sábado, 29 de septiembre de 2018

EL EXPERTO EN PRERROMÁNICO ASTURIANO, BORGE CORDOVILLA ADVIERTE
















El experto en Prerrománico Asturiano profesor Borge Cordovilla advierte sobre Lucus Asturum : ''No esperen encontrar ahí una ciudad romana sino un poblamiento disperso en torno a un eje viario esto es un vicus viarii''.















No es la primera vez que el profesor Borge Cordovilla se ve obligado a intervenir ante las ``serpientes de verano''  que periódicamente la prensa regional suelta en los meses de estío durante los que  habitualmente se resiente la lectura de periódicos tanto en prensa escrita como digital.

Si en la imagen de arriba elaborada por el experto en Prerrománico Asturiano vemos el vicus viarii de Lucus Asturum en la de abajo podemos ver una modesta ciudad romana atlántica ubicada en la provincia de Britania: Calleva Atrebatum que podría venir como anillo al dedo en un análisis comparativo.






















Las diferencias entre los dos yacimientos arqueológicos son evidentes incluso para los no versados en la materia.

Comenta el profesor Borge Cordovilla en el singular grupo de trabajo ``Fuente de Foncalada'' : ``No alcanzo a comprender cómo pueden mezclarse churras con merinas, retorcer y tergiversar todos los elementos tanto cronisticos como arqueológicos que tenemos a nuestra disposición.'' ``Algunas personas de poca formación y tendencias acientíficas pretenden que comulguemos con una ciudad romana jamás referenciada como tal en documento alguno de época romana ni posterior''.

Ante el ejercicio de la confusión que algunos agitan  Borge Cordovilla alerta: ``En el marco de la Alta Edad Media Asturiana  no se puede poner en relación  la palabra civitas con el concepto de ciudad''. 

Y uno de esos agitadores y esto lo digo yo es el señor Aladino Pachón que desde  su furtiva tribuna del Tapin de Llanera y en condición de periodista se dedica a intoxicar a la opinión pública con supuestas operaciones intrincadas por parte de algunos sectores de la ``intelectualidad ovetense'' para sabotear la mítica ciudad romana de Lucus Asturum y hacerla recaer en Oviedo.

No duda en su falaz argumentación en implicar a otro iluminado de su modus operandi como es el señor Sánchez Montaña que si bien es cierto que propugna la ubicación de Lucus Asturum en Oviedo no es menos cierto que nadie jamás  le otorgó nunca credibilidad alguna porque lo que no entiende Pachón en su exacerbado localismo patriotero es que no hay ninguna ciudad romana en Asturias ni en Oviedo ni en Gijón ni en Lugo de Llanera  ni en ninguna otra parte.

Probablemente los restos romanos mas importantes de Asturias sin llegar a la categoría urbana estén en el Andallón y en la zona de Villaviciosa pero Aladino ha decidido recrearlos en Lugo de Llanera por la Gracia de Dios como anteriormente  Fdez Ochoa lo pretendió en Gijón.

¿Quo Vadis Aladino? Recapacita. Y sobre todo deja tranquila a la gente de Oviedo que para nada está implicada en esas tenebrosas operaciones que sólo existen en tu cabeza.

Hoy nos enteramos que la arqueóloga al mando Doña Esperanza Martín de lozana figura y acreditado currículum en el campo de la milicia romana se ha disgustado mucho con el fantástico titular de LNE donde se anunciaba a bombo y platillo el descubrimiento de la ciudad romana de Lucus Asturum.Y lo ha atribuido a la presión de un jefecillo de esa tribuna catalana sobre el redactor, un pusilánime, que se plegó a sus deseos sin resistencia alguna  convirtiendo el código ético periodístico en papel mojado.

Pido la dimisión de ambos.

Y aquí tienen vds la prueba para que aquel que no le guste la noticia se la coma con patatas.























Tú Aladino que eres periodista o dices serlo ¿Qué tienes que decir ante pruebas tan irrefutables?

Esto no es mas que un anticipo de lo que el señor Borge Cordovilla, un servidor y muchos asturianos de bien les vamos a ir administrando un día sí y otro también hasta que claudiquen en su vano intento de engañar a la opinión pública.




miércoles, 26 de septiembre de 2018

CAPÍTULO VII-CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS PARA LOS PARACAIDISTAS DE CANTOBLANCO










CAPÍTULO VII-CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS 

En el enlace de arriba el arqueólogo asturiano Guillermo M. López Junquera castiga a "los paracaidistas de Cantoblanco"






lunes, 24 de septiembre de 2018

DE COMO EL ARQUEÓLOGO GUILLERMO M. LÓPEZ ACOMETIÓ AL TORPE MANDARINATO









































DON GUILLERMO M. LÓPEZ DESAFIÓ AL TORPE MANDARINATO

"¡¡Dadme una piqueta, un pico o un martillo! porque en verdad os digo que  con estos bravos voluntarios que me esperan  fuera echaré abajo el cubo de la verguenza paracaidista. !"

