, en Ávila los mudejares se habían comenzado a introducir en el aparato productivo
sustituyendo en alguna ocasión —parece— a los antiguos titulares cristianos

LOS MUDEJARES CASTELLANOS EN LOS SIGLOS XIII AL XIV
Su condición de vencidos y de recién llegados les hizo asentarse en los arrabales
de las ciudades, tal fue el caso de Segovia, Ávila, Arévalo.

Casi al final del relato se recoge un acontecimiento coetáneo a su
redacción en el que se hace constar la importancia numérica de los musulmanes de
Ávila, dejándose vislumbrar la estima en que eran tenidos por los caballeros, al
menos como soldados: el año 1255 Alfonso X guerrea con Jaime I de Aragón y
ordena a las milicias concejiles castellanas que se dirijan a la frontera soriana; los
caballeros de Ávila —dice la Crónica— eran muchos «assí que de moros tan solamente
fueron fasta setenta cavalleros guissados de cavallos e de armas e quinientos peones
»32. Al llegar a Ayllón reciben una carta del rey ordenándoles que los moros
vuelvan a Ávila y que a cambio le paguen 2.000 mrs.

El año de 1293 las relaciones hacendísticas indican que las morerías de Ávila y
Segovia tenían una entidad respetable, pues aportaban 6.515 mrs. cada una, mientras
que las de Palencia y Burgos pagaban 5.671 y 1.092 mrs, respectivamente41. En efecto,
un magnífico censo de las posesiones del Cabildo de Ávila, tanto en la ciudad
como en el conjunto de la diócesis, hecho en 1303 da fe de la importancia numérica
de los moros de esta ciudad

El Concejo
abulense debió de ser más bien permisivo para con nuestra minoría, la cual, apoyándose
en su peso demográfico y económico, inició un proceso de temprana institucionalización:
tenemos constancia de que ya en 1315 la morería de Ávila contaba con
su propio alfaqui, Ali Hamad49, así como con una o dos mezquitas.

LOS MOROS DE LA PROVINCIA DE ÁVILA EN EL SIGLO XV

a) Valdecorneja
Nos han llegado testimonios de que también en tierras abulenses algún señor
principal atrajo por estos años a su servicio a población musulmana, probablemente
procedente del sur del país. C. Luis López indica cómo entre 1430 y 1438 el Conde
de Alba, señor de Valdecorneja, lleva a cabo diversas expediciones bélicas por Andalucía
de donde se tuvo que traer obreros moros para reforzar las fortificaciones de la
muralla de Piedrahíta................En las dos villas cabeceras del señorío de Valdecorneja, Piedrahíta y Barco de  Avila, habitaban sendas comunidades mudejares, pero de ellas lo ignoramos todo,
excepto que ambas poseían aljama y que serían de un tamaño similar: cada una de
ellas aportó en 1463, en concepto de «Servicio y Medio Servicio», 1.500 mrs., es
decir el 8,2 por cien de lo que correspondió pagar a la totalidad de los moros abulenses.

b) La Moraña
En las llanas tierras de pan llevar de la Moraña, al norte de la provincia de Ávila,
se asentaba otro grupo de musulmanes; se trataba de un colectivo más numeroso que
el de Valdecorneja y posiblemente más acomodado; el núcleo articulador estaba en
Arévalo, pero también había moros en otros pueblos de la comarca, como Madrigal,
Fontiveros..............que permiten suponer que en la Morana vivía uno de los grupos mudejares más
importantes de Castilla. Según las socorridas listas fiscales de 1463, la aljama de
Arévalo (y comarca) aportó 7.000 mrs., cantidad sólo superada por las de Toledo
(con Yepes, Los Yébenes y La Puebla de Montalbán), Ávila, Sevilla y Guadalajara
(con Brihuega, Pastrana y Tendilla), que aportaron 8.500, 8.150, 8.000 y 7.500 mrs.,
respectivamente.

en 1558 los moriscos del distrito inquisitorial de Valladolid
(que correspondía más o menos con la cuenca del Duero) asumieron conjuntamente,
en el marco de un Edicto de Gracia solicitado a la Inquisición, el compromiso
con el Santo Oficio de pagar anualmente 400.000 mrs. a cambio «de que no les
fueran confiscadas sus haciendas por delitos tocantes al dicho Santo Oficio»; hecho
el reparto, a Arévalo (71 vecinos) le correspondió aportar 108.000 mrs., más que los
102.000 de Ávila (121 vecinos) y mucho más que Valladolid (88.000 mrs. y 148
vecinos, incluyendo Tordesillas y Toro) o Medina del Campo (53.000 mrs. y 35 vecinos),
etc.. De estos datos y de otros similares existentes se puede deducir el potencial
económico de los moriscos arevalenses..............Tal parece deducirse del hecho de que teniendo Felipe III necesidad de desempeñar un juro que
tenía sobre las alcabalas de Valladolid decide dedicar a ese fin 2.250.000 mrs. del dinero resultante de la
venta de los bienes de los moriscos expulsados de Valladolid, Ávila, Segovia, Palencia, Medina del Campo
y Arévalo; pues bien, a Ávila le asignaron 600.000 mrs. y a Arévalo 1.575.000 mrs. (AGS, Dir. Gral, del
Tesoro, leg. 334, invent0 24)