Habló con voz firme  ante el vicioso sanedrín que escuchaba cariacontecido. Todo el sarao jovellanista que había organizado aquella feroz tropilla  de cortesanos se derrumbó con gran estrépito.Toda su pompa y su fanfarria enmudeció, vean sus caras porque no pueden ser más expresivas. Don Vinagre y don Cicuta flanqueando a doña Hiel.......
Habían entrado  al baile haciendo  sonar sus botas de cascabeles y salieron restallaos. Todo un espectáculo para la bendita hemeroteca.

"Venís aquí, tronó, a pronunciar vanos discursos laudatorios cuando habéis convertido en un miserable chigre el Real Instituto de Náutica y Mineralogía". "Andad, andad ya para vuestras casas y no salgáis mas hasta los próximos carnavales".
Fue algo tremendo, tremendo....... 







sábado, 22 de septiembre de 2018

LA FORTALEZA SECRETA DEL CAUDILLO Y LOS SOLDADOS ASTURIANOS

























EL CAUDILLO NO TENÍA PENSADO CLAUDICAR ANTE UNA INVASIÓN ALIADA

EL ESPAÑOL


LA FORTALEZA SECRETA DE FRANCO

Miles de búnkeres proyectados y 12.000 hombres destinados a un único propósito: hacer de los Pirineos una frontera inexpugnable


Máximo secreto

Alrededor de 12.000 hombres fueron asignados a su construcción, procedentes de todo el territorio español aunque había un gran número de soldados asturianos. Muchos de ellos eran zapadores, acostumbrados a trabajar en las minas, que sin la ayuda de maquinaria, a pico y pala, elevaron esta construcción bélica. Ningún preso republicano fue destinado a esta misión, ya que era una infraestructura bajo secreto militar.
Cada centro de resistencia contaría a su vez con entre 60 y 80 búnkeres conectados entre sí. Había cuatro tipologías de estas construcciones: los búnkeres de artillería, los de combate que albergarían los nidos de ametralladoras, otros como puntos de comunicación y observación dotados de equipos de transmisiones, y los búnkeres para la defensa antiaérea a cielo descubierto. Su primer y principal objetivo era ver sin ser vistos.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

LUCUS ASTURUM DE MEGALÓPOLIS A VILLACAJÓN











Tras el sonoro fracaso del Gijón romano, desarticulado de forma brillante por los arqueólogos Sergio Ríos y García de Castro véase también o más bien se veía hasta que de forma misteriosa dejó de estar la noticia en abierto, la arqueología asturiana compungida se rindió a la evidencia y el también afamado arqueólogo Juan Muñiz declaró el 11-6-2018 En Asturias aún no hemos encontrado una ciudad romana.  Un hecho insólito, verdaderamente asombroso; porque lo cierto es que en el resto de las autonomías españolas hay ciudades romanas  para dar y tomar, ciudades que pueden visitarse y que no admiten por sus restos conservados controversia ni margen a la duda sobre su autenticidad. Es decir decenas y decenas de ciudades que a diferencia de las fallidas asturianas son algo mas que intentos imaginativos.

Pues bien tras la larga lista de fracasos que echaron por tierra los fabulosos peplums del urbanismo romano en Asturias se anunció que en Llanera donde se ha situado tradicionalmente el enclave de Lucus Asturum el Principado tiraba la casa por la ventana para encontrar por fin la dichosa ciudad romana de Asturias que les impide conciliar el sueño.

Durante años consecutivos 2015,2016,2017 sin reparar en gastos y en contraste con la habitual carencia de medios en los que se mueve la arqueología asturiana se  utilizaron los más modernos sistemas que incluyeron la fotografia aérea, imagen por satélite, georradar etc, etc y se adjudicó de forma insólita, de antemano y en exclusividad a la empresa Dolabra y lo dice aquí .

Pues bien estimados lectores nada mas comenzadas las excavaciones LNE publica lo siguiente:  "El principal objetivo es confirmar la presencia romana", asegura Esperanza Martín, responsable de la intervención en el yacimiento  y lo publica aquí con fecha 19-9-2018. Pero hete aquí  que hace ya muchísimo tiempo la conocida señora Matilde Escortell que fue directora del Museo Arqueologico de Asturias publicó lo siguiente:  MATERIALES ROMANOS, PROCEDENTES DE ``LUCUS ASTURUM'', DE RECIENTE INGRESO EN EL MUSEO DE OVIEDO Y aquí pueden vds verlo.

En una nueva entrega de la saga esta vez  en el diario El Comercio de Gijón se anuncia lo siguiente: el equipo de diez arqueólogos y voluntarios que trabajan en la excavación del asentamiento de Lucus Asturum, donde permanecerán durante un mes, ya había encontrado «material romano casi en superficie. Ojalá sea una buena señal». Este material se encontraba mezclado con restos medievales y otros contemporáneos. 

Estimados lectores no hace falta estar muy versado en la materia para saber que ese material encontrado en superficie de diferentes épocas -romana, medieval, contemporánea- y mezclado en un totum revolutum carece de cualquier tipo de valor por su nula veracidad estratigráfica.

Cualquiera pudo ponerlo ahí pero lo más lógico es pensar que debido a la acción del hombre, a las labores agrícolas, al uso del arado y otros instrumentos, el yacimiento quedó alterado como ha sucedido en otros muchos escenarios.  

Así que hasta la fecha lo único que ha hecho la cuadrilla de arqueólogos de la Castañera ha sido vender humo a la opinión pública con la negligente colaboración de la prensa regional que ni confronta ni coteja y traslada a la opinión pública asturiana una información completamente deformada.

Yo me pregunto si LNE y el Comercio llevan algún tipo de control sobre los periodistas que tienen en nómina, si los directores de los mismos que estarán mas o menos estudiados leen las noticias de sus propios periódicos.

Para finalizar y en el mismo artículo del diario El Comercio:   ``Hay que tener paciencia». «Probablemente Lucus Asturum era un emplazamiento importante, pero modesto»''

Mal asunto cuando apenas iniciadas las excavaciones y anunciadas éstas con tanto bombo, platillo, alhacaraca y despliegue de medios se empieza ya a mansear de una forma tan ostensible.  

Ya saben vds el dicho: entrada de caballo andaluz y salida de burro manchego.

domingo, 16 de septiembre de 2018

DE COMO LA LEYENDA ASTUR ALCANZÓ RIBCHESTER




















THE BRIEF HISTORY OF LANCASHIRE

In 1796, a boy, playing on the bank of the river Ribble,found, among other things,a fine bronze ceremonial helmet, elaborately decorated and one of the fines examples  of its type  anywhere in the world. It is housed with the Ribchester hoard in the Romano British section of the British Museum and is, in my opinion, the finest exhibit in that part of the gallery. It is probably of Asturian origin.
There is a tombstone in Ribchester Museum recording the death of an Asturian soldier.

En 1796, un niño, jugando en la orilla del río Ribble, encontró, entre otras cosas, un bello casco ceremonial de bronce, elaboradamente decorado y uno de los ejemplos mas finos de este tipo en cualquier parte del mundo. Está ubicado con el tesoro Ribchester en la sección Británica Romana del Museo Británico y es, en mi opinión, la mejor exposición en esa parte de la galería. Es probablemente de origen asturiano.

Hay una lápida en el Museo de Ribchester que registra la muerte de un soldado asturiano.
https://www.etsy.com/es/listing/276065270/astur-cavalryman-from-ribchester-uk?ref=shop_home_active_28





sábado, 15 de septiembre de 2018

LUANCO NO ES ROMANO
















REFLEXIONES SOBRE EL ORIGEN DEL TOPÓNIMO LUANCO

REFLEXIONES SOBRE EL ORIGEN DEL TOPÓNIMO LUANCO (ASTURIAS)1
REFLECTIONS ON THE ORIGIN OF THE PLACE NAME LUANCO (ASTURIAS)
José Antonio Correa Rodríguez
Universidad de Sevilla