La ciudad de Avila
El tercer núcleo de mudejares abulenses estaba en la ciudad78. Es el grupo del
que se tiene más información y el más numeroso. Incluso se puede suponer que la
morería de Ávila era, a la altura del siglo XV, la más significada de Castilla la Vieja
y León y una de las más importantes de la Corona de Castilla: en las relaciones
fiscales de 1463 y 1464 sólo Toledo aportaba algo más...................He identificado los almagides o mezquitas existentes: uno, llamado «de la villa»
o «de San Esteban» estaba intramuros y era el más antiguo81; otro es el que se
encontraba junto a la iglesia de La Magdalena, fuera de lo que será el recinto de la
morería: es posible que se trate del designado en las fuentes de la época «almagid de
la Solana»82. Hasta 1476 se halla documentada vida social en ambos centros83. Al sur
de la ciudad, en el corazón de la morería, se encontraba el almagid de la Alquibla84
que, desde la desaparición de los anteriores, adquiere importancia, ya que a partir
de 1482 los más ricos de entre los moros se asentarían en aquella zona, la llamada
«morería del Alquibla». También en los arrabales del sur, en terreno más escabroso,
se desarrolló la «morería del Berrocal», el barrio de mayor densidad mora, donde
posiblemente en las últimas décadas del siglo XV se construyó el «almagid nuevo,
con su corralejo»

por ejemplo en 1496 el Concejo
de Ávila recurre ante los Reyes la pretensión del alcalde mayor de los moros de
Castilla de que el alcalde moro de Palencia pueda actuar en Ávila, en su nombre,
con competencias en lo civil y en lo criminal; el Consejo Real prohibe la jurisdicción
criminal y, respecto a la civil, ordena que se averigüe cómo en tiempos pasados se
ejercía90, lo que en la práctica equivalía a negar cualquier tipo de ámbito competencial
a los alcaldes moros.

A pesar de la situación de marginación sufrida por los individuos de las minorías,
también tuvieron que producirse numerosas manifestaciones de convivencia entre las gentes de las «tres naciones» que estuvieran unidas por vínculos de vecindad y de
nivel económico; las frecuentes instrucciones prohibiendo ciertos actos de «promiscuidad
» étnica dan fe de la realidad de este hecho.

LA FORZOSA CONVERSIÓN DE 1502
Encerrados en sí mismos, soportando con resignación la opresión fiscal y todo
tipo de humillaciones, aceptando la segregación en la morería, los mudejares castellanos
no constituían ninguna fuente de conflictos para el poder.
La más conocida es la de tener que llevar señales distintivas en la ropa, pero las había aún más
humillantes; por ejemplo, en Burgos a finales del siglo XV se utilizará el cementerio de los mudejares
como basurero (Cf. M. A. LADERO QUESADA, «LOS mudejares en los reinos...», p. 16).

CUADRO 2. LUGARES CON MUDEJARES EN LA REGIÓN CASTELLANO-LEONESA
A FINALES DEL SIGLO XV
Cantidad que pagan por el Servicio y Medio Servicio (en mrs., según M. A. Ladero)
                                                  
                                                   AÑO           1461                        

Burgos                                                            1500
Medina de Pomar (con Bustillo)                       2500
Valladolid (1)                                                  6000
Medina del Campo                                          1500
Segovia, Real de Manzanares y Guadarrama      700
Sepúlveda                                                             0
Peñafiel                                                              200
Arévalo                                                            7000
Ávila                                                                8150
Piedrahíta (2)                                                    1500
Barco de Ávila (3)                                            1500
Palencia                                                            2600  
Carrión                                                               400
Sahagún                                                              200
Aranda de Duero                                               1500
Peñaranda de Duero                                          1500
S. Esteban de Gormaz                                          400
Agreda                                                               2000
Ayllón                                                                   600
Medinaceli                                                           3000
Deza                                                                    3000
Xuera (sic)                                                             500



COMENTARIO AL MAGNÍFICO TRABAJO DE  DON SERAFÍN DE TAPIA SÁNCHEZ

Estimados amigos la gran inquisición latente y mutante busca ocultar a toda costa la poderosísima huella islámica de Castilla la Vieja pero desde este blog nosotros nos vamos a ocupar de ponerla de manifiesto un dia sí y otro también y para ello ya nos hemos puesto en contacto con varias asociaciones islámicas deseosas de recuperar su importantísimo legado.
Los paracaidistas de la UAM están empecinados en romanizar  la zona cantábrica a toda costa de la misma manera  que  sus antecesores ideológicos -los frailes del Santo Oficio- ordenaron la conversión forzosa de miles y miles de moros berberies para eliminar la poderosa huella cultural norteafricana aculturándolos sin echarles ni matarlos no por bondad sino por la simple razón de que les interesaban mas como mano de obra barata y especializada en numerosos oficios. Hoy como ayer pretenden a unos y otros hacernos comulgar a la fuerza con sus gigantescas ruedas de molino pero para su desgracia ya no pueden quemarnos ni silenciarnos.


Ha llegado la hora de que los descendientes de un pueblo masacrado culturalmente  recuperen su legado histórico y pieza fundamental del mismo es la defensa de Medina Mayrit como fundación musulmanoberéber frente a la historietas recientes  con las que pretenden embaucarnos.

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