Resumen
Para el topónimo Luanco hasta ahora sólo se ha propuesto una interpretación latina (*illum anconem ‘la pequeña ensenada’), lo que conviene a las características del lugar. Sin embargo, teniendo en cuenta el carácter celta del sufijo doble [-anko-] y su frecuencia en la onomástica, se propone en este artículo una hipótesis celta. Se encuentra apoyo para ello en el nombre de la tribu de los Luanci (*Luguanco- Luanci ‘los del lugar donde está Lugu’), del que derivaría el topónimo (castellum) Luancum, no documentado en forma latina. Se examina asimismo la posibilidad de que el sufijo haya sido [-aniko], variante documentada en el nombre personal Luanikos (o nombre de familia Luanikom) de una inscripción celtibérica. Sin embargo no se conocen hasta ahora testimonios arqueológicos de una ocupación antigua del lugar.
Palabras clave: Toponimia asturiana, toponimia celta, Luanco.
Abstract
For the toponym Luanco only a Latin interpretation (*illum anconem ‘the small inlet’) has been proposed so far. This is appropriate to the characteristics of the place. However, taking into account the Celtic character of the double suffix [-anko-] and its frequency in the onomastics, a Celtic hypothesis is proposed in this article. Support for this is found in the name of the tribe of the Luanci(*Lugu-an-co-Luanci ‘the inhabitants of the place where Lugu is’), from which the toponym (castellum) Luancum, not documented in Latin form, would derive. The possibility that the suffix has been [aniko-], a variant documented in the personal name Luanikos (or family name Luanikom) of a Celtiberian inscription, is also examined. However, no archaeological evidence of an ancient occupation of the place is known so far.
Keywords: Asturian toponymy, Celtic toponymy, Luanco.
1. Introducción
A veces la historia conocida de un lugar condiciona la interpretación de su nombre, tentación a la que sería fácil sucumbir a propósito del topónimo Luanco. Denomina éste a la villa principal del concejo de Gozón (Asturias), situada junto al mar Cantábrico a una decena de kilómetros al sureste del cabo de Peñas y a la que se atribuye un origen marinero en plena baja Edad Media2. Sería lógico pensar que el topónimo habría nacido en esas fechas dentro de la lengua hablada en la zona, que para entonces era el romance correspondiente, el asturiano en su modalidad de bable central. Pero las cosas no son tan simples, pues se considera que el testimonio más antiguo del topónimo Luanco es realmente un documento fechado el nueve de marzo del año 1058, en el que se habla de una heredad llamada Luanco (Floriano 1968: 47 [122, nº LX]). Es claro que no se habla de una población, lo que aboga por un posterior poblamiento estable del lugar, y que el topónimo tiene ya la forma que se mantendrá invariable hasta nuestros días3. En consecuencia hay que considerarlo creado en los primeros momentos del romance de la zona4 o ser mera pervivencia de un topónimo ya existente en época romana. En este segundo supuesto el topónimo podría ser latino en origen o prerromano con posterior latinización. Por otra parte como nombre propio que es habría que precisar cuál sería estrictamente su origen, si un nombre común preexistente convertido en propio o es fruto de algún proceso de derivación. De todo ello se hablará en los párrafos siguientes.
2. Primer testimonio
(Christus) In nomine Domini nostri Ihesu Christi. Ecce ego Oueco Sencciz, una cum uxor mea Maria, cognomento Auro, in Domino Deo eternam salutem, amen. Ideo placuit nobis adque conuenit uoluntas ut uinderem ad partem Sancti Uincenti, ubi et cenouitarum, et tibi Ranimirus abba uel omnium monacorum ibi conmorantium, ereditatem nostram probriam qui est in litore maris, uocitatam Luanco, per terminis et locis suis, id est: per termino de Nocinas, et per termino de Fauares, et per aqua de Taxi, sicut discurre deorsum per termino de Sancti Martini usque in aqua maris; et de alia parte ad sursum per aqua de Tocindi usque adfligetse in termino de Nocinas. Uillam anc terminata per terminis suis et locis antiquis, quantum ad eam pertinet et nos quietum possedimis ab omni integritate, damus, donauimus atque concedimus ad ipsum locum prefatum et eius cultores superius nominati, medietatem in ea ad omni intecritate diu ad perabendum; et accepit de uos pro ea, kauallum addextratum colore bagio, et fatelem toroninio in uestito; et post uero ouitum meum, ego Oueco, pro remedium anime mee et de parentibus meis, illa alia media concedo eam ad ipsum locum sanctum superius nominatum. Deinde decernimus et commonemus, tam de proquinquis quam de extraneis, quisquis ille fuerit qui hunc factum nostrum scribturam hanc in corruptum miserit, sit segregatus ad corpus et sanguinis Domini nostri Ihesu Christi, ut cum reprobis et iniquis descendat in infernum, et pro temporali uitam pariet in duplo uel triplo quantum miserit in corrupto, et ad partem regis alium tantum reddat in fisco, et unc factum nostrum scripturam hanc maneat in perpetuum. Facta karta uindictio uel donatio VIIº idus Marcii, Era LXL.VI. super millesima. Ego Ouec quem fieri iussi et relegendo cognoui proprie uoluntas mea roborem inieci (Signum).- Pelagio Ouequiz, filium eius, cf. (Signum).
Petru Ouequiz, cf. (Signum).- Aluaro Ouequiz, cf. (Signum).- Coram testibus: Garsea, ts. (Signum).- Froyla, ts. (Signum).- Iohannes (Signum).
Ranimirus presbiter notuit (Signum).
“En nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Henos aquí yo, Oveco Senchiz, junto con mi mujer María, de sobrenombre Auro, en el Señor Dios eterna salud, amén.
Pues nos plugo y coincidimos en el deseo de vender yo5 a beneficio de San Vicente, donde los cenobitas6, y a ti, abad Ranimiro, y a todos los monjes que ahí moran una heredad de nuestra propiedad que está en la orilla del mar, llamada Luanco, de acuerdo con sus lindes y lugares, –a saber, la linde de Nocinas, la linde de Favares, el arroyo de Taxi según corre hacia abajo por la linde de S. Martín hasta el agua del mar, y de la otra parte hacia arriba, por el arroyo de Tocindi hasta encontrarse con la linde de Nocinas–, esta villa delimitada por sus lindes y lugares antiguos, cuanto a ella pertenece y nosotros pacífica e íntegramente poseemos, la damos, donamos y concedemos a ese lugar dicho y a sus moradores más arriba nombrados, la mitad de ella completa para que la tengan largo tiempo. Y he recibido7 de vosotros por ella un caballo adiestrado de color bayo y una saya de seda para vestir8. Pero después de mi muerte yo, Oveco, en sufragio de mi alma y por mis padres, la otra mitad se la concedo a ese santo lugar nombrado más arriba. A continuación establecemos y advertimos tanto a propios como a extraños que, cualquiera que sea el que esta acción nuestra y esta escritura altere en mal, sea apartado del cuerpo y sangre de Nuestro Señor Jesucristo, para que con réprobos e inicuos descienda al infierno, y en vida pague el doble o el triple de cuanto ha alterado y a beneficio del rey pague otro tanto en el fisco, y que esta acción nuestra y esta escritura valgan para siempre. Dado el documento de venta y donación el día séptimo antes de las idus de marzo, era mil noventa y seis9. Yo, Oveco, que he ordenado hacerlo y tras leerlo he reconocido mi propia voluntad, le he dado validez (signo).- Pelayo Ovequiz, su hijo, confirma (signo).
Pedro Ovequiz, confirma (signo).- Álvaro Ovequiz, confirma (signo).- En presencia de los testigos: García, testigo (signo); Fruela, testigo (signo); Juan (signo).
Ranimiro, presbítero, ha actuado de notario (signo).”
3. Hipótesis latina
García Arias (1974) ha propuesto un origen puramente latino para el topónimo: *illu(m) ancone(m) > Luanco. Es decir, se trataría de un sintagma nominal formado por un nombre común (anco / anconis ‘recodo, ensenada pequeña’) determinado por el pronombre ille ya en su función de artículo, que por tanto significaría en origen ‘la pequeña ensenada’, lo que convendría a la ribera de Luanco, y terminaría denominando a las tierras limítrofes. Esta hipótesis en su significado es plenamente aceptable, si bien conviene recordar, como hace el autor, que no hay documentación latina para el significado de ‘ensenada pequeña’, sólo romance (en español ancón ‘ensenada pequeña en que se puede fondear’)10.
En lo formal la hipótesis supone los siguientes cambios: 1) aféresis de [i]; 2) ausencia del cambio [ŭ] > [o] y de elisión de [u] ante vocal; 3) apócope de [e]; 4) desplazamiento del acento, de [o] (nueva sílaba final) a [a] (sílaba interior). Sobre estos cambios conviene hacer algunas observaciones.
En primer lugar la aféresis del artículo sólo era normal cuando el sintagma nominal iba precedido de preposición, pero no es esperada cuando no se da tal circunstancia, como sucede en el uso denominativo o el sintagma funciona como sujeto de la oración. Es, sin embargo, posible que del uso primero (prepos. + [illuank’one] > prepos. + [ļuank’one]) se extendiera la forma resultante ([ļuank’one]) a las demás posiciones sintácticas, si bien no se aduce paralelo alguno para esto.
El mantenimiento de la [u] del artículo ante vocal no coincide con lo que es general en las lenguas romances por dos razones: la primera es que se esperaría [ŭ] > [o], cambio general ya antiguo11, y la segunda es que, excepto en portugués, lo usual es la elisión (Lausberg 1973: 215): lo esperado, por tanto, es que, si ha habido una aglutinación del artículo y el sustantivo, el resultado fuera no [ļuank’one] sino más bien [ļank’one].
La tendencia a la desaparición de [e] es bien conocida en el romance de la Península Ibérica, lo que provocaría en este caso que el sintagma se convirtiera acentuativamente en agudo (oxítono): [ļuank’one] > [ļuank’on]. García Arias piensa que el final [‘on] hizo que se sintiera como aumentativo, por lo que se habría producido una retrogradación a una hipotética forma base, con adelantamiento inevitable del acento, para así perder ese carácter: es decir, [ļuank’on] → [ļu’anko]; pero no aporta ningún otro caso similar12.
4. Hipótesis celta
Todas las observaciones hechas, aunque no invalidan la hipótesis puramente latina (o romance) propuesta, la hacen menos firme, por lo que parece razonable bucear en el otro posible origen, un topónimo indígena que a la llegada del latín a la zona (en época de Augusto) habría terminado latinizándose. Realmente ya otros han propuesto para el romance Luanco, pero sin análisis, un origen prerromano: por ejemplo Corominas (1971: I 1920), Moralejo (1977: 30-31, n. 20) o Bascuas (2006: 34 y 141). Esto obliga a analizarlo dentro del mundo lingüístico correspondiente, que en este caso sería el celta. Invita sobre todo a considerar esta propuesta la existencia del etnónimo Luanci ‘los luancos’, que desde un punto de vista lingüístico difícilmente se puede desligar de nuestro topónimo13, a lo que se añadiría el estar documentado también un nombre (personal o de familia) Luanikos y el hecho de que las formaciones en [anko] son bien conocidas tanto en el léxico no onomástico como en la onomástica originariamente indígena del norte de la Península Ibérica (véanse, por ejemplo, Corominas (1971: II 186187), Albertos (1979: 166) o Bascuas (2006: 34 y 141)).
4. 1. El etnónimo Luanci
El geógrafo griego Claudio Ptolomeo en su enumeración (localizada) de los pueblos que habitan el noroeste de la Península Ibérica cita entre otros muchos (2,6,46) Λυανκῶν· Μερούα ‘(en el territorio) de los luancos, Merua’ (7º 30´ O, 42º 40´ N). Se trata sin duda de la helenización de una forma latinizada no documentada *Luanci, pueblo perteneciente a los Callaeci Bracarenses situado tal vez no lejos de Guimarães (Braga)14. Realmente aquí lo que interesa no es exactamente si Luanco tiene alguna relación específica con este pueblo, lo que atendiendo sólo a razones geográficas más bien habría que descartar, sino la existencia segura de ese nombre en la Antigüedad y el hecho de que un etnónimo (en plural) puede aparecer también como topónimo estricto (en singular)15. A este propósito tal vez sea conveniente recordar que en la costa septentrional del convento lucense había un pueblo llamado Adoui (Plinio 4,111) y 240 km al sur, en Sanhoane (Braganza), apareció recientemente una inscripción que testimonia un Addouie(n)sis, adjetivo que implica que había sin duda una ciudad de nombre Addouia o Addouium (Untermann, en prensa, s. uAdoui)16: es decir, hay la misma relación, sólo que en localización inversa geográficamente, entre Luanco al norte, cuya forma indígena latinizada debió ser en último término Luancum, y los Luanci al sur.
García Alonso (2003: 248250) ha estudiado detalladamente este etnónimo y ha propuesto diversas hipótesis de carácter indoeuropeo, que parten en último término de una conexión con otros dos etnónimos, Lubanci y Lubaeni. A mi modo de ver, aunque tal vez no convenga descartar sin más esta conexión, el etnónimo puede ser entendido en sí mismo, como se deduce de la primera propuesta de García Alonso: se trataría del céltico lowo ‘luz’, sobre el que se habría creado un derivado, si bien el autor no detalla el proceso, como ahora se hará.
4.2. Análisis del topónimo
Es adecuado partir de un análisis del topónimo como [luanko], donde la base sería [lu] con su respectivo significado léxico y un doble sufijo [anko] con su correspondiente significado17. Ahora bien, [lu] debe ser el resultado de un proceso fonético para que pueda entenderse como una base de carácter indoeuropeo. A este propósito el hecho de que la forma romance haya sido Luanco y no *Loanco, y si esto no es de naturaleza romance, invita a pensar que en la forma latinizada la [u] era larga, lo que ha debido ser en latín una herencia de la forma indígena, pues no se cumpliría el conocido patrón fonético latino de “vocal ante vocal es breve”. El origen de la supuesta cantidad larga de [u] puede haber sido [vocal + w] o fruto de una contracción de [u + u].
Para comprender cómo habría sido la formación del topónimo conviene atender a un estudio reciente de Jordán (2013), donde el autor trata detalladamente la secuencia [anko] en los antropónimos celtibéricos. Aunque la toponimia puede presentar características propias, las consideraciones de este investigador son dignas de ser tenidas en cuenta a la hora de analizar el topónimo Luanco, ya que los nombres de familia (o genónimos, según su denominación) pueden funcionar secundariamente como topónimos y, por otra parte, el celtibérico comparte con otras formaciones célticas peninsulares no pocos rasgos (De Bernardo 2002). El punto de partida sería entonces un tema en nasal, que en nuestro topónimo se habría formado con el sufijo [(h3)on] (*[lowo(h3)on]), que, referido a personas, tiene un significado de posesión. Siguiendo la propuesta que hace Jordán para los antropónimos esta formación presentaría la alternancia nominativo [ō(n)] > [ū(n)] / resto de la declinación [ōn > ān], originada por los cambios fonéticos diferentes que afectan en celta común a [ō] final y no final. Posteriormente al tema, no del nominativo sino del resto de la declinación, se añadiría el sufijo [ko], dando [ānko]. En consecuencia, si se acepta para la base la hipótesis de García Alonso, se podría proponer para Luanci un significado originario como ‘los (poseedores) de la luz’, lo que no desentona del significado seguro, probable o meramente posible de tantos otros etnónimos celtas (De Bernardo 2008).
Ahora bien otro estudio reciente (Delamarre 2013) permite proponer un elemento radical distinto dentro de esta hipótesis. Este investigador ha probado que en el mundo céltico antiguo había un gran número de topónimos formados sobre un teónimo más el sufijo [ōn] (procedente en último término de [(h3)on]), que, cuando forma un topónimo, tiene un significado de presencia del dios correspondiente en el lugar: v. gr., sobre el teónimo Vesontis se creó el topónimo Vesontio / Vesontionis (hoy Besançon), que significaría ‘lugar donde está el dios Vesontis18.
Atendiendo a ello, la propuesta sería que la base del topónimo fuera el teónimo Lugu, nombre de un conocido dios pancelta19, que sufriría el siguiente proceso fonético: [lugu] > [luγu] (lenición de oclusiva sonora intervocálica)20 > [luu] (caída de γ) > [lū] (contracción)21. A la base en su forma aún no evolucionada se añadiría el sufijo citado para crear el topónimo, por lo que tendríamos una formación (toponímica) alternante (no documentada) nominativo [luguū(n)] / resto de la declinación [luguān], que significaría ‘lugar donde está Lugu’22. A la forma posiblemente ya evolucionada [lūān] se le ha añadido el sufijo [ko]23, dando [lūānko], que con sus correspondientes desinencias sería [lūānkŏs], etc. De acuerdo con la etimología dada el significado del etnónimo (latinizado) Luanci sería el de ‘los del lugar donde está Lugu’, de donde habría nacido el topónimo (latinizado) *Luancum(< *[lūānkŏm])24.
Sin embargo esta propuesta tampoco está libre de objeciones, como plantea C. Jordán25, pues es cuestión muy discutida la posible desaparicion de [γ] con carácter general26, no estando documentada precisamente en los abundantes testimonios directos o indirectos aparecidos en la documentación peninsular que, según la opinión común, se relacionan etimológicamente con esta divinidad27.
5. La variante Luanikos / Luanikom
En todo caso no sólo ha habido formaciones en [anko] sino también en [aniko], lo que invita a establecer una relación entre ambos sufijos: en algunos casos [anko] ha podido nacer por síncopa de [aniko]28, pero es mejor pensar en una coexistencia de ambas formaciones29 con una alternancia del segundo sufijo [ko- / iko]. Esto permite aducir también en apoyo de la hipótesis indoeuropea para Luanco, y más en concreto celta, la inscripción celtibérica K.9.2 (Numancia) luanikoo.koorinau, pintada en la boca de un jarro en la variante gráfica occidental y con redundancia vocálica, por lo que hay que entender que corresponde a [luaniko korinau]. No hay propiamente dudas sobre la lectura y se puede pensar que significa posesión u ofrenda, siendo opinión común que luanikoo es un genitivo del singular, bien de un antropónimo (“de Luánico”), bien de un nombre de familia (“del grupo familiar Luánico”) (Jordán 2004: 211-212). Esto no es posible determinarlo satisfactoriamente por las dudas que suscita la interpretación de koorinau, pero en todo caso se trata de un nombre que en nominativo tendría la forma Luanikos (antropónimo) o Luanikom (nombre de familia) y que sería analizable, sin ulterior precisión y según la propuesta que estoy haciendo, en una base [lu] y un sufijo [aniko]. En consecuencia este sufijo puede entenderse como variante del más corriente sufijo [anko], usual en los nombres de familia pero tampoco desconocido en los antropónimos. Sin embargo en el supuesto de que en nuestro topónimo [aniko] fuera no una forma alternante sino la originaria, habría que contar con la síncopa temprana de la vocal [i], que impediría la sonorización de [k], es decir, se habría producido ya en la forma indígena antes de la latinización (*Luanicom > *Luancom).
6. Conclusión
Las hipótesis propuestas de naturaleza celta para el topónimo Luanco necesitarían básicamente por su carácter de topónimo prerromano de un apoyo arqueológico del que de momento carecen. No se ha señalado la existencia de ningún castro en Luanco o sus proximidades ni de otro resto arqueológico digno de consideración, lo que parece sorprendente (Fernández y Morillo 1994). Evidentemente la hipótesis latina o romance (‘la pequeña ensenada’) no necesita de este apoyo, pero las razones aducidas para una hipótesis celta no deben descartarse sin más, por lo que hay que esperar que un mejor conocimiento arqueológico de la zona permita en el futuro inclinarse definitivamente por una de las dos posibilidades o, tal vez, elaborar una nueva.
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1 Dedicado a Alicia Muñiz Vega. Carlos Jordán Cólera (Universidad de Zaragoza) ha accedido amablemente a leer el borrador de este trabajo y beneficiarlo con sus autorizadas observaciones. Naturalmente sólo el autor es responsable de lo que aquí se dice.
2 La organización de la vida municipal de la Puebla de Gozón se inicia en la segunda mitad del s. XIII, estando su núcleo primitivo en Santa Eulalia de Nembro y pasando posteriormente a Luanco (Pando 1989: 3132).
3 Hay que suponer naturalmente una pronunciación originaria [ļuanko], que es la que corresponde en bable con su respectiva grafía actual (Lluanco).
4 En teoría cabe la posibilidad de que el topónimo haya nacido a partir de un antropónimo de origen germánico (visigodo o suevo), como se supone para Gozón (Concepción 2017: 461 s. u.); pero no parece ser este el caso, pues no aparece nada que pueda apoyar esta hipótesis en una obra como Piel y Kremer (1976).
5 Los cambios entre singular y plural de la primera persona son frecuentes en estos documentos.
6 Asimismo podría tal vez entenderse “también de los cenobitas de alli”.
7 En el texto hay un cambio de persona, accepit “ha recibido” en vez de accepi, algo no raro en este tipo de documentos, donde puede imponerse el punto de vista del amanuense sobre la redacción en primera persona (Bastardas 1953: 10-12).
8 Hay diversas interpretaciones de fatel, palabra que se considera un arabismo. Fernández Corral (2000: 57-58) recoge diversas opiniones, que la consideran bien ropa de vestir, bien ropa de cama: ‘saya con pliegues’ / ‘borde o cenefa del bajo de un vestido’ / ‘objeto de cama’ / ‘tipo de mantas o abrigos de cama forrados de pieles de comadreja blanca’. Corriente (2003: 320 s. u.) la define en gallego como ‘prenda usada entre falda y mandil’. Para toroninio Corriente (2008: 458 s. u.), siguiendo a A. Steiger, propone: toroninio < ár. t,ārūnī ‘fábrica de seda y lana’; en cambio García Arias (2006: 283, n. 211) lo considera un adjetivo toponímico de Tours (medieval Tors). La expresión in uestito parece apoyar el significado de ‘prenda de vestir’. Da así la impresión de que lo que reciben los vendedores / donantes está pensado para el marido (Oveco Senchiz, caballum) y para su mujer (María Auro, fatelem).
9 Dado que se trata de la era hispánica y que la numeración con ordinales es inclusiva la fecha es el nueve de marzo del año mil cincuenta y ocho.
10 Diccionario de la lengua española, Madrid, Real Academia Española, s. u. ancón .
11 Se podría, no obstante, aducir que habría habido nuevamente un cierre en el timbre por ir en hiato ([ua] > [oa] > [ua]), pero téngase en cuenta lo que se dice a continuación sobre la elisión. En todo caso es cierto que el artículo masculino singular es lu en bable frente al neutro lo.
12 La propuesta hecha por Concepción (2017, p. 526 s. u.) puede considerarse una variante de la de García Arias, pues si bien cita el radical *ank (variante *ang) ‘curvo’ y varios posibles paralelos toponímicos, no dice expresamente que el topónimo sea prelatino y para su primera sílaba [lu] apunta la posibilidad de que sea el latín illum. Lo traduce en consecuencia ‘aquel recodo’, sin atender al carácter de artículo que en esta hipótesis tendría ya la forma originariamente pronominal.
13 Ya Tovar (1989: 129) considera “chocante la semejanza del étnico [Luanci] con topónimos como Luanco”. Por otra parte la existencia de este etnónimo hace innecesaria, en mi opinión, explorar la posibilidad de una hipótesis como [lŏnko] > [luanko] con diptongación de una antigua [ŏ] tónica.
14 Trata la cuestión detalladamente Alarcão (2006), si bien no hay una opinión común sobre la localización. La capital de los Luanciera Merua, cuyo adjetivo toponímico Meruanus Alarcão propone ver en una inscripción latina (CIL II 2409) hallada no lejos de Guimarães.
15 Naturalmente no se trata de una mera toponimización del etnónimo Luanci, pues en este caso el nombre del lugar también estaría en plural.
16 Agradezco a los editores en la persona de Javier de Hoz (Universidad Complutense) haber podido consultar la obra en pruebas.
17 A ello naturalmente se añadirían las desinencias casuales: [luankos], etc.
18 Las formas que cita Delamarre están ya latinizadas, lo que es importante tener en cuenta, pues en lo que se dice aquí de [anko] se restituyen las formas indígenas además de seguir la explicación ya citada de Jordán, por lo que el resultado último es diferente.
19 Está documentado en no pocos topónimos, de los que el más conocido es Lugdunum (> Lyon). Para Lugu véase, por ejemplo, Koch (2006: 12031204 s. u. Lugus); también Delamarre (2001: 177178 s. u. Lugus). Por otra parte Olivares (2010) ha puesto de relieve las relaciones entre este dios y los astures.
20 Esta lenición sería una característica de algunas áreas célticas peninsulares distintas del celtibérico (De Bernardo 2002: 119).
21 Si se quiere poner en relación etimológica esta hipótesis también con los Lares Lubanci (Rodrigues 19591960: 122), documentados en las proximidades de Coimbra (Portugal), como recuerda Tovar (1989: 129) siguiendo a M. L. Albertos, habría que pensar que, en este etnónimo, en el estadio [luu] la segunda [u], que resulta intervocálica, se consonantiza en la fricativa labial sonora [β] sin posterior caída. Pero véase García Alonso (2000: 248250) para otras explicaciones.
22 En los cuatro epígrafes latinos peninsulares, de carácter votivo, dedicados a esta divinidad siempre aparece esta en plural, algo no raro en el mundo celta, por lo que tal vez sería más adecuado decir lugar donde están los Lúgoves.
23 Sobre este sufijo véanse Villar (1995: 121152) y Villar y Jordán (2001: 155190).
24 Tal vez en latín *castellum Luancum, si se trataba, como es lícito suponer, de un castro.
25 Comunicación personal.
26 Sobre los problemas que plantea este proceso fonético véase Wodtko (2000: 414-416). Pero Prósper (2008: 40) afirma: “En toda el área galaica está perfectamente documentada la pérdida de /g/ intervocálica en palabras celtas cuando este fonema se encuentra en contacto con una vocal palatal. Pero el efecto es más visible aún, y está más extendido, cuando también hay una vocal velar /u/ en contacto con /g/”. Con más razón, en mi opinión, si la secuencia es /ugu/.
27 Detallados por Jordán en Beltrán / Jordán / Marco (2005: 914-930). No parece que se pueda tener en cuenta una hipótesis sobre el nombre común *lugis (Delamarre 2001: 177) o *lugiyo (Matasović: 248) ‘juramento’, pues no sería fácil justificar el resultado fonético, a no ser que se admita una variante *lugus. En este supuesto habría que contar con una tercera propuesta semántica para los Luanci, que serían algo así como ‘los (poseedores) del juramento’.
28 Corominas (1971: I 1920), citando Luanco entre otros topónimos (Alesanco Coristanco), cree que el sufijo indoeuropeo [anko] no puede proceder de [aniko], pues habría dado [ango].
29 Jordán (2013: 170171) cita a este propósito las parejas Carancus / CaranicumTuranci(cus) / turanikumMagilancum / Magilanicum (las formas en –um tanto en los nombres indígenas latinizados (mayúscula inicial) como puramente indígenas (minúscula) son, en sus respectivos testimonios epigráficos, genitivos del plural).